lunes, 10 de febrero de 2020

EL ANACORETA Y LAS PALABRAS


El Anacoreta y su discípulo trenzaban cestos de hoja de palmera bajo la sombra de una higuera. Tras un largo silencio el anciano dijo:
- La importancia del silencio no está en él mismo, sino en el valor de la palabra.
El discípulo miró extrañado a su maestro. Este, sin dejar de trenzar, siguió hablando:
- Para que las palabras puedan enriquecernos han de salir del corazón. Si hablamos por hablar, por complacer, por quedar bien, las palabras hacen más daño que bien.
El discípulo, que había dejado de trenzar y miraba al Anacoreta, preguntó:
- ¿Y cómo podemos saber si nuestras palabras son buenas?
El Anacoreta sonrió plácidamente, como siempre hacía cuando el discípulo le preguntaba algo. Y dijo:
- El secreto está en no decir nada que no haya arraigado profundamente en nuestra vida interior. Por eso la mejor forma de orar es hacerlo en silencio, es la contemplación. De ahí surgirán las verdaderas palabras...
Y el Anacoreta siguió fabricando su cesto y no volvió a hablar....

No hay comentarios:

Publicar un comentario