"Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os haré descansar. Aceptad el yugo que os impongo, y aprended de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontraréis descanso. Porque el yugo y la carga que yo os impongo son ligeros." En el último capítulo de la serie Merlí de TV3, el profesor presenta a sus alumnos a Nietzche. Lo hace con el texto de la Gaia Ciencia del viejo con la linterna. Y lo resume diciendo: Dios ha muerto. Lo hemos matado nosotros. Y añade: no necesitamos a Dios para nada. A partir de ahora podemos tomar las decisiones que queramos y hacer lo que queramos. Lo que no explica el profesor, es el concepto que Nietzche tenía de Dios. Un Dios cruel, severo, que aprisiona y atenaza. Un Dios que no deja al hombre ser hombre. Ese Dios, por desgracia, ha sido también el de algunos predicadores. Ese dios está muerto y bien muerto, porque no es Dios. El Dios del Evangelio, es un Dios que acoge a los cansados y agobiados. Un Dios paciente. Un Dios que nos impone un yugo y una carga ligera. Ese Dios no está muerto y ese Dios lo necesitamos para ser más humanos. A partir de un Dios así seremos más justos, empáticos, llenos de amor para los demás. Porque si nosotros nos sentimos acogidos, podremos acoger a los demás. |
miércoles, 9 de diciembre de 2015
EL DIOS DE JESÚS
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