sábado, 25 de mayo de 2019

AMOR CONTRA ODIO


"Si el mundo os odia, sabed que a mí me odió primero. Si fuerais del mundo, la gente del mundo os amaría como ama a los suyos. Pero yo os escogí de entre los que son del mundo, y por eso el mundo os odia, porque ya no sois del mundo. Acordaos de lo que os dije: ‘Ningún sirviente es más que su amo.’ Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; y si han hecho caso a mi palabra, también harán caso a la vuestra. Todo esto van a haceros por mi causa,
porque no conocen al que me envió."


Si el mundo nos odia, podemos caer en la trampa de encerrarnos en nosotros mismos. Hacer del cristianismo un gheto. Considerar nuestra Fe como algo personal. Al contrario, Jesús, antes de la Ascensión, mando a sus discípulos a predicar la Buena Nueva por el mundo. Al odio "En la lectura continuada que la liturgia hace de los debemos responder con el Amor.
 “Discursos de despedida” (Jn 13–17), se leía al final del capítulo 14, que Jesús daba la orden a los suyos de “salir del cenáculo” (Jn 14,31). Este mandato no fue cumplido, teológicamente hablando, sino hasta el capítulo 18: «salir al mundo». En el texto de hoy, la comunidad empieza afrontar el tema del mundo, que se ha enfrentado a Jesús, lo ha odiado, y finalmente le ha dado muerte. El orden del mundo (Jn 12,31) es mentiroso, violento, homicida, impulsado por el lucro y su propia gloria; pero es en este ámbito donde la comunidad discipular tiene que encarnar a Jesús para así transformarlo desde dentro. Haciendo relectura, este es el sentido de ser una comunidad eclesial «'en salida' hacia el mundo», aunque este lo rechace, ya que esta crea alternativas al orden establecido, condena toda violencia fratricida y devuelve la esperanza a la humanidad. ¿Como Iglesia, estamos dispuesta a caminar, abrir fronteras de todo tipo –incluso las del pensamiento–, buscando caminos de diálogo con el mundo?" (Koinonía) 

1 comentario:

  1. "Si el mundo os odia, sabed que a mí me odió primero. Si fuerais del mundo, la gente del mundo os amaría como ama a los suyos. Pero yo os escogí de entre los que son del mundo, y por eso el mundo os odia, porque ya no sois del mundo. Acordaos de lo que os dije: ‘Ningún sirviente es más que su amo.’ Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; y si han hecho caso a mi palabra, también harán caso a la vuestra. Todo esto van a haceros por mi causa,
    porque no conocen al que me envió."

    “Discursos de despedida” (Jn 13–17), se leía al final del capítulo 14, que Jesús daba la orden a los suyos de “salir del cenáculo” (Jn 14,31). Este mandato no fue cumplido, teológicamente hablando, sino hasta el capítulo 18: «salir al mundo». En el texto de hoy, la comunidad empieza afrontar el tema del mundo, que se ha enfrentado a Jesús, lo ha odiado, y finalmente le ha dado muerte. El orden del mundo (Jn 12,31) es mentiroso, violento, homicida, impulsado por el lucro y su propia gloria; pero es en este ámbito donde la comunidad discipular tiene que encarnar a Jesús para así transformarlo desde dentro.

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