viernes, 10 de enero de 2020

EL ANACORETA Y LA PALMERA INUTIL


Ciertamente aquella palmera daba más pena que sombra. Y lo que era peor, no daba dátiles. Únicamente servía para trenzar algún cesto o una estera cada año. El anacoreta venía observando a sus discípulos, que miraban con malos ojos a la palmera. Un día los vió discutir un rato. Luego, con pasos decididos se dirigieron a él.
- Maestro, ¿por qué no cortamos esta palmera inútil? Apenas si da sombra, no tiene dátiles y con sus hojas pocas cosas podemos hacer. Vale más ir al oasis del oeste a recoger dátiles. ¿Por qué desperdiciar la poca agua que tenemos con este árbol inútil? En su lugar podemos plantar otro más productivo.
El Anacoreta guardó silencio. Por un momento pareció que por su cara pasaba una nube de tristeza. Luego, mirándolos profundamente dijo:
- ¿Por qué llamáis inútil a la palmera? Es una palmera macho. Aquí, sola en medio del desierto, olvidada de todos, esparce su polen al viento y gracias a ella se fecundan las palmeras hembra del oasis para dar dátiles.
Se paró un momento. Miró sonriendo a la palmera y añadió:
- ¡Cuántas personas dadas por inútiles son sin embargo la causa de que otros vivan! Si llamáis inútil a esta palmera, significa que no habéis entendido nada de nuestra vida en el desierto. ¿Acaso no somos inútiles a los ojos de los hombres? Sin embargo ellos están presentes en nuestro corazón, en nuestras oraciones, en nuestra vida... y, sin ellos saberlo, les ayudamos a vivir a seguir adelante.
Los discípulos bajaron sus cabezas avergonzados.
- Pero no os preocupéis. Yo tardé mucho en darme cuenta de la importancia de esta palmera.....
Y se retiró lentamente a su cueva...

2 comentarios:

  1. El Anacoreta guardó silencio. Por un momento pareció que por su cara pasaba una nube de tristeza. Luego, mirándolos profundamente dijo:
    - ¿Por qué llamáis inútil a la palmera? Es una palmera macho. Aquí, sola en medio del desierto, olvidada de todos, esparce su polen al viento y gracias a ella se fecundan las palmeras hembra del oasis para dar dátiles.
    Se paró un momento. Miró sonriendo a la palmera y añadió:
    - ¡Cuántas personas dadas por inútiles son sin embargo la causa de que otros vivan! Si llamáis inútil a esta palmera, significa que no habéis entendido nada de nuestra vida en el desierto. ¿Acaso no somos inútiles a los ojos de los hombres? Sin embargo ellos están presentes en nuestro corazón, en nuestras oraciones, en nuestra vida... y, sin ellos saberlo, les ayudamos a vivir a seguir adelante.
    Los discípulos bajaron sus cabezas avergonzados.
    - Pero no os preocupéis. Yo tardé mucho en darme cuenta de la importancia de esta palmera.....
    Y se retiró lentamente a su cueva...

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  2. M´agrada molt aquest Post.De vegades etiquetem sense valorar l´iportancia de les petites coses que no percivim.

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