martes, 6 de febrero de 2024

CAER EN EL LEGALISMO

  

Se acercaron los fariseos a Jesús, junto con unos maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén. Y al ver que algunos discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin haber cumplido con el rito de lavárselas, los criticaron. (Porque los fariseos –y todos los judíos– siguen la tradición de sus antepasados de no comer sin antes lavarse cuidadosamente las manos. Y al volver del mercado, no comen sin antes cumplir con el rito de lavarse. Y aún tienen otras muchas costumbres, como lavar los vasos, los jarros, las vasijas de metal y las camas.) Por eso, los fariseos y los maestros de la ley preguntaron a Jesús:
– ¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de nuestros antepasados? ¿Por qué comen con las manos impuras?
Jesús les contestó:
– Bien habló el profeta Isaías de lo hipócritas que sois, cuando escribió:
‘Este pueblo me honra de labios afuera,
pero su corazón está lejos de mí.
De nada sirve que me rinda culto,
pues sus enseñanzas son mandatos de hombres.’
Porque vosotros os apartáis del mandato de Dios para seguir las tradiciones de los hombres.
También les dijo:
– Vosotros, para mantener vuestras propias tradiciones, pasáis por alto el mandato de Dios. Pues Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’ y ‘El que maldiga a su padre o a su madre, será condenado a muerte.’ Pero vosotros afirmáis que un hombre puede decirle a su padre o a su madre: ‘No puedo socorrerte, porque todo lo que tengo es corbán’ (es decir, “ofrecido a Dios”); y también afirmáis que ese hombre ya no está obligado a socorrer a su padre o a su madre. De esa manera invalidáis el mandato de Dios con tradiciones que os trasmitís unos a otros. Y hacéis otras muchas cosas parecidas.

Cuando la espiritualidad pierde su finalidad, el contacto con Dios, la unión de todos en e Uno, suele caer en el legalismo. Perdemos el sentido y la profundidad de las cosas y nos refugiamos en los detalles, en las mil y una normas, en el legalismo.
Jesús les hecha en cara a los fariseos y maestros de la ley, que han dejado lo fundamental por lo nimio. Y normalmente esto lo hacemos por provecho nuestro. Nos refugiamos en detalles, en mil y un precepto, y nos olvidamos de amar. Jesús resumió los diez mandamientos en dos: "Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo". Lo redujo todo al Amor. Nosotros preferimos los preceptos para ahorrarnos el amar. Y así está nuestra sociedad...

1 comentario:

  1. No se por que, no aparecen mis comentarios aqui, pero lo intentare una vez mas. Muy escueta la predicacion pero me gusta, quedarse en detalles es ser necio, la vida no es de detalles es de amor.
    Me encantan las predicaciones que haceis los distintos padres estos ultimos dias han sido buenisimas. Un abrazo.

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