jueves, 30 de junio de 2022

JESÚS NOS HACE ANDAR

 



En aquel tiempo subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: "¡Animo, hijo!, tus pecados están perdonados". Algunos de los letrados se dijeron: "Este blasfema". Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: "¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: "Tus pecados están perdonados", o decir: "Levántate y anda"? Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados -dijo dirigiéndose al paralítico-: "Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa".
Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

Jesús nos presenta un Dios que perdona. Jesús nos hace caminar. Todo dios que sea crueldad, impedimento, obstáculo para vivir no es Dios.

"El mundo está lleno de falsos profetas que anuncian fatalidades para quienes no se amoldan a la religión del “dios” de la prosperidad. Profetas alineados al sistema que, sin cuestionarlo, lo bendicen y proclaman su victoria. Este falso “dios” lo único que pide son diezmos y una adhesión ciega a sus grupos sectarios. Todo este montaje en el mercado religioso es tentador, porque invita a soñar con un mundo y con un “dios” hecho a la medida. No necesitas reaccionar frente a las injusticias y el sufrimiento porque ellos te dan lo necesario para resistir –la sensación de que en sus cultos casi “tocas el cielo”– convirtiéndose en lo que criticaban los sistemas socialistas: un opio adormecedor. Novedosa la invitación del Papa Francisco cuando dice que quiere a la Iglesia entre pueblo, en sus luchas y pesares, con “olor a oveja”, “en salida” y accidentados por anunciar la Buena Nueva del Reino. ¿Qué buenas acciones a favor de las personas vulneradas y vulnerables puedes realizar en tu comunidad de fe?  " (Koinonía)

miércoles, 29 de junio de 2022

LAS LLAVES DEL AMOR

 


En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos contestaron: "Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas." Él les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo." Jesús le respondió: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo."

Sí, las llaves del Amor, porque el Reino es el Amor. El día en que todos lleguemos a amarnos, habremos alcanzado el Reino. El Amor todo lo consigue en la tierra y en el cielo. Porque el Amor es Dios.
 
"“Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” La pregunta quema a los apóstoles y a nosotros hoy. Porque la respuesta implica una toma de posición fundamental sobre el sentido de la vida. ¡Por eso a esta pregunta nunca se acaba de responder! “Tú eres el Mesías, el hijo de Dios vivo”, se atreve a decir Pedro. Quizá esté muy lejos aún de entender el verdadero alcance de estas palabras, pero ha dado en el clavo. Y no por casualidad, sino por un largo descubrimiento que ha ido haciendo de Cristo y, sobre todo, por una intuición que le sobrepasa: “Eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre del cielo”. Pedro cree, rodeado todavía de una gran oscuridad. Y Jesús exclama: tú vas a ser el fundamento, la roca, la piedra de base de la comunidad que nace.
“Te daré las llaves del reino”. Dar las llaves a un niño es reconocer que ha crecido y es capaz de ser independiente; es confiarle una responsabilidad. Esa llave es un poder y, por tanto, un peligro. Pero a lo largo de toda su vida Jesús no ha dejado de desmitificar el poder humano. Porque es indudable que existe una tendencia clara a acapararlo, a convertirlo en propiedad personal, a erigirlo en absoluto.
Pero las llaves, antes que un poder, son un servicio confiado. Esas llaves no son sólo para Pedro. “Me atrevo a decir, afirma san Agustín, que estas llaves las tenemos todos”. Jesús nos ofrece el universo con “las llaves puestas”. Nos toca a nosotros abrir.
La figura del Apóstol Pedro, prontamente, fue cobrando un lugar importante en las primeras comunidades. Seguir a Jesús y sentir a Dios como Padre son la clave para llevar a cabo una nueva misión en su vida: liderar, como lo hiciera Jesús, a las comunidades; incluso, dando la vida por ellas. Así se constituyó en una sólida columna para la Iglesia y modelo de liderazgo eclesial.
Igualmente el Apóstol Pablo: es admirable su lucha por abrir el cristianismo naciente a nuevas culturas y formas de pensar, para que todas las personas hagan la experiencia gozosa de Dios Padre y desde ahí vivan como verdaderos hermanos y hermanas. Su lucha no permitió que el cristianismo se quedara como un grupo judío más, sino que, también con sus reflexiones teológicas, ayudó a construir nuestra siempre nueva identidad. ¿Qué me enseñan Pedro y Pablo en mi seguimiento de Jesús?" (Koinonía)

martes, 28 de junio de 2022

ÉL SIEMPRE NOS AYUDA



En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron. De pronto, se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole: «¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!» Él les dijo: «¡Cobardes! ¡Qué poca fe!» Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.
Ellos se preguntaban admirados: «¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!»
Ellos se preguntaban admirados: "¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!"


"Frente a tantas tragedias acaecidas en el mundo en estos últimos años, nos puede quedar la sensación de que todavía no hemos aprendido a valorar la “vida”. Somos como un «palo humeante», nos dice Amós, que reacciona momentáneamente y se cuestiona, pero luego se le pasa el susto y sigue igual sin generar cambios. Algo de esto demostramos con las aperturas durante la pandemia, porque caímos en una desesperación, no tanto por ver a los seres queridos cuanto por continuar con nuestras rutinas y vidas habituales a las que ya estábamos más que acostumbrados. Nuestras súplicas se parecen a las de los discípulos: cuando sentimos que nos hundimos, gritamos desesperadamente: «¡Señor, sálvanos!». Pero, una vez pasada la tormenta, vamos tras la búsqueda de nuestras propias seguridades y vida cómoda. ¡Cuidado! Porque nos encontramos delante de una vida frágil y limitada. Además de invitarnos a la fe, Jesús nos invita a vencer la sensación de “naufragio” cuando dejamos de ser tan dependientes de las cosas que nos ofrece el sistema." (Koinonía) 

lunes, 27 de junio de 2022

SEGUIRLO DE VERDAD

 


En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de atravesar a la otra orilla. Se le acercó un letrado y le dijo: "Maestro, te seguiré a donde vayas". Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza". Otro, que era discípulo, le dijo: "Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre". Jesús le replicó: "Tú, sígueme. Deja que los muertos entierren a sus muertos".

El evangelio de ayer era similar al de hoy pero de evangelista diferente. ¿De verdad seguimos a Jesús? Hay un hecho actual que me hace dudar de que los cristianos sigamos de verdad a Jesús: Tenemos inmigrante de primera y de segunda. ¿Por qué aceptamos sin problemas a los ucranianos y dejamos a los que vienen de África y Asia morir en el Mediterraneo o los matamos en la frontera de Melilla? Precisamente ese Jesús que no tenía dónde recostar su cabeza, son esos inmigrantes. Unos y otros. No hay que rechazar a ninguno. Y no echemos la culpa al gobierno. Cualquier gobierno, de derechas, centro o izquierdas, se comportaría igual. Porque, por desgracia, lo que les interesa es el poder...Y nosotros, a los marroquís, paquistaníes y subsaharianos los miramos de forma muy diferente a los otros inmigrantes.

"Vivimos en sociedades donde es más fácil aceptar los miles de muertos prematuros que generar cambios esenciales que protejan y aseguren la vida de las personas más vulnerables. Jesús, en cambio, nos da lecciones de solidaridad para con despojados de toda dignidad, los “sin lugar”, los sin tierra, sin derechos, sin oportunidades; se identifica con ellos y se pone a su nivel reclamando justicia. Cuando el evangelio nos dice que no tiene «dónde recostar la cabeza», no se refiere solamente a estar sin techo, sino propiamente a su destino, con los crucificados de ayer y de hoy, en fosas comunes, totalmente abandonados y despreciados por los poderes de este mundo. Dejar que «los muertos entierren a sus muertos» es una fuerte expresión de denuncia al sistema generador de muerte. Él, por el contrario, está invitando a engendrar vida desde el espacio del Reino." (Koinonía)

domingo, 26 de junio de 2022

ÉL NOS LLAMA


  Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.
De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: "Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?"
Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.
Mientras iban de camino, le dijo uno: "Te seguiré adonde vayas."
Jesús le respondió: "Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza."
A otro le dijo: "Sígueme."
Él respondió: "Déjame primero ir a enterrar a mi padre."
Le contestó: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios."
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia."
Jesús le contestó: "El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios."


"El Evangelio nos dice que el desprendimiento exigido por Jesús a los tres candidatos a su seguimiento, es radical e inmediato. Se tiene, incluso, la impresión de una cierta dureza de parte de Jesús. Pero todo está puesto bajo el signo de la urgencia. Jesús ha iniciado “el viaje hacia Jerusalén”. Esta “subida” interminable (que ocupa 10 capítulos en el evangelio de Lucas) no se encuadra en una dimensión estrictamente geográfica, sino teológica: Jesús se encamina decididamente hacia el cumplimiento de su misión.
El viaje de Jesús a Jerusalén no es un viaje turístico. El maestro exige a los discípulos la conciencia del riesgo que comparte esa aventura: “la entrega de la propia vida”.
Se diría que Jesús hace todo lo posible para desanimar a los tres que pretenden seguirle a lo largo del camino. Parece que su intención es más la de rechazar que la de atraer, desilusionar más que seducir. En realidad, él no apaga el entusiasmo, sino las falsas ilusiones y los triunfalismos mesiánicos. Los discípulos deben ser conscientes de la dificultad de la empresa, de los sacrificios que comporta y de la gravedad de los compromisos que se asumen con aquella decisión.
Por tanto, «seguir a Jesús en radicalidad» exige:
- Disponibilidad para vivir en la inseguridad: “No tener nada, no llevar nada”. No se pone el acento en la pobreza absoluta, sino en la itinerancia. El discípulo lo mismo que Jesús, no puede programar, organizar la propia vida según criterios de exigencias personales, de “confort” individual.
- Ruptura con el pasado, con las estructuras sociales, políticas, económicas y culturales que atan y generan la muerte. Es necesario que los nuevos discípulos miren adelante, que anuncien el Reino, para que desaparezca el pasado y viva el proyecto de Jesús.
- Decisión irrevocable. Nada de vacilaciones, nada de componendas, ninguna concesión a las añoranzas y recuerdos del pasado, el compromiso es total, definitivo, la elección irrevocable.
Hoy como ayer, Jesús sigue llamando a hombres y mujeres que dejándolo todo se comprometen con la causa del Evangelio y, tomando el arado sin mirar hacia atrás, entregan la propia vida en la construcción de un mundo nuevo donde reine la justicia y la igualdad entre los seres humanos.
Por otra parte, observamos una nota de tolerancia y paciencia pedagógica en el evangelio de hoy. Un celo apasionado de los discípulos es capaz de pensar en traer fuego a la tierra para consumir a todos los que no acepten a Jesús... Llevados por su celo no admiten que otros piensen de manera diversa, ni respetan el proceso personal o grupal que ellos llevan. Jesús «les reprocha» ese celo. Simplemente marcha a otra aldea, sin condenarlos y, mucho menos, sin desear que les caiga fuego.
El seguimiento de Jesús es una invitación y un don de Dios, pero al mismo tiempo exige nuestra respuesta esforzada. Es pues un don y una conquista. Una invitación de Dios, y una meta que nos debemos proponer con tesón. Pero sólo por amor, por enamoramiento de la Causa de Jesús, podremos avanzar en el seguimiento. Ni las prescripciones legales, ni los encuadramientos jurídicos, ni las prescripciones ascéticas pueden suplir el papel que el amor, el amor directo a la Causa de Jesús y a Dios mismo a través de la persona de Jesús, tiene que jugar insustituiblemente en nuestras vidas llamadas.
Una vez que ese amor se ha instalado en nuestras vidas, todo lo legal sigue teniendo su sentido, pero es puesto en su propio lugar: relegado a un segundo plano. «Ama y haz lo que quieras», decía san Agustín; porque si amas, no vas a hacer «lo que quieras», sino lo que debes, lo que el Dios amado espera de ti. Es la libertad del amor, sus dulces ataduras." (Koinonía)

sábado, 25 de junio de 2022

GUARDARLO EN EL CORAZÓN

Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?» Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón.

María guardaba todo lo que veía y oía de Jesús en su corazón. Ella es nuestro modelo. Seremos verdaderos discípulos, si sabemos guardar en nuestro corazón las palabras, los hechos...de Jesús. Si guardamos en nuestro corazón a los más débiles, a los pobres, a los enfermos, a los perseguidos...Ellos son Jesús que viene a nosotros.

"En febrero de 2019, dos eventos tuvieron lugar simultáneamente en Roma. Uno fue una reunión en el Vaticano sobre la "Protección de los menores en la Iglesia". El otro fue una conferencia, "La revolución de la ternura: El Corazón de María", organizada por tres congregaciones religiosas de carisma mariano. En la conferencia se hizo la conmovedora observación de que no era casualidad que estos dos acontecimientos se produjeran juntos: La única solución al mal del abuso de menores es tener el corazón tierno de una madre, de la Madre. En la reunión sobre la protección de los menores, la periodista Valentina Alazraki observó que el corazón de una madre siempre sangra por los niños más débiles y los protege a cualquier precio. El papel de la Iglesia, y por extensión, de cada miembro de la Iglesia, es ser una madre así para los "niños más débiles" del mundo: los pobres, los enfermos, los necesitados, las víctimas. No hay mejor modelo a imitar que el Corazón de la Madre María." (Ciudad Redonda)

viernes, 24 de junio de 2022

UN PROYECTO DE AMOR

 


En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos y escribas esta parábola: "Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido."
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse."

"La fiesta litúrgica del Sagrado Corazón de Jesús se inspira en uno de los símbolos más ricos de la Biblia: el corazón, que en la mentalidad bíblica es la parte más interior de la persona, la sede de las decisiones, sentimientos y proyectos. El corazón indica lo inexplorable y lo profundamente oculto de alguien, su ser más íntimo y personal. En la narración de la unción de David (1 Sam 16,7) se dice, por ejemplo, que Yahvé advierte a Samuel, cuando vio al primero de los hijos de Jesé: “No te fijes en su aspecto ni en su estatura elevada. El ser humano mira lo que está a los ojos, la apariencia, mientras que Yahvé mira el corazón”.
Por eso cuando hablamos del “corazón” de Jesús estamos hablando de aquello que representa lo más íntimo y personal de Jesús, el centro interior desde el cual brotan su palabra y sus acciones. En este sentido “el corazón de Jesús” es una expresión que indica la misericordia y el amor infinito de Dios tal como se ha manifestado en la persona de Jesús.
El evangelio nos coloca delante del misterio insondable de la misericordia de Dios, a través de dos parábolas contadas por Jesús. En ellas se narra la experiencia de la reconciliación del ser humano con un Dios que “no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva” (Ez 18,23). Jesús ha contado estas parábolas para explicar su propio comportamiento en relación con los pecadores y perdidos. En estas parábolas se expresa lo más íntimo y decisivo del corazón de Jesús: la misericordia y la gratuidad en favor del ser humano pecador.
Mientras los fariseos y maestros de la ley se mantienen a distancia de los pecadores por fidelidad a la Ley (véase, por ejemplo, lo que dice Ex 23,1, Sal 1,1; 26,5), Jesús anda con ellos, come y bebe y hace fiesta con ellos (Lc 15,1-3). Lo que choca a los maestros de la ley no es que Jesús hable del perdón que se ofrece al pecador arrepentido. Muchos textos del Antiguo Testamento hablaban del perdón divino. Lo que sorprende radicalmente es la forma en que Jesús actúa, el cual en lugar de condenar como Jonás o Juan Bautista, o exigir sacrificios rituales para la purificación como los sacerdotes, come y bebe con los pecadores, los acoge y les abre gratuitamente un horizonte nuevo de vida y de esperanza.
Esto es lo que las parábolas quieren ilustrar; su objetivo primario es mostrar hasta dónde llega la misericordia de ese Dios que Jesús llama “Padre”, una misericordia que se refleja y se hace concreta en el corazón de Jesús, o sea en el principio que orienta y determina la conducta de Jesús frente a los pecadores.
Con toda probabilidad la parábola se inspira en la imagen del “pastor” tan presente en muchos textos del Antiguo Testamento: “Escuchen, naciones, la palabra del Señor; anúncienla en las islas lejanas; digan: El que dispersó a Israel, lo reunirá y lo guardará como un pastor a su rebaño” (Jer 31,10). En la Biblia la imagen del pastor es usada para hablar del cuidado que tiene Dios por su pueblo, mientras las ovejas descarriadas representan a todos aquellos que se han alejado de Dios: “Yo mismo apacentaré a mis ovejas y las llevaré a su redil, oráculo del Señor. Buscaré a la oveja perdida y traeré a la descarriada; vendaré a la herida, robusteceré a la débil...” (Ez 34,15-16).
En las dos parábolas se desarrolla el tema de la conversión de los pecadores, que tiene lugar en el encuentro con el mensaje y la persona de Jesús que busca a todos los que se han alejado de Dios. El “pecador convertido” del que se habla representa a los publicanos y pecadores que han venido a escuchar a Jesús, a diferencia de los fariseos y escribas que murmuran de él y se quedan lejos (Lc 15,1-2).
Las dos parábolas insisten en la alegría que Dios siente cuando un pecador se convierte. En la primera parábola, la oveja descarriada se pierde “fuera” de casa; en la segunda, la moneda se pierde “dentro” de casa. Los cercanos y los lejanos tienen necesidad de ser buscados y encontrados por Dios. “Todos hemos pecado” (Rom 3,23), dirá San Pablo. Jesús proclama el gozo de un Dios que busca al ser humano para devolverle la vida. Aquella oveja y aquella moneda tienen en común una sola cosa por la cual son objeto del amor misericordioso de Dios: ¡oveja y moneda estaban perdidas!" (Koinonía)

jueves, 23 de junio de 2022

EDIFICAR SOBRE SEGURO

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No todo el que me dice: "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Aquel día muchos dirán: "Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?" Yo entonces les declararé: "Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados."
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente."

"La vida cristiana no puede reducirse a una hermosa teoría o conjunto de prácticas “religiosas” que tengan como fin aparentar la grandeza de un heroísmo místico o profético. Tampoco es un título o un eslogan que hace acumular puntos, para presentarse al final de la vida exigiendo el pago “merecido” por una vida virtuosa. El llamarnos cristianos, ser practicantes o devotos, no nos garantiza la autenticidad de nuestro compromiso al proyecto de Jesús. No es suficiente escuchar o proclamar; es necesario también practicar. No existe dicotomía alguna entre fe y vida; ambas están interconectadas. En ocasiones nos gustaría seguir a un Jesús superhéroe que se pone de lado de los vencedores, que se manifiesta en los triunfos, en los milagros y cuando todo va bien. Pero Jesús nos hace caer en la cuenta de que la solidez de un cristiano consiste en la escucha y en la puesta en práctica de su Palabra. ¡Ser contemplativos en la acción! Quien así vive será capaz de sobrellevar con serenidad las contrariedades de la vida." (Koinonía) 

 

miércoles, 22 de junio de 2022

CARNET DE IDENTIDAD: LOS FRUTOS

 


En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis"

El carnet de identidad para saber quien son las personas y quienes somos nosotros, son los frutos. Las palabras se las lleva el viento y no siempre se corresponden con la realidad. Los frutos, lo que hacemos, es lo que somos. Si damos malos frutos, somos malos árboles. Si damos buenos frutos, somos buenos árboles.

"Hoy, más que nunca, es necesario el discernimiento que nos permita distinguir lo que está a favor o en contra de la vida. Si partimos de nuestra condición de fragilidad, cada vez mayor, nos confrontaremos no sólo con las malas decisiones que toman nuestros gobernantes; terminaremos lamentándonos de opciones personales o de grupo sobre las que no pareciéramos tener control o responsabilidad directa pero que nos han terminado afectando. ¡Cuidado! Podemos convertirnos en cristianos impecables religiosamente hablando, pero incoherentes y descuidados. El camino de seguimiento de Jesús es de bienestar integral para todas las áreas de nuestra vida. Actualmente son muchos los líderes políticos, sociales y religiosos que han terminado defraudando a quienes depositaron su confianza en ellos, y, de ser referentes, se han convertido en personas incoherentes. No podemos actuar con ingenuidad; tenemos hoy la oportunidad de autocorregirnos y mejorar para bien nuestro y de quienes nos rodean. ¿Qué área de tu vida has descuidado últimamente? ¡Pide al Señor con humildad que tus frutos tengan sabor a Evangelio! ¡Cuídate! " (Koinonía)

martes, 21 de junio de 2022

AMA Y TE AMARÁN

 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos".

Nos quejamos de cómo nos tratan los demás y no examinamos cómo los tratamos nosotros. La puerta estrecha es la de la entrega, la renuncia, el Amor. Si entramos por ella, descubriremos un mundo completamente diferente; pero no es fácil franquearla. Lo es más buscarnos a nosotros mismos, utilizar a los otros, vengarnos...No nos quejemos si es así como se comportan con nosotros.
 
"El evangelio quiere ofrecernos una lección, recordándonos que nuestra valía personal no depende del juicio que emitan otras personas. Escuchar lo que otros perciben y opinan de nosotros es importante para nuestro crecimiento, pero cuenta también nuestra propia valoración. Jesús, más bien, nos invita a fomentar la cultura del buen trato, pues si sembramos amabilidad eso cosecharemos. En sociedades individualistas y violentas como las nuestras, no siempre vamos a ser correspondidos; hemos de estar seguros de que la bondad sembrada ilumine corazones y devuelva esperanza. Nuestra felicidad ha de estar sostenida en una actitud agradecida frente a la vida y en nuestras ganas de hacer el bien. La «puerta estrecha» es hoy para la persona creyente ese compromiso con todas aquellas causas que exigen renuncias, coherencia, opciones más radicales a favor de los empobrecidos y personas violentadas; esto incluye la defensa de los bienes de la creación. Ser fieles a Jesús y su causa puede convertirnos en persona non grata. ¿Qué haremos para comprometernos con Jesús y nuestro mundo? " (Koinonía)  

lunes, 20 de junio de 2022

NO CONDENAR, AYUDAR


En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "No juzguéis y no os juzgarán. Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Déjame que te saque la mota del ojo", teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano".


Nos pasamos la vida juzgando a los demás. Lo peor es, que lo hacemos para condenar. No juzgamos su entorno, las circunstancias de su vida...Lo juzgamos a él para condenarlo. Tenemos capacidad de juicio, eso es una cualidad. El problema es que lo utilizamos para condenar, no para ayudar. Y muchas veces, en el fondo, para excusar nuestras faltas. ¿Por què no intentamos ayudar al otro a salir de sus fallos? Condenarlo es muy fácil. Ayudar, con la excusa de que no se deja, es mucho más difícil. Pero esa es la muestra de que realmente amamos al otro.

"Emitir un juicio sobre algo o alguien es algo que solemos hacer con frecuencia, a veces sin estar seguros de aquello que pensamos y decimos. Hoy Jesús condena a quienes, juzgando, no buscan comprometerse con aquello que critican y porque no son capaces de juzgarse a sí mismos. Nunca un juicio puede convertirse en condena absoluta y radical. Juzgar no es malo, muchas veces es necesario; pero, juzgar sin discernimiento y sin tener pruebas nos inhabilita moralmente hablando, pues nos vuelve esclavos de una idea subjetiva y envenenada de superioridad. ¿Por qué te fijas en la pelusa y no en la viga? , es la pregunta que hace Jesús, cuestionando a quien condena apresuradamente. Nuestras comunidades tienen que valerse más de la corrección fraternal para acompañar a los hermanos y hermanas que necesitan de nuestra paciencia y comprensión, no sólo de nuestras críticas y condenas. Tengamos una mirada compasiva que sepa apreciar las virtudes más que los defectos de las personas. ¡Si juzgas, que sea para hacer el bien nunca para destruir! " (Koinonía)

domingo, 19 de junio de 2022

ÉL ES NUESTRO ALIMENTO

 

En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban.
Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: "Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado."
Él les contestó: "Dadles vosotros de comer."
Ellos replicaron: "No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío."
Porque eran unos cinco mil hombres.
Jesús dijo a sus discípulos: "Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta."
Lo hicieron así, y todos se echaron.
Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos


"El evangelio de hoy relata el episodio de la multiplicación de los panes, que aparece con diversos matices también en los otros evangelios (¡dos veces en Marcos!), lo que demuestra no sólo que el evento posee un cierta base histórica (no necesariamente milagrosa), sino que también es fundamental para comprender la misión de Jesús.
Jesús está cerca de Betsaida y tiene delante a una gran muchedumbre de gente pobre, enferma, hambrienta. Es a este pueblo marginado y oprimido al que Jesús se dirige, “hablándoles del reino de Dios y sanando a los que lo necesitaban” (v. 11). A continuación Lucas añade un dato importante con el que se introduce el diálogo entre Jesús y los Doce: comienza a atardecer (v. 12). El momento recuerda la invitación de los dos peregrinos que caminaban hacia Emaús precisamente al caer de la tarde: “Quédate con nosotros porque es tarde y está anocheciendo” (Lc 24,29). En los dos episodios la bendición del pan acaece al caer el día.
El diálogo entre Jesús y los Doce pone en evidencia dos perspectivas. Por una parte los apóstoles que quieren enviar a la gente a los pueblos vecinos para que se compren comida, proponen una solución “realista”. En el fondo piensan que está bien dar gratis la predicación pero que es justo que cada cual se preocupe de lo material. La perspectiva de Jesús, en cambio, representa la iniciativa del amor, la gratuidad total y la prueba incuestionable de que el anuncio del reino abarca también la solución a las necesidades materiales de la gente.
Al final del v. 12 nos damos cuenta que todo está ocurriendo en un lugar desértico. Esto recuerda sin duda el camino del pueblo elegido a través del desierto desde Egipto hacia la tierra prometida, época en la que Israel experimentó la misericordia de Dios a través de grandes prodigios, como por ejemplo el don del maná. La actitud de los discípulos recuerda las resistencias y la incredulidad de Israel delante del poder de Dios que se concretiza a través de obras salvadoras en favor del pueblo (Ex 16,3-4).
La respuesta de Jesús: “dadles vosotros de comer” (v. 13) es un recurso literario para poner en destaque la misión de los discípulos. Éstos, aquella tarde cerca de Betsaida y a lo largo de toda la historia de la Iglesia, están llamados a colaborar con Jesús, preocupándose por conseguir el pan para sus hermanos. Después de que los discípulos acomodan a la gente, Jesús “tomó los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, los partió y se los iba dando a los discípulos para los distribuyeran entre la gente” (v. 16).
Al final todos quedan saciados y sobran doce canastas (v. 17). El tema de la “saciedad” es típico del tiempo mesiánico. La saciedad es la consecuencia de la acción poderosa de Dios en el tiempo mesiánico (Ex 16,12; Sal 22,27; 78,29; Jer 31,14). Jesús es el gran profeta de los últimos tiempos, que recapitula en sí las grandes acciones de Dios que alimentó a su pueblo en el pasado (Ex 16; 2Re 4,42-4). Los doce canastos que sobran no sólo subraya el exceso del don, sino que también pone en evidencia el papel de “los Doce” como mediadores en la obra de la salvación. Los Doce representan el fundamento de la Iglesia, son como la síntesis y la raíz de la comunidad cristiana, llamada a colaborar activamente a fin de que el don de Jesús pueda alcanzar a todos los seres humanos.
En el texto, como hemos visto, se sobreponen diversos niveles de significado. El milagro realizado por Jesús lo presenta como el profeta de los últimos tiempos. Al mismo tiempo el evento anticipa el gesto realizado por Jesús en la última cena, cuando el Señor dona a la comunidad en el pan y el vino el signo sacramental de su presencia." (Koinonía)



sábado, 18 de junio de 2022

NO AGOBIARSE

 


En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso al segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: no estéis agobiados por la vida pensando qué vais a comer, ni por el cuerpo pensando con qué vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan, y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y yo os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso.
Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.


"En los últimos versículos del evangelio de hoy se resaltan los otros dos criterios que reseñábamos ayer: el Reino de Dios y su justicia y confiar más en la Providencia. El primero, consiste en hacer presente el Reino de Dios humanizando el mundo, transformando las relaciones violentas e injustas que le hacen mal a las personas. Comunidades donde hay solidaridad, paz y justicia, son lugares que con pequeños gestos hacen presente el Reino. Priorizar el Reino rompe con todo modelo económico voraz, que sólo produce empobrecimiento y destrucción al planeta. Construir el reino nos pide no fomentar el individualismo, la indeferencia ni el acaparamiento desmedido. Para Jesús, la confianza en la Providencia pasa por la organización fraterna. Finalmente, ser parte del proyecto del Reino nos invita a aceptar a Dios como Padre y a todos como hermanos y hermanas. Sin duda, la alternativa que el Evangelio nos muestra para salvarnos de la deshumanización y que haya esperanza de futuro para los pobres es la solidaridad y la organización. ¿Te apuntas? " (Koinonía)

viernes, 17 de junio de 2022

TESOROS EN EL CIELO

 


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en le cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los coman, ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque dónde está tu tesoro, allí está tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!"

"El evangelio de hoy y de mañana nos invita a fijar nuestra mirada en cuatro advertencias sobre los bienes materiales: no acumular, usar correctamente los bienes materiales, no servir a dos señores y fiarse de la Providencia Divina. No acumular nos alerta de la tendencia a comprar y acumular sin medida, volviéndonos esclavos del consumismo y personas instatisfechas. Admitamos que poseer bienes materiales no es malo, sobre todo si son fruto del trabajo, ya que nos permiten un sano intercambio para salir adelante y construir futuro individual y comunitario. El problema surge cuando los bienes que poseo se convierten en el absoluto, en un “dios” al que idolatramos. Cuando Jesús nos exhorta a acumular «tesoros en el cielo», se refiere a poner el corazón en lo verdaderamente importante. Nos remite a todas aquellas cosas que contribuyen a nuestro bienestar, al de las personas y del planeta. ¿Son acaso los bienes que posees fuente de felicidad? ¿Qué puedo hacer para convertirme en un consumidor responsable y solidario? ¡Simplifiquemos nuestra vida! " (Koinonía) 

jueves, 16 de junio de 2022

LA VERDADERA ORACIÓN

 


En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando recéis no uséis muchas palabras, como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis.
Vosotros rezad así: Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo; danos hoy el pan nuestro; perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido; no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno. Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.

"El Padre Nuestro es el camino espiritual propuesto por Jesús para el encuentro con Dios. Reemplaza el temor hacia un Dios todopoderoso por la confianza en un Dios todo amor y misericordia. Jesús confronta la religión que sólo ve hacia el cielo e invita a vivir una espiritualidad horizontal que no sólo ubica a Dios entre nosotros, sino que nos compromete a amarlo en los hermanos y hermanas. A veces rezamos oraciones de memoria sin ser conscientes de lo que decimos. El Padre Nuestro resume la fe, la vida y la misión del discípulo, haciéndolo constructor del Reino de Dios que pedimos se haga presente en la historia. Se construye el Reino allí donde hay paz, justicia, derechos humanos, compromiso colectivo, etc. La causa de Dios no es ajena a los problemas de las personas: la necesidad de pan material, las enfermedades, la violencia, las tentaciones, el mal en todas sus formas. Dios sabe que podemos vivir de otra manera y que podemos hacer presente su amor. ¡Sé su testigo! " (Koinonía)

miércoles, 15 de junio de 2022

LIMOSNA, AYUNO Y ORACIÓN AUTÉNTICOS

 


En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Cuando tú vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los farsantes, que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.

Limosna, oración y ayuno, son auténticos cuando los unimos al amor. Una limosna, que sea un compartir lo que tenemos con los demás. Una oración, que sea acercarse a Dios con el prójimo en el corazón. Un ayuno, que sea prescindir de lo que no es necesario y les falta a los demás. Si no, no dejan de ser actos de hipocresía y de orgullo.
"A una religiosidad hipócrita y superficial, Jesús contrapone la fe vivida en libertad. Toda práctica de culto religioso (limosna, oración, ayuno) tiene sentido si me ayuda a vencer el egoísmo. La persona creyente acostumbrada a hacer obras de caridad debe ponerle cuidado al reconocimiento y al aplauso, porque pueden alejarla de la gratuidad del amor. Si un cristiano cree que la vida se basa en el éxito, pueda que no tenga claro lo que significa seguir a Jesús. Buscar el confort y la instalación es una de las peores tentaciones en la Iglesia: acomodar el mensaje para agradarle a los fieles; atender preferentemente a quienes favorecen en lo material; dejarse seducir por el evangelio de la prosperidad. Vivir alejado de las apariencias, en cambio, nos lleva a buscar la verdad y la justicia. Pidamos, como Eliseo, un espíritu de profecía que nos haga personas coherentes, desinteresadas y sinceras. ¿Los sacrificios que ofrezco a Dios son la oportunidad para renunciar a mis deseos e intereses? ¡Que tus sacrificios te humanicen! " (Koinonía)
 

martes, 14 de junio de 2022

AMOR A TODOS

 


En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestro hermano, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los paganos? Por tanto, sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto".


Ayer veíamos, como muchs veces enmascaramos la venganza tras la justicia. Hoy Jesús nos pide dar un paso más: amar a los enemigos. Parece algo imposible; pero es que no deberíamos tener enemigos. Incluso los que nos hacen mal, deberíamos considerarlos equivocados y responderlos con nuestro amor. Sólo si llevamos a Dios en nuestro corazón lo lograremos. Nosotros solos es imposible.

"Cuánto necesitamos hoy de voces proféticas como la de Elías, Óscar Romero, Pedro Casaldáliga, dispuestos a desenmascarar «lo que el Señor reprueba». Con una fuerte experiencia de Dios, amor al pueblo empobrecido y un corazón lleno de amor no es posible callar las injusticias que se continúan cometiendo. Como cristianos, no podemos acostumbrarnos a la lógica de los sistemas que aplauden los fraudes y condenan a defensores y defensoras de causas justas. En el evangelio, Jesús hace un llamado a ir más allá, amando a nuestros enemigos. Comprendemos que amarlos no significa aprobar o justificar sus actos. Se trata de no devolver mal con mal, buscando caminos de justicia y transformación. A esto nos alienta la perfección en Dios: a no cansarnos de hacer el bien y hacerlo con convicción. ¿A quién te sientes invitado a perdonar? " (Koinonía) 

lunes, 13 de junio de 2022

LA FUERZA DEL AMOR


 
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Sabéis que está mandado: "Ojo por ojo, diente por diente". Pues yo os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñalo dos; a quien te pide, dale; y al que te pide prestado, no lo rehúyas".

Jesús no nos está pidiendo que nos dejemos hacer, dominar, humillar. Nos dice que la respuesta al odio, al ataque, es el amor. Muchas veces escondemos tras la justicia, la venganza pura y dura. Lo que logrará eliminar la violencia de este mundo es el amor. Responder violencia con violencia, aunque sea justa, es aumentar la violencia. El problema sigue ahí y volverá a surgir en cualquier momento. ¿Cuando entenderemos que lo único que nos hace crecer a la humanidad es el Amor? 

"Una vida sin valores morales y sin experiencia de Dios no está capacitada para administrar justicia. La ambición, la mentira, los sobornos tienen su raíz en la codicia: desear caprichosamente tenerlo todo, incluso lo que no necesito o no me corresponde. Cuando no estamos atentos, también las personas religiosas podemos convertirnos en cómplices de sistemas corruptos, como le sucedió a la gente respetable que se dejó sobornar por Jezabel para acusar al inocente Nabot. Ya sabemos que Dios se pone del lado de los inocentes, esperando la restitución de lo robado. El evangelio, apelando a la paz, pide que no se busque la violencia como camino de solución. Pero nunca aprueba la modorra-adormecimiento de quienes no quieren denunciar las injusticias. Una cosa es poner la otra mejilla para salvar la vida (la propia y la de otros), y otra, es decirle al opresor que haga contigo lo que quiera porque te pones a merced de lo que él quiera hacerte. ¿Qué personas o qué causas continúan esperando que se haga justicia?" (Koinonía)



domingo, 12 de junio de 2022

LA TRINIDAD


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará."

"La revelación de Dios como misterio trinitario constituye el núcleo fundamental y estructurante de todo el mensaje del Nuevo Testamento. El misterio de la Santísima Trinidad antes que doctrina ha sido evento salvador. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo han estado siempre presentes en la historia de la humanidad, donando la vida y comunicando su amor, introduciendo y transformando el devenir de la historia en la comunión divina de las Tres personas. Por eso se puede hablar de una preparación de la revelación de la Trinidad divina antes del cristianismo, tanto en la experiencia del pueblo de la antigua alianza tal como lo atestiguan los libros del Antiguo Testamento, como en las otras religiones y en los eventos de la historia universal.
El Nuevo Testamento, más que una doctrina elaborada sobre la Trinidad, nos muestra con claridad una estructura trinitaria de la salvación. La iniciativa corresponde al Padre, que envía, entrega y resucita a su Hijo Jesús; la realización histórica se identifica con la obediencia de Jesús al Padre, que por amor se entrega a la muerte; y la actualización perenne es obra del don del Espíritu, que después de la resurrección es enviado por Jesús de parte del Padre y que habita en el creyente como principio de vida nueva configurándolo con Jesús en su cuerpo que es la Iglesia." (Koinonía)

sábado, 11 de junio de 2022

CÓMO EVANGELIZAR

 


Id y proclamad que el reino de de los cielos está cerca
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
"Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios.
Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.
No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaros en su casa hasta que os vayaís. Al entrar en una casa, saludad, si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no lo merece, la paz volverá a vosotros"


"El anuncio del Evangelio es confiado a los discípulos para que lo anuncien “gratuitamente” a toda creatura. Ese es el objetivo de la misión encomendada: “hay que proclamar que el Reino está cerca” mediante signos concretos: acoger a los excluidos, aprender de la hospitalidad de los sencillos, dar testimonio poniendo todo en común, convivir sin quejas ni conflictos, ser portadores de paz. Con la realización de estos gestos se puede decir que ¡el Reino ha llegado! No hay que esperar la vida eterna para realizarlos. Lo puedes vivir con quienes tienes a tu alrededor. Los cristianos tenemos que hacer vida esta enseñanza de Jesús. Comprendamos que, en la evangelización, lo más importante no es enseñar verdades y doctrinas bien elaboradas sino humanizar la vida desde nuestra fe y compromiso. El anuncio de la Buena Nueva de Jesús que no va acompañado de testimonio y transformación no posibilita a la gente una nueva manera de vivir y convivir, de pensar y de actuar. (¡No olvidemos que los primeros evangelizados tenemos que ser los evangelizadores!" (Koinonía)

viernes, 10 de junio de 2022

EL VERDADERO TESORO



En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en le cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los coman, ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque dónde está tu tesoro, allí está tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!"


"El evangelio de hoy y de mañana nos invita a fijar nuestra mirada en cuatro advertencias sobre los bienes materiales: no acumular, usar correctamente los bienes materiales, no servir a dos señores y fiarse de la Providencia Divina. No acumular nos alerta de la tendencia a comprar y acumular sin medida, volviéndonos esclavos del consumismo y personas instatisfechas. Admitamos que poseer bienes materiales no es malo, sobre todo si son fruto del trabajo, ya que nos permiten un sano intercambio para salir adelante y construir futuro individual y comunitario. El problema surge cuando los bienes que poseo se convierten en el absoluto, en un “dios” al que idolatramos. Cuando Jesús nos exhorta a acumular «tesoros en el cielo», se refiere a poner el corazón en lo verdaderamente importante. Nos remite a todas aquellas cosas que contribuyen a nuestro bienestar, al de las personas y del planeta. ¿Son acaso los bienes que posees fuente de felicidad? ¿Qué puedo hacer para convertirme en un consumidor responsable y solidario? ¡Simplifiquemos nuestra vida! " (Koinonía) 

jueves, 9 de junio de 2022

EL SACERDOCIO DE JESÚS

 


El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, mientras comían, Jesús tomó pan, y pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:
«Tomad, esto es mi cuerpo».Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron. Y les dijo:«Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».

"Todos los cristianos, por el hecho de estar bautizados, gozan y participan de la consagración sacerdotal de Cristo, tal como nos dice el Ritual del Bautismo. Sin embargo Jesús fue un laico, no formó parte de la casta sacerdotal, con la que, por otra parte, chocó abiertamente, tanto, que ella misma le condenó a muerte. Es verdad que acudió en diversas ocasiones al Templo de Jerusalem, pero también lanzó contra él severas críticas y realizó aquel gesto profético derribando todas las mesas y quejándose de que habían convertido la casa de su Padre en un mercado. En su bello diálogo con la samaritana anuncia que llegará la hora en que los que den culto auténtico al Padre, lo harán en espíritu y verdad. Precisamente, cuando llegó su hora en la cruz, el velo del templo (símbolo de su sacralidad y de la Alianza con el culto que conllevaba) se rasgó en dos, es decir, perdió su sentido.Algo nuevo había sido estrenado, un nuevo modo de relacionarse con Dios y darle culto.
¿Por qué hablamos de Jesús como Sumo y Eterno Sacerdote si Jesús fue un laico, no formó parte de la casta sacerdotal, con la que, por otra parte, chocó abiertamente, tanto, que ella misma le condenó a muerte? La Carta a los Hebreos, tratando de responder a los que añoraban las viejas ceremonias judías, y el culto sacerdotal del templo en el que todos los judíos habían sido educados, nos presenta a Jesús como un Nuevo Sacerdote. Pero su sacerdocio es radicalmente diferente al del Antiguo Testamento. Por su muerte y resurrección el velo del viejo templo que separaba lo sagrado y lo profano se ha rasgado, ha perdido su sentido, para dar comienzo a un nuevo modo de relacionarnos con Dios.
Resaltemos algunos aspectos de este nuevo sacerdocio en el que todos participamos (aunque lo hagamos de distintas maneras, según nuestra vocación y estado de vida).
Jesús hizo de su existencia una continua ofrenda, un permanente acto de culto al Padre. De manera que al estar pendiente de hacer en todo momento la voluntad del Padre, la vida cotidiana se convierte en espacio sagrado donde encontrar al Padre y hacerle presente. Así pues, cuando acogemos al hermano, le escuchamos, le ayudamos, le amamos... cuando luchamos por la justicia, cuando hacemos bien nuestro trabajo, cuando creamos fraternidad, cuando liberamos a alguien de sus demonios... estamos dando culto a Dios, estamos siendo sacerdotes.
Jesús, desde su Bautismo, fue un "consagrado por el Espíritu", de modo que cada una de sus palabras, opciones, gestos y actitudes se convierten en transparencia y revelación del Padre. También los bautizados somos templos del Espíritu, somos sagrados, pertenecemos a Dios que nos ha elegido y nos envía. Y esto significa que continuamente podemos y debemos hacer presente a Dios en medio de todas nuestras cosas, consagrando el mundo, haciendo posible que se abra paso el bien, sobre todo allí donde hay más marginación, sufrimiento e injusticia.
En la última noche con sus discípulos, Jesús hizo un Gesto que resumía toda su vida y daba sentido a su muerte: Una vida entregada, amante, servidora, agradecida, reconciliadora, fraternal, sacrificada, continuamente pendiente de lo que el Padre le pedía... y encomendó a sus discípulos que le tomaran el relevo, que vivieran y entregaran su vida como él, que hicieran "aquello mismo" en memoria suya, en su nombre. De modo que estamos llamados a convertir nuestra vida en una continua celebración eucarística... que haga posible que, cuando nos reunamos en su nombre, el partir el pan sea expresión de que continuamente nos partimos, compartimos, repartimos y entregamos a los hermanos. Cada uno de su situación existencial, desde su propia vocación y opción de vida, desde su propio sacerdocio/ministerio comunitario." (Ciudad Redonda)