lunes, 27 de mayo de 2019

LA AYUDA DEL ESPÍRITU


"Pero cuando venga el defensor, el Espíritu de la verdad, que yo enviaré de parte del Padre, él será mi testigo. Y también vosotros seréis mis testigos, porque habéis estado conmigo desde el principio. 
Os digo estas cosas para que no perdáis vuestra fe en mí. Os expulsarán de las sinagogas, e incluso llegará el momento en que cualquiera que os mate creerá que le está prestando un servicio a Dios. Eso lo harán porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. Os digo esto para que, cuando llegue el momento, os acordéis de que ya os lo había dicho."



Ser testigos de Jesús nos traerá problemas. Pero el Amor que nos da el Espíritu, si estamos atentos a Él, puede con todas las adversidades.
"El desenlace del capítulo 15 del evangelio de Juan no puede ser más coherente con el sentido teológico de la totalidad de dicho evangelio. Jesús advierte a la comunidad discipular de las consecuencias y peligros resultantes de la fidelidad a lo esencial: la relación de alianza con Dios como acontecimiento de humanización integral. Desde esta perspectiva, la comunidad no se humaniza salvándose «del» mundo y alejándome de las tribulaciones y conflictos, sino que humaniza «en» el mundo, dando testimonio del amor de Dios en medio de la gente, sus angustias y esperanzas; sembrando en el Espíritu, es decir, dejando de ver al otro con odio y desprecio, sino asumiéndolo como hermano, aún en medio de la violencia, las persecuciones y conflictos generados por el anuncio de la buena nueva. Caemos en la cuenta de las exigencias de este pasaje: ¿Actúas según las inspiraciones del Espíritu, o según el modus operandi de la violencia fratricida? ¿Creemos en el principio de la compasión fraterna por encima de nuestros prejuicios morales, opciones políticas y creencias religiosas?" (Koinonía) 



1 comentario:

  1. Desde esta perspectiva, la comunidad no se humaniza salvándose «del» mundo y alejándome de las tribulaciones y conflictos, sino que humaniza «en» el mundo, dando testimonio del amor de Dios en medio de la gente, sus angustias y esperanzas; sembrando en el Espíritu, es decir, dejando de ver al otro con odio y desprecio, sino asumiéndolo como hermano, aún en medio de la violencia, las persecuciones y conflictos generados por el anuncio de la buena nueva. Caemos en la cuenta de las exigencias de este pasaje: ¿Actúas según las inspiraciones del Espíritu, o según el modus operandi de la violencia fratricida? ¿Creemos en el principio de la compasión fraterna por encima de nuestros prejuicios morales, opciones políticas y creencias religiosas?" (Koinonía)
    "...Os digo estas cosas para que no perdáis vuestra fe en mí. Os expulsarán de las sinagogas, e incluso llegará el momento en que cualquiera que os mate creerá que le está prestando un servicio a Dios. Eso lo harán porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. Os digo esto para que, cuando llegue el momento, os acordéis de que ya os lo había dicho."

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