El reino de los cielos se puede comparar a un tesoro escondido en un campo. Un hombre encuentra el tesoro, y vuelve a esconderlo allí mismo; lleno de alegría, va, vende todo lo que posee y compra aquel campo
También se puede comparar el reino de los cielos a un comerciante que anda buscando perlas finas; cuando encuentra una de gran valor, va, vende todo lo que posee y compra la perla.
Este texto de hoy nos dice claramente que el Reino no es algo evidente, hay que buscarlo. El hombre lo encuentra en el campo por casualidad. El comerciante encuentra la perla porque la busca; pero en ambos casos, su alegría es tan grande que lo venden todo para obtener el tesoro y la perla.
Si no lo hemos dejado todo, si nuestra vida no está totalmente enfocada a obtener el Reino, es que no es nuestro tesoro. Por eso deberíamos preguntarnos ¿Dónde está nuestro tesoro? Quizá, lo más probable, es que no sabemos qué es el Reino. Pensamos en el otro mundo, en el Cielo...pero Jesús nos pide que instauremos el Reino aquí. Quiere que transformemos nuestra sociedad en el Reino del Amor. El Reino de Dios, un Dios que vive en el otro, que sufre en el pobre y perseguido. Si realmente hemos descubierto este Reino, debemos dejarlo todo, entregarnos toralmente para obtenerlo. ¡Qué triste es ver a personas que se declaran cristianas y que están llenas de racismo, que no abren sus brazos al necesitado, que se encierran en ellas mismas para no "contaminarse"!
Él nos mostró el camino entregándose hasta la muerte. Mostrándonos el camino del perdón, de la misericordia, del Amor.
"El Regne, està, enmig teu...en ells que donen sentit al Viure"...Tot brolla d'ells...
ResponderEliminar