"Y les dijo:
- Id por todo el mundo y anunciad a todos la buena noticia. El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea será condenado. Y estas señales acompañarán a los que creen: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas; cogerán serpientes con las manos; si beben algún veneno, no les dañará; pondrán las manos sobre los enfermos, y los sanarán."
Los cristianos tenemos la obligación de anunciar la Buena Nueva. Y de hacerlo ayudando a los demás. Él estará siempre con nosotros. La mejor manera de anunciar el Evangelio es viviendo la vida de Jesús. Es decir, amando a los demás; sobre todo a los más pobres, a los perseguido, a los que sufren.
"Jesús instruye a sus apóstoles sobre la misión. En primer lugar, en salida “id y anunciad” la buena noticia a toda la Comunidad. Quería una iglesia misionera, una iglesia en salida, como lo ha dicho recientemente el Papa Francisco. La fe está unida al bautismo. Quien cree se sumerge en el agua que significa la vida (misión) de Cristo Jesús. Y la misión de Jesús es que “todos los seres humanos tengamos una vida abundante”. Por eso, el que rechaza el proyecto de Jesús, está rechazando la posibilidad de dignificación de los hermanos más pobres. A los que se adhieren al plan de Jesús les acompañarán señales muy concretas para vencer al mal. Estarán capacitados para comunicar vida y esperanza a todos los oprimidos por las estructuras de pecado y de muerte. Tengamos la plena confianza de que si actuamos en nombre de Jesús él nos acompaña y nos dará el valor para vencer el mal con la fuerza del amor, la justicia y la bondad." (Koinonía)
Los cristianos tenemos la obligación de anunciar la Buena Nueva. Y de hacerlo ayudando a los demás. Él estará siempre con nosotros. La mejor manera de anunciar el Evangelio es viviendo la vida de Jesús. Es decir, amando a los demás; sobre todo a los más pobres, a los perseguido, a los que sufren.
"Jesús instruye a sus apóstoles sobre la misión. En primer lugar, en salida “id y anunciad” la buena noticia a toda la Comunidad. Quería una iglesia misionera, una iglesia en salida, como lo ha dicho recientemente el Papa Francisco. La fe está unida al bautismo. Quien cree se sumerge en el agua que significa la vida (misión) de Cristo Jesús. Y la misión de Jesús es que “todos los seres humanos tengamos una vida abundante”. Por eso, el que rechaza el proyecto de Jesús, está rechazando la posibilidad de dignificación de los hermanos más pobres. A los que se adhieren al plan de Jesús les acompañarán señales muy concretas para vencer al mal. Estarán capacitados para comunicar vida y esperanza a todos los oprimidos por las estructuras de pecado y de muerte. Tengamos la plena confianza de que si actuamos en nombre de Jesús él nos acompaña y nos dará el valor para vencer el mal con la fuerza del amor, la justicia y la bondad." (Koinonía)
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