Un amigo enseñó al Anacoreta y su discípulo unas imágenes de un artista en la que se representaba a Jesús como una mujer, o en situaciones que poco tenían que ver con el Evangelio.
Movió la cabeza el Anacoreta y dijo:
- No hay que llegar a los extremos de condenar a muerte a quien se burla de los símbolos religiosos como se hizo en otro tiempo, y se sigue haciendo en algunos lugares. Pero los que, bajo una falsa idea de libertad de expresión, destruyen los símbolos, sean cuales sean, habría que hacerles ver que, aquel que destruye los símbolos, no es una "cosa" lo que destruye. Estan pisoteando los sentimientos y los ideales a los que han dedicado su vida los demás. Y eso no tiene justificación. Discutir, expresar nuestras ideas, no es lo mismo que burlarse y pisotear a los demás...
Y volvió a sus ocupaciones...
No hay que llegar a los extremos de condenar a muerte a quien se burla de los símbolos religiosos como se hizo en otro tiempo, y se sigue haciendo en algunos lugares. Pero los que, bajo una falsa idea de libertad de expresión, destruyen los símbolos, sean cuales sean, habría que hacerles ver que, aquel que destruye los símbolos, no es una "cosa" lo que destruye. Estan pisoteando los sentimientos y los ideales a los que han dedicado su vida los demás. Y eso no tiene justificación. Discutir, expresar nuestras ideas, no es lo mismo que burlarse y pisotear a los demás...
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