En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: "El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra."
Hoy Jesús nos habla de la importancia del Reino. Tanta, que no tiene precio. Debemos abandonarlo todo, entregarnos totalmente para adquirilo.
No se llega al Reino solamente con oraciones, ritos, palabras...El Reino exige nuestra entrega total. Y mirando a Jeús, nos damos cuenta de que esa entrega debe ser a los pobres, a los débiles, a los enfermos, a los abandonados...a los demás.
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