"Jesús paseaba por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a dos hermanos: a Simón, también llamado Pedro, y a Andrés. Eran pescadores, y estaban echando la redr al agua. Jesús les dijo:
– Seguidme, y yo os haré pescadores de hombres.
Al momento dejaron sus redes y se fueron con él.
Un poco más adelante vio Jesús a otros dos hermanos: Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en una barca reparando las redes. Jesús los llamó, y al punto, dejando ellos la barca y a su padre, le siguieron."
Si queremos seguir a Jesús debemos dejar "nuestras redes". Seguiremos pescando, pero con las redes de Jesús. Sin ataduras.
"El Lago de Galilea era rico en pesca y a su alrededor se encontraban varios pueblos de pescadores. Los hermanos Andrés y Pedro vivían en Cafarnaún, y de ahí salían cada noche a pescar. También ahí tenían su “negocio familiar” Zebedeo y sus hijos Juan y Santiago. Estos sencillos pescadores son los primeros invitados a colaborar con Jesús en su misión. Los cuatro llamados están haciendo distintas tareas: los unos están echando las redes al mar y los otros reparando redes… son funciones complementarias y necesarias para su faena. No se puede pescar sin echar redes… y las redes rotas no atrapan peces. Los cuatro dejan apresuradamente lo que están haciendo para seguir a Jesús. Hoy somos llamados para ejercer diferentes y necesarias funciones dentro del mismo seguimiento de Jesús. Todos tenemos una misión diferente de acuerdo a nuestros carismas y a nuestra realidad. Unos tenemos que “echar redes” y a otras nos toca repararlas. ¿Estamos dispuestos a dejar nuestros propios proyectos para seguirle?" (Koinonía)
"Jesús paseaba por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a dos hermanos: a Simón, también llamado Pedro, y a Andrés. Eran pescadores, y estaban echando la redr al agua. Jesús les dijo:
ResponderEliminar– Seguidme, y yo os haré pescadores de hombres.
Al momento dejaron sus redes y se fueron con él.
Un poco más adelante vio Jesús a otros dos hermanos: Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en una barca reparando las redes. Jesús los llamó, y al punto, dejando ellos la barca y a su padre, le siguieron."
"El Lago de Galilea era rico en pesca y a su alrededor se encontraban varios pueblos de pescadores. Los hermanos Andrés y Pedro vivían en Cafarnaún, y de ahí salían cada noche a pescar. También ahí tenían su “negocio familiar” Zebedeo y sus hijos Juan y Santiago. Estos sencillos pescadores son los primeros invitados a colaborar con Jesús en su misión. Los cuatro llamados están haciendo distintas tareas: los unos están echando las redes al mar y los otros reparando redes… son funciones complementarias y necesarias para su faena. No se puede pescar sin echar redes… y las redes rotas no atrapan peces. Los cuatro dejan apresuradamente lo que están haciendo para seguir a Jesús. Hoy somos llamados para ejercer diferentes y necesarias funciones dentro del mismo seguimiento de Jesús. Todos tenemos una misión diferente de acuerdo a nuestros carismas y a nuestra realidad. Unos tenemos que “echar redes” y a otras nos toca repararlas. ¿Estamos dispuestos a dejar nuestros propios proyectos para seguirle?"