lunes, 11 de noviembre de 2019

SABER PERDONAR


"Jesús dijo a sus discípulos:
- Siempre habrá incitaciones al pecado, pero ¡ay de aquel que haga pecar a los demás! Mejor le sería que lo arrojasen al mar con una piedra de molino atada al cuello, que hacer caer en pecado a uno de estos pequeños. ¡Tened cuidado! 
Si tu hermano te ofende, repréndele; pero si cambia de actitud, perdónale. Aunque te ofenda siete veces en un día, si siete veces viene a decirte: ‘No volveré a hacerlo’, debes perdonarle.
Los apóstoles pidieron al Señor:
– Danos más fe.
El Señor les contestó:
– Si tuvierais fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podríais decirle a esta morera: ‘Desarráigate de aquí y plántate en el mar’, y el árbol os obedecería."

No somos perfectos. Todos tenemos fallos, debilidades y cometemos errores. Pero Dios nos perdona siempre. Por eso nosotros también tenemos que perdonar siempre.
"Tres temas aparentemente diferentes nos presenta Lucas para nuestra oración y meditación del día: el escándalo, el perdón y la fe. Los escándalos son inevitables. No solo a nivel individual, sino también social e, incluso, eclesial. Corrupción, injusticia, opresión, exclusión, esclavitudes… todo ello es causa de tremendos escándalos en todo tiempo y lugar. Pero ay de los que los provocan: el cinismo y la desvergüenza es lo que considera Jesús como más grave, incluso, que el escándalo en sí mismo. Ahora bien, la responsabilidad es de todos. Unos por comisión y otros por omisión. Por eso corregir, reprender, exhortar al hermano o al grupo que anda cometiendo hechos vergonzosos es un imperativo del creyente. Aunque lo rechacen y le hagan sufrir. El perdón implica una oportunidad de transformación integral del ser humano y de la sociedad. Y para ello se necesita la fe, entendida como un compromiso vital con Dios para liberar y dignificar a la humanidad. ¿Qué iniciativas de revisión, corrección y transformación auténtica conoces y vives personal y comunitariamente?" (Koinonía) 

1 comentario:

  1. Si tu hermano te ofende, repréndele; pero si cambia de actitud, perdónale. Aunque te ofenda siete veces en un día, si siete veces viene a decirte: ‘No volveré a hacerlo’, debes perdonarle.
    Los apóstoles pidieron al Señor:
    – Danos más fe.
    El Señor les contestó:
    – Si tuvierais fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podríais decirle a esta morera: ‘Desarráigate de aquí y plántate en el mar’, y el árbol os obedecería."

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