viernes, 27 de marzo de 2020

EL ANACORETA Y VOLVER AL PUNTO DE PARTIDA


El Anacoreta y su joven discípulo hablaban sobre la liturgia, sentados bajo la palmera. Decía el Solitario:
- Otra cosa que aparta a los hombres de la liturgia, es que ya no vivimos el ciclo de los tiempos. Meditar siguiendo la liturgia, es meditar siguiendo el tiempo. Piensa que los monjes establecieron el Oficio siguiendo las estaciones y la posición del sol. Navidad es cuando el sol empieza a elevarse sobre el horizonte. Pascua coincide con la luna del inicio de la primavera... Es un ciclo, un recorrer el camino volviendo al inicio, como hace la naturaleza cada año con las cuatro estaciones.
Miró el discípulo al anciano y le preguntó:
- ¿Para qué tanto rodeo si volvemos al punto de partida?
Sonrió el Anacoreta y se explicó:
- Porque los humanos somos así. Hemos de pasar por el extravío y la ilusión, para acceder, desengañándonos, a la iluminación. Necesitamos recomenzar. Los budistas te lo explicarán con la historia del boyero y el buey. Las etapas del camino de la iluminación, hacia la unión con Dios diremos nosotros los cristianos, sólo acaba cuando nos damos cuenta de que Dios ya estaba junto a nosotros cuando iniciamos el camino...
Guardó un tiempo de silencio y luego añadió:
- El día que comprendamos que el Cristo resucitado somos nosotros. Que el amor de Dios que está esperando la humanidad es nuestro amor...lo habremos entendido todo. Mientras tanto, hemos de recomenzar cada día.
Y guardó silencio mientras sonreía mirando el horizonte...

1 comentario:

  1. El día que comprendamos que el Cristo resucitado somos nosotros. Que el amor de Dios que está esperando la humanidad es nuestro amor...lo habremos entendido todo. Mientras tanto, hemos de recomenzar cada día.

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