domingo, 17 de noviembre de 2019

EN TIEMPOS DIFÍCILES: CONFIAR


"Algunos estaban hablando del templo, de la belleza de sus piedras y de las ofrendas que lo adornaban. Jesús dijo:
– Vienen días en que de todo esto que estáis viendo no quedará piedra sobre piedra. ¡Todo será destruido!
Preguntaron a Jesús:
– Maestro, ¿cuándo ocurrirán esas cosas? ¿Cuál será la señal de que ya están a punto de suceder?
Jesús contestó:
- Tened cuidado y no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos haciéndose pasar por mí y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘Ahora es el momento’, pero no los sigáis. Y cuando oigáis alarmas de guerras y revoluciones no os asustéis, pues aunque todo eso tiene que ocurrir primero, aún no habrá llegado el fin. 
Siguió diciéndoles:
- Una nación peleará contra otra y un país hará guerra contra otro; en diferentes lugares habrá grandes terremotos, hambres y enfermedades, y en el cielo se verán cosas espantosas y grandes señales. 
Pero antes de eso os echarán mano y os perseguirán: os llevarán a juicio en las sinagogas, os meterán en la cárcel y os conducirán ante reyes y gobernadores por causa mía. Así tendréis oportunidad de dar testimonio de mí. Haceos el propósito de no preparar de antemano vuestra defensa, porque yo os daré palabras tan llenas de sabiduría que ninguno de vuestros enemigos podrá resistiros ni contradeciros en nada. Pero seréis traicionados incluso por vuestros padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de vosotros y todo el mundo os odiará por causa mía, pero no se perderá ni un solo cabello de vuestra cabeza. ¡Permaneced firmes y salvaréis vuestra vida!" 

La descripción que hace el evangelio se refiere a todos los tiempos. Siempre hay dificultades, problemas y dificultades. Siempre, los que siguen sinceramente a Jesús, son perseguidos de una forma u otra. Lo que nos pide hoy es que confiemos, que perseveremos, que seamos fieles.
Todo pasa. Al igual que el templo de Jerusalén fue destruido, todas las obras humanas son perecederas. Sólo el Reino seguirá en pie. El verdadero discípulo es aquél que persevera y confía. El que sigue adelante a pesar de las dificultades. A este, Jesús le pone en su boca su Palabra de Amor. Ello nos ayudará a construir un mundo más humano.
No podemos negar que vivimos tiempos de crisis religiosa. Las iglesias cada vez están más vacías, hay pocas vocaciones y la gente se declara agnóstica o atea. En los medios se nos presentan todos los días violencia, guerra y calamidades. Pero esto no es el fin. La solución no es desesperarse, quejarse. Debemos ser fieles y perseverar. Confiar en el Señor. Luchar con nuestra vida para que el Amor reine en la tierra.
  


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