En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: "Acláranos la parábola de la cizaña en el campo". El les contestó: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su Reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga".
En nuestra sociedad, como veíamos ayer, el bien y el mal están mezclados. Y lo que es peor, a veces, no tenemos claro lo que es el bien y lo que es el mal.
Pero muchas veces campa a sus anchas por el mundo sin que nadie haga nada para eliminarlo. Guerras, puertas cerradas a los emigrantes, gente sin hogar, desahucios, todo tipo de violencia...El Padre hará justicia al fin de los tiempos. Pero mientras tanto, con nuestro compromiso y entrega, debemos intentar paliar todo lo posible, el mal que nos rodea. Y sólo tenemos una forma de combatir el mal...haciendo el bien.
Nosotros, todos somos la Iglesia del Señor, vinimos a servir y no hacer servidos, ,x nosotros tenemos q ser humildes de corazón no pobres, el q dice q es pobre, es x q no es humilde, tenemos q ser ricos en ese sentido, compartir, con todo aquel q lo nesecite, con lo q uno tenga y pueda, x q querer es poder, c q , el Señor nos hace ricos, en todo, no podemos desfalleser
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