viernes, 14 de febrero de 2020

EL ANACORETA Y EL SERVICIO


Paseaban el Anacoreta y su discípulo por la ciudad. Quedaron admirados de los anuncios que veían:
"Estamos a su servicio"
"Servirle es nuestro placer"
"Nuestra especialidad es estar a su servicio"
Como se acercaban las elecciones también encontraron las calles tapizadas de pasquines de los partidos políticos. Todos mostraban frases similares:
"Al servicio del Pueblo"
"La voz del Pueblo"
"Tu eres quien mandas"
Ya de regreso a la cueva, a mitad de camino, el Anacoreta dijo:
- No te fíes de esos anuncios. Bajo la voluntad de servicio se esconde muchas veces la voluntad de poder. Comerciantes y políticos conjugan el verbo servir porque les es rentable. No lo dudes. Por sus servicios, de una forma u otra, presentarán factura en dinero o en poder.
- Sí - afirmó el discípulo - pero hay mucha gente que dedica su vida a los demás.
El Anacoreta sonrió, se detuvo, y, mirando a los ojos del discípulo, dijo:
- ¡Qué difícil es ser sinceros con nosotros mismos! Muchas veces también presentamos nosotros facturas. Servimos a los demás porque eso no hace felices. Servimos a los demás para ganar la salvación. Servimos a los demás para que nos consideren santos...
Puso sus dos manos sobre los hombros del discípulo y añadió:
- ¡Qué difícil es servir a los demás por amor! Servirlos porque esa es el único camino para hacer una humanidad mejor. Servirlos porque esa es nuestra misión: hacer un mundo solidario y fraterno. Servirlos porque todo hombre tiene derecho a ser amado...
Y prosiguieron su camino a través del desierto...

1 comentario:

  1. Sí - afirmó el discípulo - pero hay mucha gente que dedica su vida a los demás.
    El Anacoreta sonrió, se detuvo, y, mirando a los ojos del discípulo, dijo:
    - ¡Qué difícil es ser sinceros con nosotros mismos! Muchas veces también presentamos nosotros facturas. Servimos a los demás porque eso no hace felices. Servimos a los demás para ganar la salvación. Servimos a los demás para que nos consideren santos...
    Puso sus dos manos sobre los hombros del discípulo y añadió:
    - ¡Qué difícil es servir a los demás por amor! Servirlos porque esa es el único camino para hacer una humanidad mejor. Servirlos porque esa es nuestra misión: hacer un mundo solidario y fraterno. Servirlos porque todo hombre tiene derecho a ser amado...

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