"Como sucedió en tiempos de Noé, sucederá también en los días en que venga el Hijo del hombre. La gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca, cuando llegó el diluvio y todos murieron. Y lo mismo pasó en los tiempos de Lot: la gente comía y bebía, compraba y vendía, sembraba y construía casas; pero cuando Lot salió de la ciudad de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y todos murieron. Así será el día en que se manifieste el Hijo del hombre.
Aquel día, el que se encuentre en la azotea y tenga sus cosas dentro de la casa, que no baje a sacarlas; y el que esté en el campo, que no regrese a su casa. ¡Acordaos de la mujer de Lot! El que trate de salvar su vida la perderá, pero el que la pierda, vivirá.
Os digo que aquella noche estarán dos en una misma cama: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán. Dos mujeres estarán moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán.
Le preguntaron entonces:
– ¿Dónde ocurrirá eso, Señor?
Y él les contestó:
– Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres."
Al acercarse el fin del Año Litúrgico, la Iglesia nos ofrece una serie de textos escatológicos. Pero para cada uno de nosotros, el fin del mundo es nuestra muerte. Es el momento del encuentro definitivo con el Señor. Jesús no quiere que tengamos miedo. Lo que Él nos quiere decir, es que debemos estar preparados. En cualquier momento, a cualquier hora, puede llamarnos. Los fieles, aquellos que se entregan cada día a los demás, son los que reposarán para siempre en sus brazos.
"Hace unos años se especuló mucho sobre el fin del mundo. La gente asustada acudía a los templos en masa. Muchos líderes religiosos, ministros y pastores sacaron provecho con este fenómeno religioso catastrófico espiritual. La expectativa sobre el final de los tiempos o el fin de la historia ha traído diversas opiniones. Algunos han pensado en el fin de mundo como la oportunidad paras lucrar valiéndose de la ignorancia, ingenuidad o fanatismo de las personas. Otros han rescatado el sentido liberador de estos pasajes de corte escatológico. No se trata de pensar en catástrofes y tragedias universales. Se trata de estar a la expectativa para no dejarse arrastras por el ambiente egoísta, hedonista y consumista que nos rodea y afecta. Es una invitación para permanecer en actitud expectante para que los valores del Reino de Dios fundamentados en el amor se hagan realidad en nuestra vida diaria, en nuestras relaciones y acciones cotidianas. ¿Tu manera de vivir y relacionarte con los demás es un camino de preparación para el encuentro con el Señor?" (Koinonía)
Per a alguns, els diluvis i els incendis ja han estat la seva fi del món.
ResponderEliminarMoltes gràcies per acollir tan tendrament el meu petit llibre. Una abraçada, Joan Josep.