"Al día siguiente, la gente que permanecía en la otra orilla del lago advirtió que los discípulos se habían ido en la única barca que allí había, y que Jesús no iba con ellos. Mientras tanto, otras barcas llegaron de la ciudad de Tiberias a un lugar cerca de donde habían comido el pan después de que el Señor diera gracias. Así que, al no ver allí a Jesús ni a sus discípulos, la gente subió a las barcas y se dirigió en busca suya a Cafarnaún.
Al llegar a la otra orilla del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron:
– Maestro, ¿cuándo has venido aquí?
Jesús les dijo:
– Os aseguro que vosotros no me buscáis porque hayáis visto las señales milagrosas, sino porque habéis comido hasta hartaros. No trabajéis por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y os da vida eterna. Esta es la comida que os dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él.
Le preguntaron:
– ¿Qué debemos hacer para que nuestras obras sean las obras de Dios?
Jesús les contestó:
– La obra de Dios es que creáis en aquel que él ha enviado."
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¿Por qué buscamos a Jesús? Por desgracia, a veces, lo buscamos por motivos materiales. Buscamos seguridades, poder, dominio. Seguir a Jesús, en vez de ser un servicio a todos, lo hemos convertido en una forma de medrar. Jesús nos dice en este evangelio, que lo importante es creer en Él. Y creer en Él es seguirlo, imitarlo e su vida de servicio y de entrega. Esa es la verdadera Fe.
"La dinámica del texto de hoy es la búsqueda y el reencuentro. Los discípulos encuentran a Jesús, inesperadamente, al otro lado del mar y le preguntan: Maestro, ¿cuándo llegaste acá? El énfasis de la pregunta quizá hubiera sido por el cómo, pero el cuándo actualiza la travesía de la noche previa. Hay algo en Jesús que les atrae, pero no saben aún por qué lo buscan ni para qué. En respuesta, Jesús descubre el verdadero motivo de la búsqueda: haberse hartado de pan la víspera y no por haber descifrado las señales. Sus palabras apuntan a lo esencial: “trabajen por el alimento perdurable” Para la comunidad creyente, el pan material (territorio, procesos, alimentos) es importante para la sostenibilidad de la vida, pero el ser humano necesita algo más. La obra que Dios quiere es esta: «que crean en el que Él ha enviado»; y creer significa encarnarlo a Él. ¿Estamos dispuestos a pasar de una religión de “creencias” y de “prácticas” a vivir como comunidades trascendentes: humanizando todas las relaciones al estilo del Maestro?" (Koinonía)
Le preguntaron:
ResponderEliminar– ¿Qué debemos hacer para que nuestras obras sean las obras de Dios?
Jesús les contestó:
– La obra de Dios es que creáis en aquel que él ha enviado."