"No os angustiéis: creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, no os habría dicho que voy a prepararos un lugar. Y después de ir y prepararos un lugar, vendré otra vez para llevaros conmigo, para que vosotros también estéis donde yo voy a estar. Ya sabéis el camino que lleva a donde yo voy.
Tomás dijo a Jesús:
– Señor, no sabemos a dónde vas: ¿cómo vamos a saber el camino?
Jesús le contestó:
– Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre."
El anuncio de la partida de Jesús, dejó a sus discípulos angustiados. Lo mismo nos ocurre a nosotros cuando no lo encontramos, cuando no lo sabemos ver. El motivo para la esperanza es muy grande: TODOS tenemos cabida en la casa del Padre. Todos estamos llamados a ella. El camino, al contrario que Tomás, nosotros ya lo sabemos. El camino es Jesús. El camino, la verdad y la vida. Seguir a Jesús, es la forma de encontrar el camino y la verdad. Hacernos uno con Jesús, es la forma de obtener la vida.
Si nuestra sociedad anda desorientada, es porque nos hemos alejado de Jesús. Nos hemos alejado de Jesús que habita en cada hombre. Hemos convertido al otro en un oponente, en un adversario, en un enemigo. Esto nos divide, engendra la violencia, crea desigualdades. El día que consideremos al otro como un hermano, que seamos imágenes de Jesús, encontraremos la verdad y recibiremos la vida plena.
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