"Se encontraba Jesús ya cerca de Jericó. Un ciego que estaba sentado junto al camino, pidiendo limosna, al oir que pasaba mucha gente preguntó qué sucedía. Le dijeron que Jesús de Nazaret pasaba por allí, y él gritó:
– ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!
Los que iban delante le reprendían para que se callase, pero él gritaba todavía más:
– ¡Hijo de David, ten compasión de mí!
Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo cerca le preguntó:
– ¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego contestó:
– Señor, quiero recobrar la vista.
Jesús le dijo:
– ¡Recóbrala! Por tu fe has sido sanado.
En aquel mismo momento recobró el ciego la vista, y siguió a Jesús alabando a Dios. Y toda la gente que vio esto alababa también a Dios."
Haz que vea. La petición de este ciego a Jesús ha de ser nuestra petición. Nuestro problema es que no sabemos ver. Nuestra mirada es corta, se queda en la superficie y no vemos más allá de las cosas. El día que sepamos trascender los que nos rodea, veremos de verdad y nuestra vida será una alabanza a Dios, porque sabremos verlo en todas las cosas.
"El evangelista presenta al ciego que se encuentra a la vera del camino de Jericó en contraste con los discípulos, que no han logrado entender el anuncio de la pasión que se presenta en los versículos precedentes (Lc 18,31-34). Este ciego anónimo es un creyente. Aun sin poder ver a Jesús, lo reconoce como el Hijo de David, como el Mesías. Y los discípulos, que llevan un tiempo siguiendo a Jesús, no son capaces de entender su misión. Cuántas veces vemos sido como este ciego a la orilla del camino. Sintiendo el rechazo de la sociedad… brota desde el fondo de nuestras entrañas el grito de auxilio: “¡ten piedad de mí!”… y llega la palabra llena de misericordia: “¿Qué te pasa? ¿Qué necesitas? ¿Cómo te puedo ayudar?” ¿Somos capaces de reconocer en la respuesta de quienes nos ayudan la voz amorosa de Jesús? ¿Hoy, quiénes son los verdaderos ciegos? ¿Las personas con discapacidad visual o los que tenemos todos nuestros sentidos, pero no somos capaces de “ver” lo que pasa a nuestro alrededor?" (Koinonía)
"El evangelista presenta al ciego que se encuentra a la vera del camino de Jericó en contraste con los discípulos, que no han logrado entender el anuncio de la pasión que se presenta en los versículos precedentes (Lc 18,31-34). Este ciego anónimo es un creyente. Aun sin poder ver a Jesús, lo reconoce como el Hijo de David, como el Mesías. Y los discípulos, que llevan un tiempo siguiendo a Jesús, no son capaces de entender su misión. Cuántas veces vemos sido como este ciego a la orilla del camino. Sintiendo el rechazo de la sociedad… brota desde el fondo de nuestras entrañas el grito de auxilio: “¡ten piedad de mí!”… y llega la palabra llena de misericordia: “¿Qué te pasa? ¿Qué necesitas? ¿Cómo te puedo ayudar?” ¿Somos capaces de reconocer en la respuesta de quienes nos ayudan la voz amorosa de Jesús? ¿Hoy, quiénes son los verdaderos ciegos? ¿Las personas con discapacidad visual o los que tenemos todos nuestros sentidos, pero no somos capaces de “ver” lo que pasa a nuestro alrededor?" (Koinonía)
"...- Recóbrala! Per la teva fe t'ha curat.
ResponderEliminarEn aquell mateix moment va recobrar el cec la vista, i va seguir Jesús glorificant Déu. I tota la gent que va veure això lloava també a Déu. "