viernes, 15 de julio de 2022

LEY O MISERICORDIA

 


Un sábado de aquéllos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron: "Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado". Les replicó: "¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y sus hombres sintieron hambre. Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendierais lo que significa "quiero misericordia y no sacrificio", no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado".

El Amor está por encima del sacrificio. La misericordia por encima de las normas. La persona por encima de la ley. Cada vez que faltamos a la caridad con la excusa de cumplir una ley...nos estamos equivocando y nos alejamos de Dios en vez de obedecerle. Porque Él quiere misericordia. No, sacrificios.

"Se tenía por un trabajo prohibido frotar espigas en sábado para sacarles los granos. El reposo sabático obligaba a omitir cualquier “acto creador”, pero Jesús antepone la vida digna a la ley. Aduce un par de argumentos de las propias Escrituras: transgredir lo santo (el caso de David) frente al hambre, y servir al templo (el caso de los sacerdotes) frente al descanso. Jesús propone una santidad superior, bajo el principio de la misericordia, que está por encima de cualquier ley sabática o de santidad. La misericordia ha de prevalecer frente al legalismo. La misericordia es el gran manantial que tenemos para evitar la ruina total que significa desligarnos unos de otros, en un afán de cumplir determinadas normativas, usos o costumbres, y que termina por poner a unos encima de otros. Pensemos en el conflicto que se genera en ofrecer la absolución o la eucaristía a las personas divorciadas. Difícil el acompañamiento pastoral frente a las restricciones. ¿Qué podemos hacer para acompañar desde la misericordia a quienes se sienten excluidos? " (Koinonía) 

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