martes, 8 de noviembre de 2016

SERVIDORES


"Si uno de vosotros tiene un criado que regresa del campo después de haber estado arando o cuidando el ganado, ¿acaso le dice: Pasa y siéntate a comer? No, sino que le dice: Prepárame la cena y estáte atento a servirme mientras como y bebo. Después podrás tú comer y beber. Y tampoco da las gracias al criado por haber hecho lo que le mandó. Igualmente vosotros, cuando ya hayáis hecho todo lo que Dios os manda deberéis decir: Somos servidores inútiles; no hicimos más que cumplir con nuestra obligación."

Lo peor que puede ocurrirnos, es creernos importantes. Enorgullecernos de lo que hacemos e ir pregonando nuestras obras de caridad o de apostolado. Si hacemos el bien, en realidad sólo estamos cumpliendo con nuestro deber. Ser discípulo de Jesús, significa entregarse a los demás, vivir para los demás. No es un mérito; es la exigencia de seguir ese camino. No actuamos para ganar méritos, sino para cumplir con nuestro deber de discípulos. Porque no se puede ser discípulo de Jesús sin ser servidores de los demás, sin amar. 

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