"Yo os amo como el Padre me ama a mí; permaneced, pues, en el amor que os tengo. Si obedecéis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os hablo así para que os alegréis conmigo y vuestra alegría sea completa."
Se trata de un amor íntimo, auténtico. El amor que el Padre tiene a Jesús, y, que Jesús nos tiene a nosotros. Un amor que es unión total. Obedecer sus mandamientos es algo más profundo que cumplir unas normas. Es escuchar su Palabra, es seguir su ejemplo. Es intentar ser como Él. El amor del Padre es donación. El del Hijo es ofrenda. Así debe ser nuestro amor. Donación completa a los demás y ofrenda de nuestra vida a Dios. Esa será nuestra verdadera alegría. No una vida fácil, si no una vida que ha de ser entrega y ofrenda.
Es el que tu fas t´entregues als vellets i malalts i aixó es una verdadera ofrena a Deu, que ens va predicar el Amor.
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