Un hombre enfermo de lepra se acercó a Jesús, y poniéndose de rodillas le dijo:
– Si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad.
Jesús tuvo compasión de él, le tocó con la mano y dijo:
– Quiero. ¡Queda limpio!
Al momento se le quitó la lepra y quedó limpio. Jesús lo despidió en seguida, recomendándole mucho:
– Mira, no se lo digas a nadie. Pero ve, preséntate al sacerdote y lleva por tu purificación la ofrenda ordenada por Moisés; así sabrán todos que ya estás limpio de tu enfermedad.
Sin embargo, en cuanto se fue, comenzó a contar a todos lo que había pasado. Por eso, Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo, sino que se quedaba fuera, en lugares donde no había nadie; pero de todas partes acudían a verle.
Ante Jesús se presenta un leproso. En aquel tiempo era lo más despreciable que existía. Si la enfermedad y la desgracia la causaban los pecados, eso hombres debían ser unos grandes pecador. Se les excluía totalmente de la sociedad y debían vivir en cuevas, apartados de los demás. Sin embargo ese leproso se acerca y le pide a Jesús que lo limpie. Y Jesús lo "tocó" con la mano. Algo que estaba totalmente prohibido y lo limpió.
En nuestra sociedad existen muchos "leprosos": gente que vive en la calle, drogadictos, prostitutas, ladrones, sin papeles...Nosotros los evitamos, pero Jesús se acercaría a ellos, los "tocaría". Estos días he leído en internet, personas que creen seguir a Jesús, criticar al Papa Francisco por decir que se puede bendecir a parejas de homosexuales. Incluso hay quien lo considera hereje. Jesús desobedeció dos normas estrictas establecidas por los sacerdotes de su tiempo: dejar que se le acercase un leproso y tocarlo. ¿No hemos aprendido la lección? Nos creemos perfectos y no queremos mancharnos con la impureza de los otros. Olvidamos que todos somos leprosos y que estamos llenos de defectos. Sin embargo Jesús se acerca a nosotros y nos toca. Porque Él es Misericordia.
Si queremos ser sus seguidores, hemos de acercarnos a los "leprosos" para ayudarlos a limpiarse. Él también os dijo que son los enfermos los que necesitan al médico, no los sanos. Debemos llevar el Amor hacia ellos. Así les ayudaremos a purificarse y a encontrar a Jesús. Debemos acercarnos a los excluidos de este mundo.
Si Cristo vino a llamar a los pecadores y a enfrentarse con una ley que malogra a los hombres. ¿Por que para seguir a Cristo hacemos lo mismo que los que lo ctucificaron? ¿Es que aun no creemos en Cristo?
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