"Al oir todo esto, muchos de los que seguían a Jesús dijeron:
– Su enseñanza es muy difícil de aceptar. ¿Quién puede hacerle caso?
Jesús, dándose cuenta de lo que estaban murmurando, les preguntó:
– ¿Esto os ofende? ¿Qué pasaría si vierais al Hijo del hombre subir a donde antes estaba? El espíritu es el que da vida; el cuerpo de nada aprovecha. Las cosas que yo os he dicho son espíritu y vida. Pero todavía hay algunos de vosotros que no creen.
Es que Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién el que le iba a traicionar. Y añadió:
– Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no lo trae.
Desde entonces dejaron a Jesús muchos de los que le habían seguido, y ya no andaban con él. Jesús preguntó a los doce discípulos:
– ¿También vosotros queréis iros?
Simón Pedro le contestó:
– Señor, ¿a quién iremos? Tus palabras son palabras de vida eterna. Nosotros sí hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios."
Si no entendemos a Jesús lo abandonamos. Sus palabras no son corrientes. Son palabras que nos llevan al Padre. Y con Jesús no valen medias tintas. O lo aceptamos y le seguimos con todas las consecuencias, o lo rechazamos.
"Llegamos al final del capítulo 6 y el desenlace para la comunidad no puede ser más drástico: opta por Jesús o prescinde de Él; o vive en el Espíritu o no. El discurso del pan de Vida suscitó una profunda crisis en la manera en cómo ser discípulo y comunidad eclesial, porque probablemente les parecía excesiva la adhesión que Jesús reclama de ellos. No es de extrañarnos el hecho que “muchos discípulos suyos se echaron atrás”. Por primera vez en la totalidad del evangelio, el Maestro experimenta que sus palabras no tienen la fuerza y la atracción deseada. Sin embargo, Él es más radical con los suyos: “¿También vosotros queréis abandonarme?”. Con lo cual, la densidad de su llamado a seguirle pasa por la libertad de decidir. No se impone, sino que es don de Dios; y las condiciones de pertenencia a la comunidad suponen la dedicación en pos de la transformación de la vida humana como comensalidad abierta, fraterna y solidaria. ¿Seguimos en el nombre del evangelio ofreciendo seguridades derivadas del cumplimiento de unas normas y no desde la creatividad del Espíritu?" (Koinonía)
"En sentir tot això, molts dels que seguien Jesús van dir:
ResponderEliminar- El seu ensenyament és molt difícil d'acceptar. Qui pot fer-li cas?
Jesús s'adonà del que estaven murmurant, els va preguntar:
- ¿Això us escandalitza? Què passaria si veiéssiu el Fill de l'home pujant on era abans? L'esperit és el que dóna vida; el cos de res aprofita. Les coses que jo us he dit són Esperit i són vida. Però encara hi ha alguns de vosaltres que no creuen.
És que Jesús sabia des del principi qui eren els qui no creien, i qui el qual li anava a trair. I va afegir:
- Per això us he dit que ningú no pot venir a mi si el Pare no el porta.
Des de llavors van deixar Jesús molts dels que l'havien seguit, i ja no anaven més amb ell. Jesús va preguntar als dotze deixebles:
- ¿També vosaltres voleu anar-vos?
Simó Pere li va contestar:
- Senyor, a qui aniríem? Les teves paraules són paraules de vida eterna. Nosaltres sí que hem cregut, i sabem que tu ets el Sant de Déu. "
Si no entenem Jesús l'abandonem. Les seves paraules no són corrents. Són paraules que ens porten al Pare. I amb Jesús no valen mitges tintes. O ho acceptem i el seguim amb totes les conseqüències, o el rebutgem.
i les condicions de pertinença a la comunitat suposen la dedicació a la recerca de la transformació de la vida humana com comensalitat oberta, fraterna i solidària. ¿Seguim en el nom de l'evangeli oferint seguretats derivades del compliment d'unes normes i no des de la creativitat de l'Esperit? "(Koinonia)
VERITABLEMENT...UNA JOIA...tot apropant-nos a pentecosta...EN EL CAMÍ DE PASQUA... camí d'aparicions als amics... Quedat amb nosaltres, el dia ja declina...(Emmaús)