– ¿Qué debemos hacer?
Y Juan les contestaba:
– El que tiene dos vestidos dé uno al que no tiene ninguno, y el que tiene comida compártala con el que no la tiene.
Se acercaron también para ser bautizados algunos de los que cobraban impuestos para Roma, y preguntaron a Juan:
–Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?
– No cobréis más de lo que está ordenado – les dijo Juan.
También algunos soldados le preguntaron:
– Y nosotros, ¿qué debemos hacer?
Les contestó:
– No quitéis nada a nadie con amenazas o falsas acusaciones. Y conformaos con vuestra paga.
La gente se encontraba en gran expectación y se preguntaba si tal vez Juan sería el Mesías. Pero Juan les dijo a todos:
- Yo, ciertamente, os bautizo con agua; pero viene uno que os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él es más poderoso que yo, que ni siquiera merezco desatar la correa de sus sandalias. Trae la pala en la mano para limpiar el trigo y separarlo de la paja. Guardará el trigo en su granero, pero quemará la paja en un fuego que nunca se apagará.
De este modo y con otros muchos consejos anunciaba Juan la buena noticia a la gente."
El mensaje de Juan es claro: hay que convertirse. Y eso no significa darse golpes en el pecho, hacer penitencia, presentar sacrificios. Convertirse significa cambiar. Buscar el camino de Dios. Y esto se hace actuando. Debemos enfrentarnos con nuestra realidad, ver lo que hacemos mal y cambiar.
Lo que Juan pide a cada uno de los que se le acercan, es que hagan justicia, que compartan, que cambien ellos para cambiar el mundo. Les pide que eliminen de su vida el egoísmo, la violencia, el abuso de poder...Les pide que compartan, que no abusen, que no mientan para aprovecharse de los demás.
Juan anuncia también, que el bautismo de Jesús será de Espíritu y fuego. Un bautismo que nos debe cambiar totalmente y encender en nosotros la llama del Amor. Un bautismo que nos ha de dar la fuerza para cambiar el mundo.
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