viernes, 30 de abril de 2010

PERO, ¿QUÉ ES LO QUE NO VA?


Mirando a nuestro alrededor, leyendo la prensa y mirando la TV, es imposible no hacerse esta pregunta: ¿qué es lo que no funciona? En realidad esta pregunta se la han hecho personas de todas las épocas. No hay momento de de la historia, en la que alguien no haya calificado sus tiempos de calamitosos. Pero esto no es excusa ni minimiza la pregunta hoy. Que nuestra sociedad no funciona es una constatación evidente.

Los hombres, a diferencia de los otros seres de la creación, estamos dotados de inteligencia y voluntad (aunque no siempre las utilicemos) y sobre todo somos libres. Libertad como capacidad de elección, lo cual no significa que podemos hacer lo que nos de la gana. En esa elección podemos equivocarnos. Puedo elegir salir a la calle saliendo por la ventana del piso catorce de un rascacielos. Será la última elección libre que haga.

Dios podía haber creado el mundo como un mago...Dios quiso que el mundo siguiera una evolución de la que formamos parte, y a la que nosotros, por nuestra libertad, conscientemente, podemos llevarla por un camino de progreso o de destrucción. Ahí entra en juego lo que llamamos pecado original, esa desviación que nos lleva a querer ser como dioses y torcer el crecimiento de la humanidad, y, de paso, del cosmos entero. ¿Por qué los seres humanos se hacen daño unos a otros y a sí mismos? Por la simple razón de que, aunque sabemos que nuestro conocimiento de las cosas es limitado, nosotros utilizamos nuestra libertad irresponsablemente.

Surge la eterna pregunta: ¿por qué nos ha hecho Dios así? Porque para Dios la libertad es tan importante, que bien vale correr el riesgo de que la humanidad se destruya a sí misma y a la Tierra. Paradójicamente, lo que el relato del Génesis nos muestra como pecado original: "Querer ser Dios", es lo que Él quiere que consigamos con la libertad, porque es lo que más nos asemeja a Él. El problema está en que nuestro querer ser dioses es a base de suplantarlo, de destruírlo, no de ser Dios en Él y con Él.

Las maldades y desgracias de este mundo hacen renegar a muchos de la bondad de Dios, cuando, precisamente, son a causa de su bondad, de querer que crezcamos, que evolucionemos a la perfección. De ahí el sentido de la Encarnación. Dios se hace hombre para sufrir como los hombres y para mostrarnos el camino de la libertad que nos puede hacer a todos Uno en el Uno. Hay quien se escandaliza de que algunos prefiramos emplear la expresión Dios Todomisericordioso a la de Todopoderoso...¿Significa que negamos este atributo de Dios? No. Lo que queremos decir es que el propio Dios, para que el hombre alcance su total plenitud deja su poder de lado, se hace Hombre por amor y nos muestra su misericordia. Amor y libertad son interdependientes. No hay amor sin libertad; pero hay un gran dolor inscrito en esta interdependencia. No podemos obligar a nadie a que nos ame. Es más, cuando más grande sea nuestro amor, más débiles e indefensos quedamos ante los demás. Eso le pasa a Dios frente a la Humanidad. Él lo acepta para que crezcamos. Como el padre que observa a su hijo, le deja equivocarse, porque sabe que sólo así aprenderá e irá encontrando su camino en la vida...

jueves, 29 de abril de 2010

EN NUESTRO INTERIOR...


Copio aquí dos textos en los que desde dos caminos aparentemente distintos, se llega al mismo destino. El primer texto es de San Columbano, monje irlandés del siglo VI. El segundo es un Upanishad, texto hindú del siglo tercero o cuarto antes de Cristo. Encontraríamos textos budistas y sufís en la misma línea.

"Dios está en todas partes,
sumamente vasto,
y en todas partes cerca de nosotros,
según su propio testimonio:
Soy - dice - un Dios cercano,
y no un Dios alejado.
El Dios que buscamos
no mora lejos de nosotros.
Está en nuestro interior."
(San Columbano)


"En el cuerpo existe un pequeño santuario.
En ese santuario hay una flor de loto.
En esa flor de loto existe un pequeño espacio.
¿Qué habita en ese pequeño espacio?
El universo entero se halla en ese pequeño espacio,
porque el Creador,
la fuente de todo,
se encuentra en el corazón de cada uno de nosotros."
(Upanishad)

miércoles, 28 de abril de 2010

EL FRUTO DE LA ORACIÓN


Cuando ores, sé como la montaña
en calma, en silencio;
enraizados los pensamientos en la eternidad.
No hagas nada, sólo siéntate, sólo sé;
y cosecharás el fruto de la oración.
Cuando ores, sé como la flor
estirándose hacia el sol;
con el tallo erguido cual columna.
Estate abierto, dispuesto a aceptarlo todo sin miedo
y no te faltará la luz en tu caminar.
Cuando ores, sé como el océano
calmado en lo profundo,
con las olas subiendo y bajando.
Mantén la calma de tu corazón
y los malos pensamientos desaparecerán por sí solos.
Cuando ores, recuerda el aliento
que nos convirtió en vivientes:
de Dios procede, a Él regresa.
Une la Palabra y la oración con la corriente de la vida
y nada se interpondrá entre ti y el Dador de vida.
Cuabdo ores, sé como el pájaro,
que canta sin cesar ante el Creador,
con su canto elevándose como incienso.
Ora como la tórtola
y nunca te desanimarás.
(Serafín de Sarov)

martes, 27 de abril de 2010

FELICIDADES A TODAS LAS MONTSERRAT


Os dejo este fragmento del concierto que dió la Escolania de Montserrat en el Palau de la Música Catalana. Dirigía Neville Marriner







lunes, 26 de abril de 2010

UNA PLENITUD ESCONDIDA...


"Existe en todas las cosas visibles

una fecundidad invisible,

una luz tenue,

una plenitud escondida.

Existe en todas las cosas

una dulzura y una pureza inagotable,

un silencio que es fuente de acción y de alegría.

Se alza con una delicadeza inefable

y fluye fuera de mí

desde las raíces ocultas de toda criatura."

(J.H.Griffin)

domingo, 25 de abril de 2010

LO ESCUCHAMOS Y LO SEGUIMOS, PORQUE ÉL NOS CONOCE...


"En aquel tiempo, dijo Jesús:


- Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno."


Este año el Evangelio de hoy es este pequeño fragmento del relato de Juan conocido como el Buen Pastor. Es una de las figuras más certeras de la persona de Jesús y ya la encontramos representada en las catacumbas y en los monumentos paleocristianos. A Jesús le gustaba esta imagen. Un día, ante la multitud se entristeció, porque le parecían ovejas sin pastor. Dijo de sí mismo que era el Buen Pastor y mandó a los apóstoles a pastorear sus ovejas. Por eso lleban los obispos el báculo. Posiblemente si en vez de ser una obra de arte de orfebrería fuese un simple cayado, se entendería mejor el símbolo...


A nosotros, eso de ser rebaño no nos hace mucha gracia; nos parece que se pretende que nos dejemos llevar, que seamos sujetos sin personalidad. Es una mala manera de interpretar lo que Jesús nos quiere decir. La clave está en la primera línea:


- Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen...


Primero se trata de escuchar. Es en su palabra, en su evangelio, donde encontramos la verdad. Y podemos fiarnos de esas palabras, porque Él nos conoce, sabe cómo somos realmente; ve nuestro corazón. Por eso nosotros hemos de seguirlo. Esa es la clave del compromiso.


Justamente en la epístola de hoy tenemos un claro ejemplo. Dos pastores predican en Antioquía de Pisidia: Pablo y Bernabé. Todo parece ir bien mientras predican a los judíos. Pero cuando ellos dos dicen que los no judíos también son del rebaño...la cosa se complica. El rebaño de Jesús está abierto a todos los hombres; pero nosotros queremos nuestro rebaño particular. Ni escuchamos, ni seguimos a Jesús, pero nos creemos dueños de su rebaño. Nos hace sonreir la lectura cuando nos dice:


- Los judíos instigaron a las mujeres devotas más distinguidas y a los principales de la ciudad, a promover una persecución contra Pablo y Bernabé...


Tuvieron que abandonar la ciudad, pero eso no impidió que esos nuevos conversos vivieran felices y que precisamente allí fuera donde los seguidores de Jesús empezaron a llamarse cristianos...Aquel grupo que escuchó, se sintió conocido por Jesus y le siguió comprometiendo toda su vida.


De las mujeres devotas y los principales de la ciudad...nunca más se supo.


sábado, 24 de abril de 2010

EL OCASO DE LOS DIOSES...


Ayer recibí un correo de alguien que se confesaba perplejo ante la vida. Afirmaba que había perdido todos los referentes. El resultado era una sensación de vacío insoportable, debido a la falta de sentido para su vida.

Lo confiesen o no, hay muchas personas que se encuentran inmersas en ese desencanto. Lo que los sociólogos denominan postmodernidad.

El descrédito de las religiones mayoritarias. El descubrimiento de que , al contrario de lo que predicaba la modernidad, la ciencia no tiene respuesta a todo y no puede eliminar de este mundo todos los males y todo el sufrimiento. El ver, que cualquier fenómeno de la naturaleza es mucho más fuerte que toda nuestra cultura. Darse cuenta que el dinero, los recursos no pueden comprar el amor, la belleza, la felicidad...Todo esto, este ocaso de los dioses...lleva a la humanidad por derroteros peligrosos: el fundamentalismo y el nihilismo.

Cuando todo tiembla bajo nuestros pies, buscamos febrilmente algo en lo que agarrarnos. El fundamentalista se agarra en lo que se está derrumbando. La crisis de la religión no significa su anulación. se trata de una purificación que intenta eliminar todo la suciedad que se ha acumulado con los siglos. El fundamentalista, en vez de agarrarse en lo esencial, hace fundamento de su espiritualidad la porquería que se desprende...Hace bandera de las estructuras, de los ritos...de lo que es caduco y olvida lo verdadero.

El nihilista se agarra al vacío. Lo relativiza todo, ya que nada tiene sentido. Convierte la vida en un mero ejercicio intelectual. Es decir, se vuelve cínico e intelectualista. O simplemente se transforma en un nihilista práctico que, ya que no encuentra sentido a la vida, busca sacar de ella el máximo placer, el mayor partido, aunque sea a costa de los otros.

No hay recetas; pero sí hay un camino. Algo así como una vía de dos carriles de la que corremos el peligro de tomar sólo uno. Y nuestro tren necesita los dos, que además corren paralelos, para circular correctamente:

- Cimentarnos en nosotros. Como Yo, no como Ego. Es decir descubrirnos como persona, crecer.

- Cimentarnos en Dios. Como soy cristiano concretaré en el Dios que nos muestra Jesús en el Evangelio. Pero como soy consciente de que no todos los que me leen son cristianos, diré fundamentarse en lo Inefable, en lo que no tiene fundamento porque está fuera de nosotros, en eso que nos une al Universo y al Todo. En lo que algunos llamamos Dios.

Los dos raíles juntos. Si ese Dios nos hace olvidar del Hombre, nos destruye como persona...es un simple ídolo, una imaginación.

Si pretendemos hacer crecer solamente al Hombre, tarde o temprano esta soledad acabará con nosotros arrojándonos al vacío del sin sentido.

jueves, 22 de abril de 2010

EL ANACORETA Y LA ALEGRÍA...


Andaba el joven que seguía al Anacoreta algo triste...De forma que en un momento de tranquilidad, el anciano lo tomó aparte y le dijo:

- No es bueno meditar demasiado sobre el dolor...La vida ya nos sirve una buena cantidad de él...Hemos de potenciar la espiritualidad de la felicidad.

El joven miró algo extrañado al Anacoreta. Este prosiguió:

- Es la espiritualidad que consiste en hacer felices a los que nos rodean, a todos aquellos que podamos...Ya decía Santa Teresa, poco sospechosa de frívola, que un santo triste es un triste santo...

Ya antes de que el joven abriera la boca para preguntar nada, el Anacoreta le indicó:

- Y recuerda que la alegría no se predica, ni se alcanza por decreto. La alegría se propaga por contagio. O sea, que se trata de ser alegres si queremos que los demás lo sean...

Y continuaron sus actividades riendo...

martes, 20 de abril de 2010

CUANDO ES DE NOCHE...


Hay momentos en la vida en que nos parece no ver nada. Los que viven la espiritualidad en la actividad, creen un día, que lo que hacen no tiene sentido, es inútil. Los contemplativos pierden el gusto por la oración, se sienten solos y desamparados...

Desgraciadamente hemos edulcorado a los santos. Escribimos vidas en las que todo son virtudes. Para que sean ejemplo, decimos. Para seguir su camino. Sería más ejemplar para nosotros conocer los defectos, las dificultades, los problemas que tuvieron y ver cómo lucharon para seguir a Jesús a pesar de todo.

Me gusta la vida de Juan Ciudad (Juan de Dios), un niño escapado de su casa, vagabundo. Alguien al borde de la enfermedad mental, que por eso sabe comprender a los dementes y sabe ayudarlos. Un Juan Bautista de La Salle al que los obispos quieren que imponga a sus Hermanos que su superior ha de ser siempre un eclesiástico y él se niega. Y huye a Parmenia, para no ser un estorbo a los Hermanos, convencido de que él es el culpable de todos los males. Se ha edulcorado a Teresa de Calcuta y se olvida su tremenda lucha espiritual durante años. Lucha que le llevó a escribir a su director espiritual:

"Tengo un montón de preguntas para las que no encuentro respuesta y que no me atrevo a desvelar...por temor a incurrir en la blasfemia. Si Dios existe...que, por favor, me perdone. Cuando intento tener pensamientos elevados...siento un vacío tan culpabilizador, que esos mismos pensamientos se vuelven contra mí como afilados cuchillos que me hieren el alma".

Me recuerda las conversaciones con el Hno. Adriano, cuando se revolvía en su interior ante las injusticias que veía y que lo llenaban de preguntas y de dudas...

Si somos activos y la espiritualidad nos pesa y no vemos nada, la primera pregunta que debemos hacernos es si no nos estaremos dejando llevar por el activismo. Si dedicamos un tiempo a la oración. Si vivimos en presencia de Dios. Porque la actividad, sin el alimento profundo de la espiritualidad, pierde todo sentido. Si oramos, pero dudamos de todo, es el momento de, como hizo Teresa de Calcuta, seguir adelante confiando aún sin ver. Seguro que estamos en el buen camino.

Si somos contemplativos y nos encontramos que no sentimos nada. Que nos arrodillamos ante el sagrario o nos sentamos ante el icono y creemos perder el tiempo; nos hemos de preguntar si nuestra oración persigue unirnos a Dios y a todos o es solamente la búsqueda de un placer estético personal, un mirarse el ombligo...Si rezamos buscando la unión con Dios y con nuestros hermanos...estamos en el buen camino. Y como Juan o Teresa de Jesús hemos de perseverar, considerando que para llegar a la Cima se ha de pasar por el camino del Nada, Nada, Nada... Lo que aquél místico anónimo inglés llamó la nube del no saber y Juan y Teresa llamaron la noche oscura del alma.

Si somos perseverantes, un día nos levantaremos y, sin saber cómo, nos sentiremos amados por Dios, aunque sigamos sin ver nada...


lunes, 19 de abril de 2010

LA NUBE...


La nube era la que, en su éxodo por el desierto, hacía sombra a los israelitas durante el día y los iluminaba durante la noche. La nube cubría el Sinaí cuando Dios descendía y hacía lo mismo con el Tabernáculo...A nosotros, la nube nos ha dejado con las vergüenzas al aire. Habíamos leído, que si un día los terroristas colapsaban los grandes servidores informáticos dejarían los aeropuertos, los bancos, los sistemas de seguridad sin funcionar...Pero nunca imaginamos que la nube de un volcán dejaría a Europa paralizada, y de rebote a medio mundo. Seguramente ya corren por ahí PP's demostrando que Nostradamus, en no sé que poema, ya lo había profetizado. Otros, con otra sensibilidad espiritual, dirán que está clarísimo en los mensajes de Fátima y que ya nos podemos preparar si no tenemos velas benditas y si somos pecadores. Vamos, que si tenemos un pecador en casa ya lo podemos echar corriendo que nos va a caer la gorda (Ya me explicarán cómo casa eso con el Jesús del Evangelio). Pero lo que la nube ha hecho, es recordarnos, que somos mucho más débiles de lo que nos creemos. Que cuanto más tecnificados estamos, de más cosas dependemos. En una sociedad agrícola se depende de la lluvia y poca cosa más. Claro que, la falta de lluvia significa el hambre y la muerte. Nosotros dependemos del petróleo, los ordenadores, las máquinas y de una nube que lo puede mandar todo a la porra. Escuchas declaraciones y cada uno lo ve diferente. Las compañías aéreas, a las que lo que les interesa es no perder un euro, están que trinan por el cierre del espacio aéreo. Han hecho pruebas (jugando con la vida de unos pilotos) para demostrar que se puede volar. Los políticos, que si se cae un solo avión ven peligrar su cargo, apelan a que lo principal es la seguridad de las personas.

Lo cierto es, que la nube ha demostrado la precariedad y la decadencia de nuestra sociedad. Luchamos por el bienestar y exigimos riesgo cero. Pero las sociedades han evolucionado a fuerza de correr riesgos, de saberse aventurar.

Si llega a probarse lo que sostienen las compañías aéreas, que no existe riesgo, al menos no tanto y que la medida ha sido exagerada, nos encontraremos en poco tiempo con dos disparates que han supuesto tirar el dinero. Ya no nos acordamos, pero una monjita advirtió de la exageración de la gripe A. La insultaron y humillaron. Hemos tenido la gripe más suave de los últimos años y los gobiernos han gastado millones para nada (perdon, para engrosar las arcas de la industria farmaceutica). Millones que podrían haber erradicado el paludismo en África, por poner un ejemplo. Con los millones que pierden ahora las compañías aéreas se solucionaría el problema del agua de los países islámicos del sahel y de arabia, por poner otro ejemplo. (Y de paso se asestaría un golpe al terrorismo alimentado por la necesidad)

Ya lo veis. No me hagais mucho caso. Sólo son reflexiones a propósito de una nube...

domingo, 18 de abril de 2010

PARTIR Y COMPARTIR...


"En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea. Los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice:
- Me voy a pescar.
Ellos contestaban:
- Vamos también nosotros contigo.
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no recogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice:
- Muchachos, ¿tenéis pescado?
Ellos contestaron:
- No
Él les dice:
- Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.
La echaron, y no tenían fuerza para sacarla, por la multitud de peces. Y aquél discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro:
- Es el Señor.
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros., remolcaron la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice:
- Traed de los peces que acabáis de coger.
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice:
- Vamos, almorzad
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da; y lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos."


El Evangelio de Juan es el más teológico de los cuatro y está lleno de simbolismos.
En este pasaje encontramos a los apóstoles en la barca, símbolo de la Iglesia. Pasan toda la noche sin pescar. Con la luz del amanecer aparece Jesús y es entonces cuando hacen la gran pesca.
En la red hay multitud de peces, pero la red no se rompe y Jesús pide que se los traigan todos. Nosotros no aceptamos la diversidad. Jesús no hace distinciones.
Jesús se presenta como un necesitado. Les pide peces. Les pide de comer. Al llegar a la orilla, sin embargo, Él ya los espera con un pez en las brasas y pan.
Curiosamente en las apariciones de Jesús a sus apóstoles siempre hay comida por en medio. O estaban reunidos en la mesa, o lo reconocen al partir el pan, o les ofrece un desayuno como hoy... Es una clara referencia al acto central del cristianismo, que es la Eucaristía. Hoy, en el Oficio de Lecturas (Maitines) se lee un fragmento de la Apología primera de San Justino mártir. Martirio que se data entre el año 162 y 168. Explica cómo aquellos primeros cristianos celebraban la Eucaristía:
"...y el día que llamamos del Sol (domingo), hay una reunión general, tanto los que viven en la ciudad como los que viven en el campo: leemos los profetas o los tratados de los Apóstoles, mientras nos es posible. Después, cuando el lector ha acabado, el que preside hace una admonición, una exhortación, para que imitemos esos misterios tan sublimes.
...Traemos pan, vino y agua; el presidente dice con gran fervor las oraciones y el acción de gracias, y el pueblo aclama; Amén. I se distribuyen los alimentos sobre los que se han dado gracias; participan todos los presentes, y los diáconos los llevan a los que no han podido asistir.
Los que son ricos, y quieren hacerlo, depositan dones según creen conveniente; lo que se recoge se entrega al presidente, el cual socorre a los huérfanos y las viudas, a los que se encuentran en la indigencia a causa de enfermedades u otros motivos, también a los encarcelados y a los peregrinos llegados de lejos; en una palabra, nadie queda desatendido."

La cita ha sido larga, pero es muy importante. Ciertamente, en un párrafo anterior, Justino dice que el pan y el vino son el Cuerpo y la Sangre del Señor. Pero no dedica una sola línea a explicar cómo esto es posible. Sencillamente porque no puede explicarse. Es un misterio y sólo podemos aceptarlo por Fe. Justino, sin embargo, nos habla de las consecuencias de esta presencia. Nosotros hemos dedicado muchos libros a intentar explicar la Eucaristía. Tantos, que casi hemos olvidado las consecuencias: el COMPARTIR con todos, incluso los ausentes. El amar a todos, hasta el punto de intentar que nadie a nuestro alrededor padezca necesidad...En ese partir y repartir, los discípulos veían a Jesús. En ese partir y repartir, se hace presente Jesús en medio de nosotros...

sábado, 17 de abril de 2010

LO QUE NO SALE EN LA PRENSA...


Hoy no voy a colgar música. Ayer estuve en la presentación del libro "Monseñor Romero. Vida, pasión y muerte en El Salvador". Esta mañana me encuentro con esta carta de Juanjo, un antiguo alumno de La Salle Córdoba (hasta aquí alguno podría creer que soy yo), misionero Comboniano, obispo de Bangassou, República Centro Africana. Perdonan por la longitud, pero me parece interesante. Por un lado nos muestra algo que ocurre todos los días en algún lugar u otro de la Tierra, pero que los señores periodistas deciden que no interesa y no publican. Por otro lado muestra la verdadera Iglesia, mi Iglesia, la de Jesús, es decir la del pobre, del perseguido, del olvidado. (No la de los pederastas, la de las vestiduras y ceremonias fastuosas)


Juanjo es misionero comboniano, antiguo alumno de La Salle en Córdoba.
Queridos amigos: Ante todo Feliz Pascua y que el Seños Resucitado nos acompañe en nuestro caminar y nos ayude en nuestra vida. Os mando un artículo que he recibido de Juanjo, donde explica la situación que está viviendo en algunas zonas de su Diócesis por la violencia de un grupo armado que no deja de causar estragos entre la población. Él ha pasado la Semana Santa con la gente de estas zonas tan castigadas y tan necesitadas de un poco de alegría. Leedla con atención, merece la pena, para comprender como la gente más pobre de su Diócesis sufre en propias carnes una violencia de la que ellos son simplemente daños colaterales.


Último ataque de la LRA a Rafai
La ciudad de Rafai está a 150 Km de Bangassou (Centroáfrica), la diócesis en donde, desde hace 12 años, estoy llevando el servicio del episcopado. Si Rafael significa “medicina de Dios”, Rafai se convirtió el domingo pasado en la antesala de la brutalidad y el desquiciamiento. Otra vez los rebeldes de la LRA (“ejército de resistencia del Señor”) que, como ya he dicho otras veces, no son ni ejército, ni resisten a nada más que a su chiflada andadura, ni son del Señor porque son simplemente unos bárbaros criminales que pisotean a mi gente, secuestran niños, violan seres indefensos y matan en la más completa impunidad. Ya el 17 de febrero pasado atacaron Rafai, saquearon la misión, vaciaron los cuartos de los franciscanos, aunque ya de por si su ajuar suele ser raquítico, aterrorizaron a la pareja de cooperantes franceses que estaban dando dos años de vida en la enseñanza y les robaron todo incluso el traje de novia que ella se había bordado con telas africanas para casarse el jueves santo. Ambos, noqueados y hundidos, se fueron a pasar la noche en una sala parroquial, en el suelo, hechos un ovillo, hasta que al amanecer del día siguiente los evacuamos de allí. Hastiados de tanta violencia gratuita, abandonaron el colegio y se volvieron a Paris.
Lo del domingo 21 de marzo fue mucho peor, un ataque lleno de crueldad sin límites contra una población indefensa. La LRA es un grupo de pirados que dan tumbos por la selva de tres países desde el 2007. Cuando el pequeño grupo de gendarmes locales vio llegar a media tarde tres docenas de exaltados ugandeses, tatuados de máscaras, tocados de gris-gris mágicos “ahuyenta-balas” y gritando a todo pulmón, se les vino el alma a los pies y el poco ánimo de resistir al ataque, se les evaporó con el miedo. La LRA arrasó Rafai como una apisonadora machaca la hierba del camino. Robaron graneros, a intervalos de ráfagas de metralla dura, quemaron las casas, acabaron a machetazos con los heridos y dejaron Rafai humeante de fanatismo agresor y de impotencia local.
La noche de histeria colectiva y llanto fue horrorosa. Los pocos que no huyeron a la selva no sabían si los desaparecidos se habían escondido o eran víctimas de un secuestro. Al día siguiente, el padre de la misión, hierático de rabia y desamor, contaba los muertos y organizaba el entierro, católicos y protestantes juntos en la misma tumba porque los pastores de las respectivas iglesias seguían huidos en la selva. Un funeral en la intimidad, poblado de sombras de los familiares desaparecidos en la selva. Ayer vi de refilón en la T.V. el entierro de un gendarme muerto en suelo francés por terroristas de Eta. El presidente francés asistió a la ceremonia y el español también. Un solo gendarme congregó a dos presidentes. El padre franciscano enterró los 8 cadáveres en una discreta soledad, con una suave brisa meneando los árboles por todo acompañamiento de banda militar, tragándose las lágrimas y mirando de reojo por si había movimientos sospechosos. Por supuesto, ni un solo funcionario acudió al sepelio, ni un simple subsecretario de algo, imaginemos a alguien del gobierno, inmerso en otros quebraderos de cabeza. Tan sólo los franciscanos, los muertos y Dios. Este último, tal vez, profundamente compungido.
Mandé otra vez el coche para sacar de aquel infierno a las 5 hermanas congoleñas de la misión. Es la segunda vez en pocas semanas. Llegaron a Bangassou noqueadas y tristes. Los padres se quedaron allí para dar coraje a la población. Ellos, el coraje, lo reciben de lo Alto. La escuela se cerró provisionalmente hasta que quiera la LRA o quien sepa arreglar este desaguisado que nos lleva poniendo de rodillas desde hace 3 años. Ya se hacen quinielas para pronosticar la siguiente misión que será saqueada. Yo me inquieto mucho por el personal religioso, los sacerdotes autóctonos y la pobre gente que puede ver perdido en un instante el fruto de años de esfuerzos, o peor aún, la vida. No me recuerden el refrán “al perro flaco todo son pulgas”. Piensen mejor en la última escena de la película “La misión”, cuando el eclesiástico español se mira al reflejo de la ventana, espoleado por el embajador portugués que le está contando como la misión entre los guaraníes ha sido aniquilada y dice: “¡Así es la vida, así la hemos hecho, así la he hecho!”.
Bangassou 24 Marzo 2010
Mons Juan José Aguirre
Obispo de Bangassou (Centroáfrica)

viernes, 16 de abril de 2010

TALLER EN EL MONASTERIO DE SUESA



Por si le interesa a alguno.

Coordina: Justa del Sol, oblata. Liturgia: Comunidad de Monjas Trinitarias
EL PRESENTE EXISTENCIAL COMO CRECIMIENTO PERSONAL Y EL PRESENTE SOCIAL COMO COMPROMISO SOLIDARIO
En el Monasterio de la Trinidad de Suesa del 30 de abril al 2 de mayo de 2010
COMISIÓN DE ESPIRITUALIDAD DE “AMIGOS DEL MONASTERIO DE SUESA”, amosuesaes@gmail.com
SUESA (CANTABRIA).

ECLESALIA, 15/04/10.- El presente, la búsqueda y la práctica del silencio; estos tres itinerarios resumen el próximo taller que realizaremos los días 30 de abril al 2 de mayo, un taller que quiere ser aprendizaje pero también descanso. Necesitamos aprender a estar en el presente, necesitamos dotar a nuestra vida de esa calidad que provoca la detención del tiempo y engrandece cada momento y cada espacio.
Los seres humanos somos seres llamados a vivir en la Unidad y, si vivimos en la Unidad, podremos vivir en el presente, en el aquí y ahora, disfrutando de cada momento, circunstancia y, sobre todo, disfrutando de lo que somos, esa imagen aún inacabada del amor que necesita transcenderse cada día, para plenificarse y complacerse en cada instante y en mi propio yo, icono incompleto de Dios Amor.
¿Cómo vivir el presente descansando en él? ¿Por qué no somos capaces de estar y ser, con nuestra realidad, en el aquí y ahora? ¿Por qué siempre estamos viviendo en el pasado o proyectados hacia el futuro?
Si yo no vivo el hoy no estoy unificada porque vivo entre el pasado y el futuro, vivo hacia atrás y hacia adelante, con lo cual mi eje no está en el centro y siempre tendré vaivenes hacia fuera de mi ser. Si mi columna vertebral está desviada me inclinaré hacía un lado o hacia el otro, me faltará el equilibrio.
Esto es lo que nos falta: equilibrio. Equilibrio en el tener, en el hacer, en el pensar…, equilibrio para vivir en mi centro, proyectada a Su Centro
¿Cómo conseguirlo?
Necesitamos silenciar el ser, ayudarle a silenciarse, no por imposición, sino por un aprendizaje de estar consigo mismo en el tiempo y espacio concreto, en lo que soy, con mis límites y con mis dones. He de descubrirme en mis límites para potenciar mis dones.
El silencio es la escuela de encuentro con una misma, con esa inmensa maravilla que a veces rechazo porque aún no me he descubierto, porque me da miedo entrar en mi interior y prefiero vivir en la superficie, en mi epidermis, en donde no disfruto de la que soy, pero que me evita el arriesgarme y hacerme daño.
Silencio de la mente, del corazón, de los sentidos, silencio de los deseos y de los encuentros, silencio del amor, para llegar a ser Amor.
Si silenciamos tanto murmullo, tanto ruido, tanto miedo, tanto proyecto, tanto recuerdo nos encontraremos con lo que somos: personas limpias que vamos acumulando dolores, sufrimientos, para evitar encontrarnos con nosotras mismas. Mientras me refugio en mis dolores, en mis heridas ya conocidas, no puedo vivir en mi centro, sino en las capas que voy creándome para no ser yo. Resultaré un yo creado a mi medida, una pseudo persona que, inconscientemente, se niega a crecer porque eso conlleva conocerse, asumirse, quererse y tomar las riendas de una vida que, centrada conduce al centro mismo de Dios.
En este tiempo de Pascua es bueno descubrir al Cristo resucitado en un tiempo y espacio concretos. La fe y le experiencia posterior de tantos millones de cristianos hace que la Resurrección de Jesús de Nazaret se dilate por toda la historia y por todo el universo. Pero, aun así, para cada uno el encuentro personal tiene un instante exacto, y no vivirlo es perderlo... como el resto de la vida. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
Para más información:
www.montrinisuesa.net

jueves, 15 de abril de 2010

LA LUZ DEL AMANECER...


Hoy he estado todo el día fuera de casa y sin posibilidad de conectarme a internet.

Antes de irme a dormir os dejo este texto de Moratiel.

"Los arrieros se ponen en camino al amanecer. Nosotros somos también un poco arrieros y la itinerancia es también nuestro estilo. Y para ello hay que estar atento a cada amanecer y echarnos a andar por la vida con la confianza que nos da la luz, el amanecer."

miércoles, 14 de abril de 2010

EL ANACORETA Y EL HOMBRE SORPRENDENTE...


Lo encontraron en el tren. Aquel hombre desprendía vitalidad. Contaba cómo le gustaba disfracerse. Iba al campo a cazar...pero su forma de hacerlo era original. Lo que le gustaba era sorprender a los pájaros y a los conejos. Tomarlos y después dejarlos libres.

Cuando aquel hombre dejó el tren en la siguiente estación, comentó el Anacoreta al joven que lo seguía:

- Este hombre me recuerda a Dios.

La cara que puso el joven era de sorpresa total.

Rió el anciano y dijo.

- Mira. A Dios le encanta disfrazarse. Se disfraza de aliento, de soplo, de aire suave o de viento huracanado. Un día se disfrazó de zarza ardiendo. y en el desierto se disfrazaba de nube. Se disfraza de pan, de vino...

Se detuvo un instante y prosiguió:

- Le gusta sorprendernos. Nunca llega cuando lo esperamos ni lo encontramos donde creemos que está. Aparece vestido de pobre, de la vecina de al lado. Lo encontramos en las páginas de una agenda en la que nos parecía que ya no cabía nada más o en una llamada inesperada de teléfono. Lo vemos en el fondo de unos ojos tristes o en la sonrisa de un niño.

Miró al joven y añadió:

- Y no nos quiere cazar. Nos quiere sorprender para reavivar nuestra Fe, para despertar nuestra esperanza. Disfruta con nuestra sorpresa.

Se detuvo y acabó afirmando:

- Eso sí. Hemos de dejarnos sorprender. Si vas por la vida sorprendido por las mil y una cosas que te pasan en la vida...No lo dudes. ¡Dios está cerca!

Y siguieron en silencio y sorprendidos su viaje.

martes, 13 de abril de 2010

SOQUI ESTÁ BIEN


He hablado con ella esta mañana. Todo ha ido bien. Pronto irá a casa y volverá a "aprendiendo a caminar".

Gracias a todos por vuestra ayuda.

EL VIENTO DEL ESPÍRITU...


Jesús dijo a Nicodemo:

- El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu.

La verdad es que nuestra sociedad no está para vientos ni espíritus. Si no queremos problemas hemos de atenernos a la norma. Y eso ocurre tanto en la sociedad civil como en la religiosa. Nos hemos de atener a lo políticamente correcto, a lo canónicamente correcto: hemos de formar parte del sistema.

Jesús le dijo a Nicodemo todo lo contrario, que para formar parte del Reino se ha de nacer del Espíritu, se ha de ser libre como el viento...

No. no se trata de que todo vale; pero tampoco se trata de comportarnos como borregos tras los dirigentes. No se trata de destruirlo todo por sistema (como paradójicamente hacen los antisistema), pero tampoco de acatarlo todo sin reflexionar.

Los primeros cristianos, basta para darse cuenta con leer los Hechos o las Epístolas, buscaban el viento del Espíritu. Porque si algo predicó Jesús fue la libertad. Presentamos el seguimiento de las normas como algo difícil y meritorio. Mucho más difícil es ser libre. Porque la libertad supone reflexionar ante cada encrucijada, tomar partido ante cada decisión y correr el riesgo de equivocarnos. El que realmente se deja llevar por el Espíritu ha de acumular muchas oras de oración a sus espaldas. Seguir al Espíritu no es seguir nuestro capricho; pero es huir de las seguridades.

Dejarse llevar por el espíritu, o intentar hacerlo, te convierte automáticamente en una persona sospechosa. Sin embargo son ellos los que han hecho avanzar la Iglesia y nuestra sociedad. Francisco, Ignacio de Loyola, Juan de la Cruz, Tomás de Aquino, Juan Bautista de La Salle...fueron personas que chocaron con la sociedad de su tiempo. Por seguir al Espíritu fueron incomprendidos e incluso perseguidos. Pero fueron ellos los que ayudaron a que el Reino se hiciera presente entre nosotros.

lunes, 12 de abril de 2010

DÍA DE SILENCIO Y DE ORACIÓN


Hoy en el Rincón es día de silencio y oración. Para que todo le vaya bien a Soqui.

¿Tiene sentido la oración de petición? Ya sé que Dios conoce nuestras necesidades y no hace falta que se las presentemos. La oración no cambia a Dios, pero nos cambia a nosotros. Rezar por alguien hace que aumente en nosotros el amor y que esa persona se sienta amada.

Nuestro racionalismo suele olvidar que el espíritu es fuerte y tiene caminos para actuar que desconocemos.

Por eso en el Rincón hoy estará esta vela encendida todo el día. Os invito a hacer lo mismo.

domingo, 11 de abril de 2010

LAS HERIDAS DE JESÚS...


"Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús se puso en medio y les dijo:
- Paz a vosotros.
Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
- Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
- Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados, a quienes se los retengáis les quedan retenidos.
Tomás, uno de los Doc, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino jesús. Y los otros discípulos:
- Hemos visto al Señor
Pero él les contestó:
- Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.
A los ocho días estaban otra vez los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
- Paz a vosotros.
y luego dijo a Tomás:
- Trae tu dedo, aquí tienes mis manos,; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
Contestó Tomás:
- ¡Señor mío y Dios mío!
Jesús le dijo:
- ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de sus discípulos. estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre."

En este evangelio tenemos una nueva bienaventuranza que no estaba en las que pronunció Jesús en el Sermón del Monte: "Dichosos los que creen sin haber visto"
Nosotros no vemos a Cristo. Lo hemos mandado al cielo, lo hemos cubierto de alabanzas, hemos hecho imágenes más o menos artísticas y hemos escrito libros más o menos profundos sobre Él. Pero a Él no lo hemos visto...porque no miramos donde hay que mirar.
Jesús no muestra a los apóstoles y a Tomás su gloria. No repite la Transfiguración. Les muestra sus heridas.
Estamos en un mundo herido. Pertenecemos quizá, a una Iglesia herida. Desgracias naturales, guerras, enfermedades, terribles injusticias...Esas son las heridas del Hombre. Esas son las heridas de Jesús...Felices los que viéndolas se dan cuenta de que hay un mundo nuevo por hacer, que hay mucho amor por entregar, que hay muchos motivos para luchar...Esos son los verdaderos cristianos, aunque no conozcan a Jesús...Esos son los que creen sin haber visto.
Mientras, otros, creeremos haberlo visto, nos apoderaremos de Él y rezaremos a una cruz, quizá de oro y piedras preciosas. Cuando Jesús nos juzgue sobre si hemos dado de comer, de beber, hemos curado, hemos luchado...se nos caerá la cara de vergüenza al darnos cuenta que no supimos creer, porque pensábamos haber visto. Y sólo era un Jesús sin heridas, de madera o metal y con las llagas pintadas con purpurina...

viernes, 9 de abril de 2010

MÚSICA DEL SÁBADO: JESÚS QUERIDO HERMANO

Jesús querido hermano
Jesús querido hermano
Vendido como recuerdo Cercano al Coliseo

O cercano al Presidente

Con vestido de jeans, con fusiles

O en el nombre tuyo atacando a la gente

Jesús querido hermano mío Di qué te han hecho

Te han golpeado, clavado a una cruz

Y luego te olvidaron Y Tú eres demasiado bueno

Y te hicieron ir al cielo Sediento de vida y hambriento de amor

Cuántas veces lloras solo, solo

Pero Te hemos rogado Te hemos buscado Te hemos llamado Te hemos querido Te hemos creído Y hemos pensado en ti, soñado en ti

Y en los ojos del que espera En los gritos del que sufre
En la alegría de la fiesta

En el puchero del más solo En las calles del que bebe
En la risa del más loco

En las manitas del que nace

Y en las rodillas del que va a rezar

En las canciones populares
Y hasta en el hambre del hambriento

Fue Recuperar ya a la vista Tras de muchos años

Fue Como encontrar allá

En el boscaje espeso

El sendero perdido El sendero perdido

Fue como cuando la lluvia
Tras de un largo estiaje retorna a la tierra

Fue como un día de paz Como un día de paz terminada la guerra

Fue como cuando está oscuro Y se encienden las luces

Se encienden las luces

Jesús querido hermano reencontrado Quédate cerca por siempre

Y cantemos juntos, cantemos juntos La gloria de estar vivos

Y cantemos con Tu inmensa palabra

Ama al prójimo tuyo como a ti mismo

Y cantemos con Tu inmensa palabra Ama al prójimo tuyo como a ti mismo

Y cantemos con Tu inmensa palabra Ama al prójimo tuyo como a ti mismo

Y cantemos con Tu inmensa palabra Ama al prójimo tuyo como a ti mismo

Y cantemos con Tu inmensa palabra Ama al prójimo tuyo como a ti mismo

Y cantemos con Tu inmensa palabra Ama al prójimo tuyo como a ti mismo

Y cantemos con Tu inmensa palabra Ama al prójimo tuyo como a ti mismo Y cantemos con Tu inmensa palabra Ama al prójimo tuyo como a ti mismo

jueves, 8 de abril de 2010

HACERNOS CANCIÓN...


"Cantar es expresión de alegría,

y si nos fijamos más detenidamente,

cantar es expresión de amor.

De modo que quien ha aprendido a amar la vida nueva

sabe cantar el cántico nuevo...

-Ya estamos cantando- decís.

Cantáis , sí, cantáis; ya os oigo.

Pero procurad que vuestra vida

no dé testimonio contra lo que vuestra lengua canta.

Cantad con vuestra voz,

cantad con vuestro corazón,

cantad con vuestra boca,

cantad con vuestras costumbres...

¿Queréis rendir alabanzas a Dios?

Sed vosotros mismos el canto que vais a cantar.

(S.Agustín de Hipona, Sermón 34)

Y aquí os dejo un link por una buena causa. Cada vez que clikéis la casa fabricante de los guantes rosa, da dinero para la investigación del cáncer de mama."


miércoles, 7 de abril de 2010

EL ANACORETA Y EL AQUÍ Y AHORA...


El joven que sigue al Anacoreta estaba preocupado y así se lo hizo saber a su maestro.
- Hace días que estoy preocupado por decisiones que he tomado. ¿Y si en vez de haber tomado este camino hubiese tomado otro? ¿Qué me estoy perdiendo?
Sonrió el Anciano y le dijo:
- Preocuparse por lo que no ha sucedido ni sucederá es perder el tiempo.
Y ante la sorpresa del joven recitó este poema de Ruth Bidgood:

Es inútil preguntarse qué lago repleto de garzas
se extiende en el otro valle,
o lamentarse de los cantos de aquel bosque
en el que decidí no adentrame.
Es inútil preguntarse a dónde nos llevarían otros caminos,
a qué lugares distintos nos conducirían;
pues ninguna otra parte más que el aquí y el ahora
es mi verdadero destino.
El río es dulce en la suave tarde
y cada paso de mi vida me ha traído a casa.

Y el joven sonrió tranquilo...

martes, 6 de abril de 2010

PALABRA Y COMPARTIR


Este miércoles gozamos con el evangelio de los discípulos de Emaús. Estamos retratados en él. Nosotros también nos dejamos vencer muchas veces por el desánimo y, como los dos discípulos, abandonamos. Hemos confundido el Reino con el triunfo, con el éxito. Buscamos el poder, los movimientos de masas, las grandes concentraciones... La realidad es que somos débiles, pecadores, llenos de defectos.
¿Dónde encontraremos el Reino?
Jesús se lo señala a sus discípulos caminando hacia Emaús. Es en la Escritura donde encontramos el sentido a la vida. Nosotros montamos razonamientos filosóficos, teológicos, dogmáticos...y es meditando la escritura que encontraremos al Dios que nos revela Jesús. El Dios de los sencillos, de los que fracasan. El Dios Todomisericordioso. El Dios que se abaja hasta morir como un esclavo por nosotros. El Dios que sólo lo encontramos en el Hombre cuando lo consideramos nuestro hermano.
Y acaba partiendo y compartiendo el pan con ellos. Es en ese momento cuando lo reconocen. Esa es la verdadera Eucaristía, la que nos une. La que nos lleva a compartirlo todo con TODOS. Es allí donde Él se hace presente. Él quiso despedirse de sus discípulos alrededor de una mesa. A Él siempre lo encontraremos alrededor de una mesa. ¿Por qué hemos convertido ese compartir en un rito, en una ceremonia, y hemos olvidado que es una vida, una forma de cambiarnos totalmente y hacernos todos uno en el Uno?
Escritura y Eucaristía. Palabra y Compartir...

lunes, 5 de abril de 2010

MUJER, ¿POR QUÉ LLORAS?


(Estos días estoy muy liado. Por eso adelanto por la noche la entrada de cada día. Espero que dentro de poco todo se normalice y tenga más tiempo para pasarme más detenidamente por vuestos blogs)

El evangelio de hoy martes nos presenta una escena impresionante. María Magdalena llorando, sola, ante el sepulcro vacío. Cree que se han llevado a Jesús y no sabe dónde lo han puesto. Jesús se acerca a ella y le pregunta:
- Mujer, ¿por qué lloras?
Ella no lo reconocerá hasta que Él la llame por su nombre.
Sí. María Magdalena representa a todos los cristianos. Pero permitirme que hoy me fije sólo en las mujeres.
Una de las cosas sorprendentes de Jesús y que lo diferencia de todos los profetas, es su relación con las mujeres, a las que admite como discípulas y le siguen a lo largo de su peregrinar, a pesar de que en su época, mujeres y niños no contaban nada.
Magdalena llora porque ha perdido lo que más amaba. Como tantas mujeres hoy y a lo largo de la historia, que se han visto despreciadas, humilladas, violentadas...y han perdido su razón de vivir.
A Magdalena le ocurre lo que a tantas mujeres y a nosotros también. No sabemos ver que junto a nosotros está la Resurrección, la Luz...está Él. Hasta que Jesús la llama por su nombre:
- María...
Pienso en esas mujeres que he visto estos días en el hospital...En las emigrantes que vinieron engañadas para caer en la prostitución...En las adolescentes embarazadas a las que se les cae el mundo encima...En las mujeres maltratadas que callan porque aman...o simplemente porque tienen miedo...
En tantas mujeres que necesitan que Jesús las llame por su nombre...
Pienso que nosotros tenemos que ser ese Jesús que sepa amarlas. Es através nuestro que han de oir a Jesús llamándolas una a una...
Ojalá como María Magdalena puedan secar sus lágrimas y con una sonrisa radiante exclamen:
- ¡Maestro!

domingo, 4 de abril de 2010

¿A QUIÉN BUSCAS?


Angel Moreno -

Al comienzo del Evangelio de San Juan, al ver Jesús que dos de los discípulos del Bautista lo seguían, volviéndose hacia ellos, les preguntó: “¿Qué buscáis?” Ellos le respondieron: “Maestro, ¿dónde vives?”
Al final del cuarto Evangelio, en las escenas de Pascua, Jesús, se apareció a María Magdalena, que estaba desconsolada, y le preguntó: “Mujer, ¿por qué lloras? Ella no lo reconoció; entonces Jesús le dijo: “María, ¿a quién buscas?” Entonces, ella, dio media vuelta, y mirando a Jesús, exclamó: “¡Rabboní!” Duccio, Noli me tangere Estas dos escenas abrazan el texto evangélico y marcan la dirección adecuada para encontrarse con Jesucristo, que no es otra que la de permanecer en actitud de búsqueda, sentir la mirada del Señor y reconocerlo como Maestro.
Pero yo, ¿qué busco? ¿A quién busco? ¿En qué o en quién pongo mis ojos? Estas preguntas horadan la corteza de toda soledad y dejan en la intemperie de una mirada que se instala en las entrañas, no tanto como denuncia, sino como fascinante atracción, aunque al principio no se sepa quién es el que te deja oír su voz y sentir sus ojos. Sorprende el hecho de poder estar caminando junto al Señor, y no saber que es Él, como les pasó a María Magdalena, y a los discípulos de Emaús ¡Cuántas veces se experimenta la desolación, cuando tan sólo haría falta volver los ojos, o levantarlos, para sentir la presencia del Resucitado!
Una causa por la que quizá no descubro el acompañamiento de Jesús como persona viva, amiga y compañera, puede ser que ando invadido por mis obsesiones, ideologías y proyecciones, esperando encontrar una realidad inerte, o deseando poseer a quien es inapresable. Más allá de que reconozca el rostro luminoso del Resucitado, Él sale a mi camino, me mira, pronuncia, de muchas formas, mi nombre, me interpela y hasta llega a denunciarme, cuando mis afanes, búsquedas e inercias proyectan un deseo fosilizado.
La actitud que corresponde es la de buscar permanentemente el rostro del Señor, y gozar de la promesa de su acompañamiento. Esté de viaje o en casa, en el jardín o junto al mar, solo o en comunidad, entre conocidos o ante personas anónimas, la certeza de la presencia del Resucitado y dejarme mirar por Él cambia la vida. Sigue resonando en mí la primera pregunta del Evangelio: “¡Maestro! ¿Dónde vives?”Y la respuesta de Jesús: “Venid y lo veréis”. “Buscad y encontraréis”. “Llamad y se os abrirá”.
Aunque sólo sea por fe, sé que Jesús no deja de mirarme y de pronunciar mi nombre. Él no espera otra cosa sino que yo llegue a sentir la luz de su mirada en toda circunstancia. ¡Qué diferente es todo, mi vida y yo mismo, cuando se siente el acompañamiento del Maestro!
Amigo, es mi deseo de Pascua que te dejes mirar por el Resucitado y llegues a escuchar de sus labios tu nombre pronunciado con amor. Si es así, correrás a anunciarlo de muchas formas, por dondequiera que vayas. ¡Feliz Pascua!

(Tomado de Ciudad Redonda .http://www.ciudadredonda.org/)

sábado, 3 de abril de 2010

¿DÓNDE BUSCAR AL QUE VIVE?



"El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo:
- Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos."

¿DÓNDE BUSCAR AL QUE VIVE?
José Antonio Pagola

La fe en Jesús, resucitado por el Padre, no brotó de manera natural y espontánea en el corazón de los discípulos. Antes de encontrarse con él, lleno de vida, los evangelistas hablan de su desorientación, su búsqueda en torno al sepulcro, sus interrogantes e incertidumbres.
María de Magdala es el mejor prototipo de lo que acontece probablemente en todos. Según el relato de Juan, busca al crucificado en medio de tinieblas, «cuando aún estaba oscuro». Como es natural, lo busca «en el sepulcro». Todavía no sabe que la muerte ha sido vencida. Por eso, el vacío del sepulcro la deja desconcertada. Sin Jesús, se siente perdida.
Los otros evangelistas recogen otra tradición que describe la búsqueda de todo el grupo de mujeres. No pueden olvidar al Maestro que las ha acogido como discípulas: su amor las lleva hasta el sepulcro. No encuentran allí a Jesús, pero escuchan el mensaje que les indica hacia dónde han de orientar su búsqueda: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado».
La fe en Cristo resucitado no nace tampoco hoy en nosotros de forma espontánea, sólo porque lo hemos escuchado desde niños a catequistas y predicadores. Para abrirnos a la fe en la resurrección de Jesús, hemos de hacer nuestro propio recorrido. Es decisivo no olvidar a Jesús, amarlo con pasión y buscarlo con todas nuestras fuerzas, pero no en el mundo de los muertos. Al que vive hay que buscarlo donde hay vida.
Si queremos encontrarnos con Cristo resucitado, lleno de vida y de fuerza creadora, lo hemos de buscar, no en una religión muerta, reducida al cumplimiento y la observancia externa de leyes y normas, sino allí donde se vive según el Espíritu de Jesús, acogido con fe, con amor y con responsabilidad por sus seguidores.
Lo hemos de buscar, no entre cristianos divididos y enfrentados en luchas estériles, vacías de amor a Jesús y de pasión por el Evangelio, sino allí donde vamos construyendo comunidades que ponen a Cristo en su centro porque, saben que «donde están reunidos dos o tres en su nombre, allí está Él».
Al que vive no lo encontraremos en una fe estancada y rutinaria, gastada por toda clase de tópicos y fórmulas vacías de experiencia, sino buscando una calidad nueva en nuestra relación con él y en nuestra identificación con su proyecto. Un Jesús apagado e inerte, que no enamora ni seduce, que no toca los corazones ni contagia su libertad, es un "Jesús muerto". No es el Cristo vivo, resucitado por el Padre. No es el que vive y hace vivir.

Contribuye a despertar la fe en el Resucitado. Pásalo.