martes, 31 de agosto de 2010

SOLEDAD...


Normalmente, cuando hablo de soledad, me refiero a la buscada. A esos momentos que todos necesitamos para estar con nosotros mismos y que nos permiten penetrar en  nuestro interior. Esa soledad es buena.
Pero hay una soledad no buscada, triste, que nos hace daño.
Cuando fallece un enfermo al que he dedicado muchas horas, que ha secuestrado mi vida durante un tiempo, me sucede que me encuentro inmerso en esa soledad. Siento un vacío interior y una desgana extraña hacia todo. Lo normal sería, tras esa muerte, pasado el dolor de la separación, encontrarse liberado y con deseos de vivir la vida sin más trabas. Pues no. Posiblemente ese enfermo pasaba a formar parte de mi vida, de mi cotidianidad, y al perderlo, se produce un vacío que cuesta llenar. Hay que volver a organizar la vida, buscar esos puntos fuertes del día a día, que llenaba él, y que ahora han quedado vacíos, para ocuparlos con otras personas. Y digo personas, porque podemos caer en la tentación de llenarlos con cosas...Y las cosas nos dejan igualmente vacíos. Sólo las personas nos llenan. Y sobre todo, Dios...

4 comentarios:

  1. Supongo que es normal, es como si te quedaras sin nada que hacer, con las horas vacías y sin saber cómo llenarlas; me has hecho recordar la soledad en la que me dejó mi madre, fueron muchos años pendiente de ella, sufriendo cuando tenía que salir y la dejaba sola, ese dormir con un ojo abierto y el otro cerrado....
    Me costó mucho superarlo y entiendo lo que cuentas, es algo que llega pesando mucho y además sin buscarlo, es una soledad muy difícil de definir y también de superar, un tiempo vacío que aunque sepamos cual es el camino para llenarlo, no es tan fácil de conseguir
    Las personas que nos rodean nos pueden ayudar a ello, como tú mismo dices y sobre todo Dios, aunque en esos momentos parece que Él quisiera jugar al escondite con nosotr@s y se esconde tan bien que cuesta un montón encontrarlo....

    Un fuerte abrazo

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  2. JOAN JOSEP:

    SIMPLEMENT ET LLEGEIXO I ET MEDITO. AVUI NO SE QUE DIR.

    EL QUE PASA QUE CREC QUE CRIST, SI PENSEM AMB ELL NO ENS DEIXA MAI SOLS.

    DE VEGADES REPETEIXO COM SI FOS UN MANTRA.

    "EL SEÑOR ES MI PASTOR, EL SEÑOR ES MI PASTOR, EL SEÑOR ES MI PASTOR..."

    QUINA ENSALADA QUE FAIG OI?.

    QUE HI FAREM SI SOC AIXI.

    UNA ABRAÇADA GERMÁ I GRACIAS PER EL TEU BLOG, QUE ACOMPANYA A MOLTES PERSONES, Montserrat

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  3. Las personas siempre dejan su huella en nosotros y nosotros en los demás. Quizás no se trata de llenar el hueco que dejó esa persona, sino aceptar su marcha, aceptar ese hueco que nos dejó y que nadie podrá reemplazar. Al final, sucede que no sentimos ese vacío hasta no recordamos de nuevo a la persona que se marchó.

    Un Abrazo Joan. Te acompaño en esa soledad con tu permiso.
    Hari.

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  4. La comparación te va a parecer un desproposito...
    Lo que nos explicas se parace , en buena medida, al sindrome del nido vacio. Pasas un tiempo con la sensación de estar perdida... o perdiendo un tiempo valiosisimo... y la razón te dice que el valor existia gracias a quien cuidabas. Un lio vamos.
    Él, está en un buen lugar... y sonrie al mirarte. ( tienes una amiga hereje que cree en cosas rarisimas)
    Un beso de sabado fresquito.... de momento-

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