Yo soy la vida verdadera y mi Padre es el viñador. Si uno de mis sarmientos no da fruto, lo corta; pero si da fruto, lo poda y lo limpia para que dé más. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado. Seguid unidos a mí como yo sigo unido a vosotros. Un sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no está unido a la vid. De igual manera, vosotros no podéis dar fruto si no permanecéis unidos a mí.
Yo soy la vid y vosotros sois los sarmientos. El que permanece unido a mí y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí nada podéis hacer. El que no permanece unido a mí será echado fuera, y se secará como los sarmientos que se recogen y se queman en el fuego.
Si permanecéis unidos a mí, y si sois fieles a mis enseñanzas, pedid lo que queráis y se os dará. Mi Padre recibe honor cuando vosotros dais mucho fruto y llegáis así a ser verdaderos discípulos míos.
La unión hace la fuerza. Las personas solitarias, sufren mucho. Todos necesitamos estar unidos a alguien: una familia, una Congregación, un grupo de amigos...
Jesús nos muestra con las palabras de hoy cómo hemos de estar unidos sus seguidores. Utiliza la imagen de la vid. Esa planta que el viñador debe cuidar todo el año para dar mucho fruto a su tiempo.
Debemos estar unidos entre nosotros y con Él. Formar una sola planta, una vid, para dar fruto. Todos los frutos.
Los hombres no somos felices porque no estamos unidos. Buscamos nuestro bien sin pensar en los demás. El día que estemos unidos a Jesús y formemos una unidad todos, obtendremos el fruto de la felicidad, de la alegría, de la paz....el fruto del Amor.
Estar units els uns als altres.
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