Algunos dijeron:
– Beelzebú, el jefe de los demonios, es quien ha dado a este hombre poder para expulsarlos.
Otros, para tenderle una trampa, le pidieron una señal milagrosa del cielo. Pero él, que sabía lo que estaban pensando, les dijo:
– Todo país dividido en bandos enemigos se destruye a sí mismo, y sus casas se derrumban una tras otra. Así también, si Satanás se divide contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su poder? Digo esto porque afirmáis que yo expulso a los demonios por el poder de Beelzebú. Pues si yo expulso a los demonios por el poder de Beelzebú, ¿quién da a vuestros seguidores el poder para expulsarlos? Por eso, ellos mismos demuestran que estáis equivocados. Pero si yo expulso a los demonios por el poder de Dios, es que el reino de Dios ya ha llegado a vosotros.
Cuando un hombre fuerte y bien armado cuida de su casa, lo que guarda en ella está seguro. Pero si otro más fuerte que él llega y le vence, le quita las armas en las que confiaba y reparte sus bienes como botín.
El que no está conmigo está contra mí; y el que conmigo no recoge, desparrama.
Cuando un espíritu impuro sale de un hombre, anda por lugares desiertos en busca de descanso; pero, no encontrándolo, piensa: 'Regresaré a mi casa, de donde salí.' Al llegar, encuentra la casa barrida y arreglada. Entonces va y reúne otros siete espíritus peores que él y todos juntos se meten a vivir en aquel hombre, que al final queda peor que al principio."
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Muchas veces nuestra sociedad ataca, mal piensa, rechaza, precisamente a quien intenta quitar el mal de ella. Ya le pasó a Jesús.
"La expulsión de demonios por parte de Jesús, genera diversas reacciones, la admiración y el aplauso, catalogar a Jesús como el príncipe de los demonios, y algunos no convencidos piden una señal del cielo. Seguidamente, Jesús cuestiona los argumentos de los detractores, afirmando que el demonio no puede expulsarse a sí mismo pues no sobrevive, si Jesús expulsa a los demonios en nombre de Belcebú, ellos (sus detractores) ¿en nombre de quien lo hacen? Finalmente, el relato presenta que la llegada de Jesús, el hombre fuerte, es señal de la llegada del reino, porque expulsa a Satanás el dominador. Los adversarios de Jesús callan ante los argumentos. Debemos considerar que el poder del mal actualmente diluye sus planteamientos propios y su conciencia crítica, en las circunstancias hostiles que vivimos. Nos corresponde, por medio de Jesús, alejar las fuerzas satánicas presentes en el entorno, crear libertad en nuestro corazón y suscitar esperanza en el camino ¿Cuáles son las fuerzas del mal que paralizan mi vida personal y la de mi comunidad?" (Koinonía) |
viernes, 11 de octubre de 2019
EXPULSAR EL MAL
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– Todo país dividido en bandos enemigos se destruye a sí mismo, y sus casas se derrumban una tras otra. Así también, si Satanás se divide contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su poder? Digo esto porque afirmáis que yo expulso a los demonios por el poder de Beelzebú. Pues si yo expulso a los demonios por el poder de Beelzebú, ¿quién da a vuestros seguidores el poder para expulsarlos? Por eso, ellos mismos demuestran que estáis equivocados. Pero si yo expulso a los demonios por el poder de Dios, es que el reino de Dios ya ha llegado a vosotros.
ResponderEliminarCuando un hombre fuerte y bien armado cuida de su casa, lo que guarda en ella está seguro. Pero si otro más fuerte que él llega y le vence, le quita las armas en las que confiaba y reparte sus bienes como botín.
El que no está conmigo está contra mí; y el que conmigo no recoge, desparrama.