María y José se dirigen hacia Belén. Ella está embarazada. Han de cruzar Israel de Norte a Sur. Llegarán a su destino y nadie les querrá dar cobijo. La historia se repite. Miles de personas, mujeres hombres, niños, ancianos, están recorriendo los caminos de Europa. Caminos embarrados, nevados. Y los gobiernos siguen discutiendo si darles o no cobijo. Y los gobiernos construyen alambradas para que no puedan pasar. La televisión y la prensa ya no nos dicen nada de ellos. Los hemos olvidado.
Lo siento, pero esta es la verdadera Navidad. Mientras estas personas sigan abandonadas, sigan sin ser acogidas, María, José y el Niño son ellos. Mientras no seamos capaces de acogerlos, no podemos llamarnos cristianos.
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