jueves, 26 de agosto de 2021

CADA DÍA LLEGA ÉL




 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues, dichosos ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, mandándolo a donde se manda a los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes."

"Este pasaje evangélico anticipa los temas de la crisis cósmica que aparecerá al final de la historia y, de ahí, la necesidad de la vigilancia. Definitivamente, estar prevenidos no significa sólo guardarnos del pecado y rezar siempre, en espera del retorno de Jesús, es realizar un positivo esfuerzo para crecer en las virtudes, incluída una actitud sincera de amor a Dios y al prójimo. Estar prevenidos, es obedecer activamente al Maestro que nos ayuda a crecer en madurez espiritual. Este es el objetivo principal de estar prevenidos porque, si la venida del Señor es cierta, el momento de esa venida es incierto. Por otro lado, recordemos que la venida del Señor sucede cada día, con fe vigilante y esperanza activa, nos prepara para la definitiva. Día a día, se vive el futuro y se siembra para cosechar el éxito final. Recuerda que es de sabios pensar en el futuro. ¿Cómo vives tu relación con Dios? ¿Con temor, angustia o responsabilidad?" (Koinonía)

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