"Cuando llegó cerca de Jerusalén, al ver la ciudad, lloró por ella y dijo:
- ¡Si entendieras siquiera en este día lo que puede darte paz!... Pero ahora eso te está oculto y no puedes verlo. Pues van a venir días malos para ti, en los que tus enemigos te cercarán con barricadas, te sitiarán, te atacarán por todas partes y te destruirán por completo. Matarán a tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no reconociste el momento en que Dios vino a salvarte."
Hoy vemos a Jesús llorando ante Jerusalén, porque no ha reconocido su mensaje de paz, porque no sigue los caminos de la paz. Eso llevará a su destrucción.
Nuestra sociedad tampoco acepta caminos de paz. Las noticias están llenas de violencia. De luchas entre pueblos, hambre y destrucción. Jesús también llora, porque no aceptamos su mensaje de paz. Vivimos en una sociedad hipócrita que aparta la vista ante las desgracias ajenas. Una sociedad que oculta o tergiversa el mensaje de paz de Jesús. En vez de luchar por la fraternidad, de esforzarnos por compartir, somos una sociedad que busca la competencia, el poder a toda costa, el dominio sobre los demás. Como Jerusalén, ¿nos encaminamos hacia la destrucción?
Hoy vemos a Jesús llorando ante Jerusalén, porque no ha reconocido su mensaje de paz, porque no sigue los caminos de la paz. Eso llevará a su destrucción.
Nuestra sociedad tampoco acepta caminos de paz. Las noticias están llenas de violencia. De luchas entre pueblos, hambre y destrucción. Jesús también llora, porque no aceptamos su mensaje de paz. Vivimos en una sociedad hipócrita que aparta la vista ante las desgracias ajenas. Una sociedad que oculta o tergiversa el mensaje de paz de Jesús. En vez de luchar por la fraternidad, de esforzarnos por compartir, somos una sociedad que busca la competencia, el poder a toda costa, el dominio sobre los demás. Como Jerusalén, ¿nos encaminamos hacia la destrucción?
Bon día Joan Josep.
ResponderEliminarEs cierto cada día hay más competencia en esta sociedad moderna, y se ve en la nueva esclavitud y explotación, hacia los que necesitan trabajo.
Recemos para que no lleguemos a la destrucción.
PAU I BE