"Jesús estaba viendo cómo los ricos echaban dinero en las arcas de las ofrendas, y vio también a una viuda pobre que echaba dos monedas de cobre. Entonces dijo:
– Verdaderamente os digo que esta viuda pobre ha dado más que nadie, pues todos dan sus ofrendas de lo que les sobra, pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para su sustento."
Jesús nos da una lección. Lo importante no es la cantidad que se da, sino cómo se da. Lo importante no es dar, sino darse.
El rico entrega lo que le sobre. Quizá para hacerse ver. La viuda da lo que necesita para vivir, es decir se entrega ella. Pone el corazón en lo que da. Eso es ser discípulo de Jesús: entregarse a los demás. Dar dinero es un sacrificio relativo. Dar nuestra vida, nuestro tiempo, aquello que necesitamos para vivir, es entregarse de verdad. Esa es la pobreza cristiana. Pobre no es el que no tiene nada, sino el que se entrega totalmente, el que no se posee ni a sí mismo.
Jesús nos da una lección. Lo importante no es la cantidad que se da, sino cómo se da. Lo importante no es dar, sino darse.
El rico entrega lo que le sobre. Quizá para hacerse ver. La viuda da lo que necesita para vivir, es decir se entrega ella. Pone el corazón en lo que da. Eso es ser discípulo de Jesús: entregarse a los demás. Dar dinero es un sacrificio relativo. Dar nuestra vida, nuestro tiempo, aquello que necesitamos para vivir, es entregarse de verdad. Esa es la pobreza cristiana. Pobre no es el que no tiene nada, sino el que se entrega totalmente, el que no se posee ni a sí mismo.
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