domingo, 31 de julio de 2011

DADLES VOSOTROS DE COMER


"En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
- Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.
Jesús les replicó:
- No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.
Ellos le replicaron:
- Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.
Les dijo:
- Traédmelos.
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños."

Cuando comentamos este evangelio siempre hablamos de compartir, de solidaridad. Y es verdad; ese mensaje se encuentra en este texto. Pero me gustaría profundizar más en el simbolismo de este fragmento. En los evangelios se habla seis veces de la multiplicación de los panes. Y una de las cosas que más hace Jesús, curiosamente,  en ellos, es comer. Va a una boda. Come con sus discípulos. Come con pecadores y también con fariseos. Y un momento central de su vida es la Última Cena. Y sigue comiendo con ellos después de la Resurrección. Si nos fijamos, vemos cómo, al igual que la noche del Jueves Santo, en cada multiplicación, Jesús empieza partiendo el pan.
Es evidente que los primeros cristianos, al escribir los evangelios, cuando relataban esas multiplicaciones, estaban pensando en la Eucaristía. El sacramento de la Unidad de la Iglesia.
En este relato vemos cómo Jesús busca un lugar solitario, pero la gente le sigue. Y al verlos se dedica a curar. Hace pasar el bien de las personas, el Amor, la Caridad, por delante de su propia tranquilidad, incluso de sus momentos de oración...
Los apóstoles ven a aquellas personas y quieren que ellas se solucionen sus problemas. "Diles que se marchen a las aldeas..."Jesús les señala, que son ellos quienes deben ayudarles:"Dadles vosotros de comer". Y ahí aparece el verdadero significado de la Eucaristía: el momento en que todos los cristianos somos Uno con el Uno. El partir y repartir el pan debe unirnos a todos. Jesús parte el pan y los peces, hay para todos y sobra.Y cuando partimos y repartimos el pan en la misa, eso que hacemos simbólicamente, debemos hacerlo realidad en nuestra vida. El Cristo presente en ese pan debe hacernos Uno. Lo recibimos para repartirlo. Recibimos un Jesús que dedicó su vida a curar, a sanar, a ayudar. Un Jesús que nos enseñó que todos somos hermanos porque tenemos un mismo Padre. Esa auténtica hermandad es la que hacía exclamar a los que veían a los primeros cristianos: "Mirad cómo se aman".
¡Que diferente sería nuestro cristianismo, si cada misa, cada Eucaristía, nos uniera y saliéramos de ella dispuestos a "dar de comer a todos"! La misa no es una obligación, Ni siquiera una devoción. La Eucaristía es el momento central en que los cristianos nos unimos a Cristo y a todos los hombres.
Estamos, a veces, tan preocupados por los ritos, el cánon, la lengua, los cantos...que nos olvidamos de lo fundamental: ser Unos en el Amor. Que en esos momentos Cristo se hace presente y nos hace Unos con Él.
Al igual que en la Eucaristía, en este texto, Jesús es el centro. Es Él quien da de comer a todos, pero, mirad, lo hace a partir de lo poco que tenían los apóstoles: cinco panes y dos peces. Si nosotros participamos con auténtica Fe en la Eucaristía, Jesús, a partir de nuestra pequeñez, mediante nuestra pobreza, podrá cambiar el mundo. Esperamos que Dios intervenga directamente en solucionar los problemas de esta tierra, pero olvidamos que sólo puede hacerlo a partir de nuestra pequeñez, de nuestros cinco panes y dos peces...

viernes, 29 de julio de 2011

LA PERSONA QUE TIENES A TU LADO...


Revisando apuntes de pastoral he encontrado este texto. Ignoro su autor.
Mira a tu alrededor
¿Quién es la persona sentada a tu lado?
La PERSONA que tienes a tu lado
es el milagro el mayor milagro que puedes encontrar...
y también es el mayor misterio.
La PERSONA que tienes a tu lado
es una reserva inagotable de posibilidades...
posibilidades que sólo han sido utilizadas parcialmente.
La PERSONA que tienes a tu lado
es un mundo único de experiencias, miedo y deseo, sonrisas y malas caras, llantos y risas, temor y esperanza...
La PERSONA que tienes a tu lado
está empezando a ser algo, llegando a algún destino, tiene una historia y una canción. Conocido y conocedor.
La PERSONA que tienes a tu lado
cree en algo, algo encantador,
lucha y funciona por algo,
se dirige hacia alguna cosa.
La PERSONA que tienes a tu lado
es algo más que una descripción, es más que una explicación,
es más...mucho más.
La PERSONA que tienes al lado
te problemas y temores igual que tú,
amenudo es indecisa, pero afronta con firmeza las adversidades,
y es capaz de sobrevivir de la forma más increíble a los retos y a las dificultades.
La PERSONA que tienes al lado
es un grupo de personas
persdonas que se han ido contrando a lo largo de su vida.
La PERSONA que tienes al lado
tiene algo con lo que puede mejorar una parte del mundo,
tiene una resistencia que nunca le reconocerán,
necesita hablar de esta capacidad, necesita que la escuches.
Pero, ¿se atreve a hablarte?
La PERSONA que tienes al lado
necesita un amigo, quiere ser amigo de alguien;
puede reconfortarte, cuidarte, entenderte,
puede creer en ti y amarte.
Esto es lo que quiere esta persona.
La PERSONA que tienes al lado
¡es un ser humano fantástico!

jueves, 28 de julio de 2011

¿DÓNDE HABITA DIOS?


El filósofo Martin Buber, en su libro El camino del hombre, cuenta la siguiente anécdota:
"Un día en que el rabí Mendel de Kosk recibía a unos huéspedes eruditos, les sorprendió preguntándoles a quemarropa:
- ¿Dónde habita Dios?
Ellos se rieron de él:
- ¡Qué cosas se le ocurren! ¿Acaso no está el mundo lleno de su gloria?
Sin embargo, fue el mismo rabí quien dio  respuesta a la pregunta:
- Dios habita allí donde le dejamos entrar."
El filósofo sigue comentando que sólo podemos dejarle entrar allí donde nos encontramos, donde vivimos una vida auténtica. Buber no se refiere a un lugar físico. Ese lugar donde vivimos realmente, es nosotros mismos cuando nos hemos quitado todas las máscaras, las ideologías, los prejuicios...En el hombre sencillo, es donde habita Dios, porque tiene las puertas de su corazón abiertas de par en par. Él sabe ver a Dios en cada una de las personas que se le acercan, en los niños, los pobres, los enfermos. Los simpáticos y los antipáticos. Lo sabe ver en un rayo de luz, una florecilla, un paisaje... Por eso Jesús nos dijo en las bienaventuranzas:
- Felices los puros de corazón, porque ellos verán a Dios.

miércoles, 27 de julio de 2011

EL ANACORETA Y LOS ANCIANOS QUE CAMINABAN LENTAMENTE


El Anacoreta y su joven seguidor llegaban tarde a una conferencia. El metro se había retrasado. Al subir las escaleras se encontraron con un grupo de ancianos que subían lentamente apoyados en sus bastones e impidiendo que las demás personas les avanzaran. Cuando al llegar arriba pudieron dejarlos atrás, el joven exclamó:
- ¡Ya era hora! ¡Hoy que tenemos prisa nos bloquean en la escalera!
El Anacoreta agarró por el brazo al joven, lo frenó y dijo:
- ¿Por qué corremos tanto? A lo sumo ganaremos cinco o diez minutos. Y con nuestras prisas hemos obligado a esos ancianos a hacer un esfuerzo con riesgo de una caída. 
Sonrió y siguió andando con calma, mientras decía:
- Esos ancianos nos enseñan que no hace falta apresurarse tanto, y por encima de todo, que no nos hace ningún bien irritarnos...¡Si de todas formas ya llegamos tarde! Y a lo mejor, tras todas estas prisas, resulta que la conferencia no vale nada...
Rió y añadió:
- Además. Piensa, que un día nosotros seremos esos ancianos y alguien vendrá empujándonos y refunfuñando tras nosotros... 

martes, 26 de julio de 2011

EL ANACORETA Y LOS GUIÑOS DE DIOS...



El joven seguidor observaba, cómo antes de retirarse a dormir, cada noche, el Anacoreta se sentaba en el balcón y apuntaba cosas en una pequeña libreta. Movido por la curiosidad un día preguntó:
- Si no es indiscreción, ¿puedes decirme qué escribes cada noche en esa pequeña libreta?
Sonrió pícaramente el anciano y respondió:
- Anoto los guiños que Dios me ha dedicado a lo largo del día.
Tras esa respuesta el joven se quedó con la boca abierta. El Anacoreta rió a gusto y pasándole el brazo por la espalda se explicó:
- Si estamos atentos, hay cosas, hechos a lo largo del día, que son parábolas cotidianas que Dios nos dirige. Fíjate en el evangelio. ¿De dónde tomaba las parábolas Jesús? De cosas cotidianas, profanas. En las parábolas no salen ni ángeles, ni milagros, ni Dios. Salen campesinos sembrando, pescadores pescando, mujeres haciendo pan o buscando monedas que han perdido, hijos calaveras que se van de casa...
Se detuvo un instante y prosiguió:
- Dios nos lanza guiños continuamente. Una conversación oída en el metro, una antena de telefonía, unos niños jugando en el parque, un viejo paseando lentamente, un árbol en flor...Si estamos atentos, descubriremos el mensaje que Dios nos manda...
Sonriendo de nuevo, concluyó:
- Eso es lo que hago cada noche antes de retirarme a dormir. Repasar esos guiños que Dios me ha dado durante el día y transformarlos en oración... 

lunes, 25 de julio de 2011

EL HORROR DE LA INTOLERANCIA


Hechos como los ocurridos en Noruega ponen de manifiesto hasta qué extremos puede llegar la intolerancia. "Lo que he hecho es horroroso, pero era necesario" es el paradigma de que el fin justifica los medios. Es la afirmación de que quien no piensa como yo, no merece vivir.
Ayer, visitando el blog de Cortés, un individuo que no merece ni ser nombrado, se despachaba, entre otras, con la siguiente lindeza:
"En una Iglesia podrida cuyos mayores enemigos son los gusanos, se impone la utilización del vermicida y después, a fumigar. Si aplastar cucarachas es facilísimo.

Sin una lágrima."
Y que cada palo aguante su vela.
Si reemplazáis la palabra Iglesia por Europa, Breivik la firmaría sin problemas. Es lo que él hizo y lo justifica como necesario. A eso conduce la intolerancia. No importa del signo que sea, religiosa, racial, política, de derechas o de izquierdas. Siempre hay un denominador común: yo tengo la verdad y el que no piense como yo no merece ni siquiera vivir. Hay que aplastarlo.
El problema es tan grave, como que sigue habiendo servios que creen que las matanzas en Bosnia eran necesarias, personas que creen que el Holocausto es una exageración o incluso una invención, españoles que creen que curas, frailes y monjas debían morir y otros que siguen sin aceptar que hubo represión franquista.
Y es que la tolerancia, la verdadera, no la del todo vale, sino la del respeto a la diferencia, es mucho más difícil de aplicar de lo que parece. Respetar al otro comporta que yo me he de bajar de mi pedestal, y eso no nos gusta. Respetar al otro implica que he de intentar colocarme en su lugar, y no nos gustan los esfuerzos. Respetar al otro nos obliga a escuchar, dialogar, cuestionar mis ideas...Y eso no nos gusta.
No sé si Breivik actuó solo. Posiblemente. Pero por desgracia, por este mundo, sueltos o en grupo, corren muchos Breivik, demasiados. Morenos o rubios. Religiosos o ateos. De derechas o de izquierdas. No importa...son demasiados. Uno solo, ya es demasiado... 



domingo, 24 de julio de 2011

EL VERDADERO TESORO


"En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
- El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.
El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reunen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?
Ellos le contestaron:
- Sí.
Él les dijo:
- Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo."

Las dos primeras parábolas nos comparan el Reino con un tesoro y una perla de gran valor. Quizá el mercader busca la perla, pero más bien parece, que como el campesino el tesoro en el campo, ambos "encuentran" por casualidad. El Reino es un don, es gratuito. Pero tampoco hemos de creer que nuestra actitud ha de ser la de recibir pasivamente. Ambos, campesino y mercader, venden todo cuanto tienen para asegurarse el tesoro.
El Reino, nuestra Unión con Dios y con todos los hombres es el verdadero tesoro en esta vida y exige nuestra entrega total. No basta con unos sacramentos, unos ritos puntuales a lo largo de nuestra vida. Hemos de entregar toda nuestra vida.
No nos extrañemos de que nuestra sociedad no acaba de funcionar. No nos quejemos de que la Iglesia no es lo que nos gustaría que fuese. Si no entregamos toda nuestra vida, nunca alcanzaremos ese tesoro que es la Unión con Dios y los hermanos. No lograremos que el Reino empiece ya en este mundo. Hemos de cambiar el modo de ver el mundo. Vender nuestro egoísmo para llenarnos de Amor.
Descubrimos el auténtico tesoro, cuando nos damos cuenta, que  hacer del mundo un lugar de Amor y solidaridad es posible, si somos capaces de entregarnos totalmente. Si lo damos todo. Si nos damos nosotros...
Y no pensemos que esta entrega es cosa de curas y frailes. Se trata de darse cuenta de que el Reino está por encima de todos los valores, de que es algo que vale la pena. Todo cristiano, en su día a día puede entregarse totalmente...Como lo hace tanta gente anónima, que aman profundamente al prójimo y lo demuestran con sus vidas calladas y entregadas a los demás.
La tercera parábola, como la del trigo y la cizaña del domingo pasado, nos indica que es condición de este mundo que lo bueno y lo malo crezcan juntos. Pero no somos nosotros quienes hemos de juzgar ni condenar a nadie, si no queremos equivocarnos... 

viernes, 22 de julio de 2011

EL ANACORETA Y LAS PREGUNTAS ESENCIALES


Tras un debate televisivo el Anacoreta comentó a su joven seguidor.
- ¿Te has fijado? Han quedado reflejadas las tres posturas de la sociedad ante las cuestiones esenciales de la vida. Primero los que ya de entrada no se hacen esas preguntas, las niegan o prefieren no hacérselas. Creen que es mejor vivir sin reflexionar demasiado intentando sacar el mejor partido a todo. La ética, el fundamento de las cosas, nuestro futuro, el sentido de la vida...son para ellos cuestiones inútiles.
Hizo una pausa y siguió:
- Luego los que simplemente siguen la moda, lo último que se ha dicho, las verdades que les ofrece internet o la tele...sin más reflexión.
Miró al discípulo a los ojos y concluyó.
- Desgraciadamente el tercer grupo es el menos numeroso. Incluso se les tacha de raros, de vivir en otro mundo. Son aquellos que buscan permanentemente. Escuchan las respuestas de los demás para elaborar sus propias respuestas...Buscan, reflexionan, aunque esto haga que sus respuestas, a veces, sean contracorriente, no sean populares...Pero esos son los que hacen avanzar la sociedad.

jueves, 21 de julio de 2011

EL ANACORETA Y EL CAMINO HACIA DIOS...

El joven seguidor estaba preocupado por las dificultades que encontraba en su camino espiritual hacia Dios. El Anacoreta lo tranquilizó y le dijo:
- Sigue tu camino y no caigas en la trampa de compararte con los demás. Un maestro sufí dijo acertadamente: "Hay quienes cabalgan sobre blancos corceles que saltan hasta la luna. Hay quienes avanzan con paso lento por sendas enlodadas, retrocediendo en un día lo que habían recorrido durante un mes. Pero todos llegan finalmente al mismo destino."
Sonrió con ternura al joven y prosiguió:
- El camino hacia Dios no es una carrera, una competición. Es el camino que has de recorrer, tu camino único...y, como escribió Toynbee: "Lo más bello es que, puesto que cada ser humano es único, la luz que ve y la luz que brilla nunca ha sido vista o nunca ha brillado anteriormente".
Levantándose concluyó:
- Si descubrimos que cada paso, cada instante, cada vivencia de nuestro camino es única, nos parecerá el camino más bello del mundo...

miércoles, 20 de julio de 2011

EL ANACORETA Y LAS ANTENAS...


El Anacoreta recordaba la gran cantidad de antenas que poblaban los tejados de las casas en su juventud. Ahora, las parabólicas comunitarias las habían reemplazado. Sin embargo aparecían las grandes antenas de telefonía móvil.
- Ya ves - dijo el anciano - sin antena no podemos conectarnos.
Sonrió maliciosamente y añadió:
- Hemos olvidado que la Fe no es una conquista, sino un don que recibimos. Necesitamos "antenas". Debemos desarrollar los órganos de la "receptividad".
Como el joven seguidor miraba con cara de no enterarse nada, el Anacoreta se explicó:
- ¿Cuáles son? Pues..., ESPERAR, ESCUCHAR, PEDIR, ESTAR ATENTOS A LOS PEQUEÑOS DETALLES, ADMIRAR, CONTEMPLAR...
Y los dijo así, con mayúsculas, para que quedaran claros...

martes, 19 de julio de 2011

EL ANACORETA Y LA SONRISA


Aquel anuncio de dentrífico le gustó al Anacoreta. "la gente desea gozar de tu sonrisa".
- Claro que - dijo el anciano - la clave de una sonrisa no está en el dentrífico. Una sonrisa es bella cuando sale del corazón...¿Acaso la sonrisa de un niño no es la más bella del mundo?

lunes, 18 de julio de 2011

EL ANACORETA Y LOS ESPEJOS...


Los Anacoretas no se preocupan demasiado por su aspecto. Es por eso que no suele haber espejos en sus cuevas. Y es por eso que los discípulos se quedaron muy extrañados cuando el Solitario dijo:
- Necesitamos espejos...
La cara que pusieron debió ser todo un poema, porque el Anacoreta se echó a reír y se explicó:
- Necesitamos espejos para conocernos...y esos espejos son los demás. Todo lo que odiamos en los demás es algo que odiamos en nosotros mismos. Todo lo que admiramos y amamos en los demás es algo que también poseemos y amamos en nosotros mismos.
Miró la cara de sorpresa de sus discípulos y siguió hablando:
- Cuando vemos algo odioso en los demás, si en lugar de criticarlo nos miráramos y reparáramos en que tenemos el mismo defecto, podríamos emplearnos en corregirlo y ser mejores personas. Si cuando vemos algo bueno en los demás, en vez de envidiarlo, nos diéramos cuenta de que también nosotros lo poseemos, podríamos dedicarnos a cultivarlo y hacerlo crecer. He aquí una buena manera de conocernos...
Y se fue al pequeño huerto a regar las pobres coles que andaban algo descuidadas...
(Publicado en La Cueva del Anacoreta hace tres años)

domingo, 17 de julio de 2011

LA PACIENCIA DE DIOS...


"Les propuso otra parábola:
- Se parece el reino de Dios a un hombre que sembró semilla buena en su campo; mientras todos dormían llegó su enemigo, sembró cizaña entre el trigo y se marchó.
Cuando brotaron los tallos y se formó la espiga apareció también la cizaña. Los obreros fueron a decirle al propietario:
- Señor, ¿no sembraste en tu campo semilla buena? ¿Cómo resulta entonces que sale cizaña?
Él les declaró:
- Es obra de un enemigo.
Los obreros le preguntaron:
- ¿Quieres que vayamos a escardarla?
Respondió él:
- No, por si acaso al escardar la cizaña arrancáis con ella el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega. Al tiempo de la siega diré a los segadores: Entresacad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla; el trigo, almacenadlo en mi granero.
Les propuso otra parábola:
- Se parece el reino de Dios al grano de mostaza que un hombre sembró en su campo; siendo la más pequeña de las semillas, cuando crece sale por encima de las hortalizas y se hace un árbol, hasta el punto que vienen los pájaros a anidar en sus ramas.
Les dijo otra parábola:
- Se parece el reino de Dios a la levadura que metió una mujer en medio quintal de harina; todo acabó por fermentar.
Todo eso se lo expuso Jesús a las multitudes en parábolas; sin parábolas no les exponía nada, para que se cumpliese el oráculo del profeta: “Abriré mis labios para decir parábolas, proclamaré cosas escondidas desde que empezó el mundo” (Sal 78,2).
Luego dejó a la multitud y se fue a la casa. Los discípulos se le acercaron a pedirle:
- Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.
Él les contestó:
- El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los secuaces del Malo; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin de esta edad; los segadores, los ángeles.
Lo mismo que la cizaña se entresaca y se quema, sucederá al fin de esta edad: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, escardarán de su reino todos los escándalos y a los que cometen la iniquidad  y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes."

Curiosamente, los predicadores han explicado este texto comenzando por el último párrafo y, sin darse cuenta, han deformado todo el mensaje. Unas parábolas que nos hablan de la paciencia, de la bondad de Dios, las han utilizado para cargar las tintas sobres los castigos eternos y la condena de los pecadores. Sin buscarlo se han alineado con los obreros, que pretendían escardar el campo y eliminar inmediatamente la cizaña.
Dios es paciente. Además, sabe que las apariencias engañan y que es fácil confundirnos y arrancar lo bueno creyendo que es malo. Jesús nos lo concreta con dos pequeñas parábolas. Lo bueno, el Reino, no es necesariamente aquello que más reluce. Aquella pequeña semilla de mostaza, aquella persona por la que nadie daría nada, es la que crece y se transforma en un árbol, que da cobijo a todo tipo de aves. Aquella pequeña cantidad de levadura, aquel hombre sencillo, es el que hace fermentar toda la masa, el que transforma la sociedad.
La Iglesia no puede caer en la tentación del perfeccionismo. En la humanidad, y en la Iglesia también, siempre crecerán juntos el trigo y la cizaña, el bien y el mal. No podemos caer en la tentación de juzgar precipitadamente a las personas...Porque aquellas que  nos parecen inútiles, equivocadas o despreciables, quizá sean las que en definitiva hagan crecer el Reino y fermenten la masa.
Los coetáneos de Jesús se quedaban sorprendidos ante sus palabras. El Antiguo Testamento hablaba de un Mesías que destruiría a los malos , a los impíos, que lo cambiaría todo en poco tiempo...Jesús les dice que tengan paciencia, porque, a veces, es difícil distinguir lo malo de lo bueno.
Este texto también nos ha de hacer reflexionar sobre nosotros. Somos una mezcla de bondad y de maldad. No somos trigo limpio. El sabernos imperfectos nos ayudará a aceptar la imperfección de los demás. Esa aceptación no significa pasividad...Se trata de darnos cuenta de que existe un tiempo para crecer, un tiempo para convertirnos y un tiempo para cosechar.



sábado, 16 de julio de 2011

MÚSICA DEL SÁBADO: UN ÁNGEL LLORA

Esta canción nos recuerda los amores que han ido muriendo a lo largo de nuestra vida. Las personas que nos han ido dejando. Quizá una Fe que se ha ido muriendo poco a poco...y que es objeto de añoranza.



Felicidades a todas las que se llaman Carmen, a los Carmelos, y, cómo no, a las Hermanas y Padres Carmelitas.

viernes, 15 de julio de 2011

UNA SOCIEDAD LAICA


Oímos hablar todos los días sobre que la sociedad debe ser laica, pero no siempre tenemos claro este concepto. Tradicionalmente el término laico se usaba en la Iglesia para denominar a las personas que no habían recibido el sacramento del Orden. La sociedad se dividía por consiguiente en clérigos y laicos. A partir de la Ilistración, el término laico determina la separación de Iglesia y Estado. Laico es aquello que prescinde de lo religioso. Así hablamos, por ejemplo, de "escuela laica". 
Pero el término laicismo se  interpretar de dos formas diferentes. El que señala la autonomía del Estado y la política, de las religiones y de las ideologías, incluídas las ateas y agnósticas. Y el que se interpreta como la actitud que quiere preservar a la sociedad de la influencia de la religión eliminándola totalmente.
Nos encontramos así con tres modelos de sociedad laica:
- Un modelo excluyente: Intenta eliminar toda presencia pública de lo religioso, tanto en ideas como en símbolos. Lo religioso sólo se admite en el ámbito estrictamente privado.
- Un modelo indiferente: Intenta ignorar todo lo que signifique religión, admitiendo sólo las manifestaciones populares como actos folkóricos.
- Un modelo inclusivo: Manteniendo la separación entre Estado y movimientos religiosos, los acepta como una aportación positiva al proceso de realización de las personas, la promoción de los valores y la cohesión social.
El primer modelo, pretendiendo ser aconfesional, hace del ateismo una creencia, la creencia absoluta de que Dios no existe y de que su sóla idea es nefasta para el hombre. Como todos los estados confesionales conduce al fundamentalismo; porque hay fundamentalismos religiosos, pero también los hay ateos. Basta mirar la historia.
El segundo modelo reduce la religión a una mera anécdota, a lo externo, a lo superficial y pierde toda la riqueza que puede aportarle la espiritualidad.
El tercer modelo es el que contempla la Constitución española. Pero ese modelo es inviable sin diálogo, comprensión mútua y separación real de poderes. Este modelo exige el respeto al otro y la aceptación de la diferencia...No es un modelo fácil, pero posiblemente es el único capaz de enriquecer nuestra sociedad...

jueves, 14 de julio de 2011

IGLESIA Y ESTADO: UNA PAREJA IMPOSIBLE


Cuando  Constantino intuyó que los cristianos eran el movimiento en el que se tenía que apoyar para obtener el poder e inventó el sueño del puente Milvio, en el que vio la cruz y la frase de con este signo vencerás, empezó la unión nefasta entre Estado e Iglesia. El cristianismo empezó a prostituírse intentando crecer a partir del poder y no de la espiritualidad. Aparecieron los Sacros Imperios, las Cruzadas, el intento de imponer el cristianismo por las armas con las consiguientes guerras de religión, los Estados Pontificios, el Estado Vaticano y toda su organización política...En España Franco se inventó una nueva Cruzada para conseguir el poder, y los obispos, asustados por la muerte de muchos inocentes, y temiendo la pérdida de poder, lo ensalzaron como Caudillo de España por la gracia de Dios. 
Los tiempos han cambiado, pero parte de la Iglesia española parece añorar esos tiempos. Más o menos abiertamente intentan "sacralizar" un partido del que creen lograrán que haga renacer la unión Iglesia-Estado, la católica España. No han aprendido, que tras siglos de historia, esta unión siempre ha sido nefasta. 
Algunos de mis "amigos"  se lanzarán contra mí por lo que acabo de escribir. Aquí les dejo este texto de Benedicto XVI, no de su juventud, sino de ahora, que está en la misma línea para que mediten:
"El imperio cristiano ya intentó muy pronto convertir la fe cristiana en el factor de la unidad imperial. El reino de Cristo, por lo tanto, tenía que tomar el esplendor y la figura del reino político. La debilidad de la fe, la debilidad terrenal de Jesucristo, debía ser sostenida por el poder político y militar. En todos los tiempos, y de diferentes formas, ha existido la tentación de asegurar la fe con el poder y estos abrazos siempre le han hecho correr el riesgo de ahogarla. La lucha por la libertad de la Iglesia, la lucha para evitar que el reino de Cristo no se identifique con ningún credo político, se ha de emprender a lo largo de todos los siglos. Efectivamente, la unión entre fe y poder político siempre tiene un precio: al final la fe se pone al servicio del poder y se doblega a sus conveniencias." 
(Traducido de la edición catalana de "Jesús de Nazaret", Benedicto XVI, Barcelona,2007, p.49) 
La Fe se propone, no se impone. A Jesús se le muestra con la vida, no con leyes. Porque el Amor está por encima de las leyes...

miércoles, 13 de julio de 2011

SALMODIA DEL 99


Uno de los libros que escribió el hermano Adriano lleva por título: "Sonrisas de Dios entre los marginados". Son 155 anécdotas o pequeñas historias vividas por él. Entre esas narraciones deja unas oraciones con estructura de salmo. No tienen nada que ver con el salmo correspondiente de la biblia. Son lamentos que le salían del alma ante las situaciones que vivía.
Por aquél tiempo el SIDA azotaba a sus amigos. Era una sentencia de muerte. Una muerte estigmatizada. La lepra de nuestros días. Decía Adriano que cada día perdía un amigo. Los visitaba en el Hospital del Mar y les buscaba alojamiento cuando salían, ya que muchos ni su familia los aceptaba. En ese clima está escrita la...

SALMODIA DEL 99

"Estoy enfermo, Señor, y Tú sanabas a los enfermos. ¿Por qué no me miras a mí, por qué no me hablas, por qué no me sanas?
He de morir. Moriré pronto. Tengo miedo. Pero sé que tú eres el Dios de la Muerte y de la Vida, y que me ofreces otra Vida sin dolor. ¿Cuándo será, Señor?
Todos me rechazan. Huyen de mí. Dicen que soy contagioso. Me niegan la cama, un beso, la compañía, la mesa...Pero sé que Tú estás conmigo y que me amas. Hazte presente en mis últimos meses de vida, Señor.
Creen que soy culpable de mi enfermedad. Me dicen que la he cogido por mis vicios, por la droga y me siento marginado. Pero Tú me conoces, Señor. Y Tú no me culpas; me esperas.
No me da miedo el SIDA, Señor. Me dan miedo la soledad y el abandono. Haz que encuentre una persona que me quiera y me abrace, y me bese y charle conmigo...Al menos, no me faltes Tú.
Déjame vivir, Señor. Déjame besar el sol y las nubes. Déjame cruzar las calles y mirar al cielo. Déjame frente a la inmensidad del mar, o junto a los árboles amigos. Déjame amar, Señor, y amar como Tú amas.
Y si he de morir, que tenga alguien a mi lado que me acompañe. Ya sé que estarás Tú y que tu beso será mi pasaporte para tu Casa, tu Reino de eternidad"
(Hno. Adriano Trescents)

martes, 12 de julio de 2011

AMENAZADO DE RESURRECCIÓN


La muerte de Facundo Cabral me ha recordado este texto que os dejo, que escribió José Calderón Salazar, periodista guatemalteco, cuando recibió amenazas de muerte.
"Dicen que estoy 'amenazado de muerte?. Tal vez. Sea ello lo que fuere, estoy tranquilo, porque si me matan, no me quitarán la vida. Me la llevaré conmigo, colgando sobre mi hombro, como un morral de pastor.
A quien se mata se le puede quitar todo previamente, tal como se usa hoy, dicen: los dedos de las manos, la lengua, la cabeza. Se le puede quemar el cuerpo con cigarrillos, se le puede aserrar, partir, destrozar, hacer picadillo. Todo se le puede hacer, y quienes me lean se conmoverán profundamente con razón.
Yo no me conmuevo gran cosa, porque desde niño Alguien sopló a mis oídos una verdad inconmovible que es, al mismo tiempo, una invitación a la eternidad: 'No temáis a los que pueden matar el cuerpo, pero no pueden quitar la vida.'
La vida, la verdadera vida, se ha fortalecido en mí cuando, a través de Pierre Teilhard de Chardin, aprendí a leer el Evangelio: el proceso de la resurrección comienza con la primera arruga que nos sale en la carea; con la primera mancha de vejez que aparece en nuestras manos; con la primera cana que sorprendemos en nuestra cabeza un día cualquiera peinándonos; con el primer suspiro de nostalgia por un mundo que se deslíe y se aleja, de pronto, frente a nuestros ojos...
Así empieza la resurrección. Así empieza no eso tan incierto que algunos llaman 'la otra vida', pero que en realidad no es la 'otra vida', sino la vida 'otra'...
Dicen que estoy amenazado de muerte. De muerte corporal a la que amó Francisco. ¿Quién no está 'amenazado de muerte'? Lo estamos todos, desde que nacemos. Porque nacer es un poco sepultarse también.
Amenazado de muerte.¿Y qué? Si así fuere, los perdono anticipadamente. Que mi Cruz sea una perfecta geometría de amor, desde la que pueda seguir amando, hablando, escribiendo y haciendo sonreír, de vez en cuando, a todos mis hermanos, los hombres.
Que estoy amenazado de muerte. Hay en la advertencia un error conceptual. Ni yo ni nadie estamos amenazados de muerte. Estamos amenazados de vida, amenazados de esperanza, amenazados de amor...
Estamos equivocados. Los cristianos no estamos amenazados de muerte. Estamos 'amenazados' de resurrección. Porque además del Camino y de la Verdad, Él es la Vida, aunque esté crucificada en la cumbre del basurero del Mundo..."
(José Calderón Salazar)   

lunes, 11 de julio de 2011

FACUNDO CABRAL - IN MEMORIAM

Dijo, que cuando un cantante muere, le basta una milonga para velarlo. Facundo creía en el Dios de los pobres, en los sencillos, en el Hombre. Facundo era un hombre bueno. Por eso, siempre seguirá vivo...



La siguiente canción se la dedico a todos aquellos que se creen más poderosos, más fuertes, mejores que los demás...

domingo, 10 de julio de 2011

TENER EL CORAZÓN DISPUESTO...


"Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas:
- Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.
Se le acercaron los discípulos y le preguntaron:
- ¿Por qué les hablas en parábolas?
Él les contestó:
- A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: 'Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure.' ¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.
Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador: Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino. Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe. Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno."

En esta parábola tenemos una semilla y unos campos. La semilla es la Palabra y nuestros corazones los campos. Dios nos habla de muchas maneras. Nos habla por la Escritura; nos habla por medio de la naturaleza, y en la persona de los demás, especialmente los pobres, los abandonados, los que sufren. También nos habla por los acontecimientos y los signos de los tiempos. Pero quizá  nuestro corazón no está dispuesto y no sabemos escucharle. Entonces esa Palabra no produce ningún fruto. Para que la Palabra cale en nuestro interior hemos de preparar nuestro corazón. El silencio y la meditación son esenciales. Y lo que más miedo nos da, examinar nuestras intenciones para purificarlas y sacar de nosotros todo lo malo que hay para poder acoger el Amor.
Hice el noviciado en tierra de secano dedicada al trigo y a la cebada cervecera. Tras la cosecha, el tractor araba y roturaba los campos. Al remover la tierra salían a la superficie innumerables piedras. Antes de la siembra no teníamos más remedio que pasar largas horas sacando esas piedras y arrojándolas al borde del campo. Remover nuestro interior produce el mismo efecto. Afloran "piedras" que no queremos ver, que quizá ni sabíamos que existían. Eso nos da miedo. Pero ese silencio,esa meditación, ese purificar nuestro corazón, ese roturarlo para que aflore lo malo y poder eliminarlo, son esenciales si queremos que la Palabra penetre en nosotros y produzca el ciento por uno...  

viernes, 8 de julio de 2011

EL ANACORETA, EL LAGO Y LA CHARCA...


Aquel buen hombre estaba triste y desesperado. Cuanto más se examinaba, menos cualidades se veía. Le habría gustado ser un predicador de verbo encendido y se cortaba cuando hablaba en público. Quizá podría haber escrito estupendos libros de espiritualidad, pero no se le ocurría nada ante la página en blanco. Su carácter no era precisamente afable y atrayente...
- ¿Cómo puedo mostrar el Señor a los otros con tan pocas cualidades?
Lo miró el Anacoreta con simpatía. Luego, no me preguntéis cómo, lo llevó a orillas de un lago.
- ¿Qué ves? - le preguntó el Solitario.
- Un paisaje maravilloso. Un lago junto al que me gustaría vivir - respondió el visitante.
Luego, tampoco me preguntéis cómo, el Anacoreta llevó al hombre junto a una charca de aguas  sucias y pestilentes.
- ¿Qué ves? - volvió a preguntarle
- Una charca de aguas sucias en la que se refleja la luna - respondió el hombre.
Rió el Anacoreta, y pasándolo el brazo por la espalda, le dijo:
- En el lago también se reflejaba la luna. Pero era tal la belleza del conjunto que no te fijaste. Uno queda prendado de las bellas palabras que pronuncian los grandes predicadores, de los bellos libros que escriben, pero no ven lo más importante: Dios reflejado en ellos.
Lo miró con simpatía y añadió:
- Tú eres como la charca, quizá no hablas ni escribes bien, no eres un bello paisaje, pero todos verán a Dios reflejado en ti, porque eres una buena persona. Anda. No te preocupes. Sé charca...y refleja la luna...
Y el buen hombre se fue más contento que unas castañuelas...
(Publicado en la Cueva del Anacoreta hace tres años) 

jueves, 7 de julio de 2011

EL ANACORETA Y EL ENCUENTRO


El joven seguidor preguntó al Anacoreta:
- ¿Por qué hay personas que afirman creer en Dios y sin embargo esto no cambia nada en su vida?
Miró el anciano con una sonrisa pícara a su seguidor y contestó:
- Hay dos maneras de acercarse a Dios. Como "explicación" o como "encuentro".
Hizo una pequeña pausa y siguió:
- El poeta latino Lucrecio escribió: "Timor fecit deos" (el miedo creó a los dioses). Desde ahí, nos acercamos a Dios como respuesta a los enigmas de la vida. Para esas personas, Dios no es más que un concepto, una idea, una explicación. Nadie cambia su vida solamente por una teoría.
Se levantó, dio la vuelta a la habitación y volvió a sentarse.
- En cambio hay personas que un día se "encuentran" con Dios. Es una verdadera experiencia de estar frente, o delante, o tener en su interior a "un Ser", no una idea. Además percibe que este encuentro es totalmente gratuito y que le mueve a cambiar, a vivir transformado...Se siente amado e impulsado a corresponder a este amor, entregándose totalmente a los demás...
Miró sonriendo al joven y concluyó:
- Pero no te asustes. Para la mayoría de las personas este encuentro es progresivo. Por eso nuestra entrega también lo es. Es más, a veces se nos nubla la vista y ya no le vemos...Por eso nuestra vida espiritual no es una línea recta y tiene subidas y bajadas. Lo importante es que, tomada en su conjunto, sea ascendente...Dios no nos pide lo que está por encima de nuestras fuerzas... 

miércoles, 6 de julio de 2011

EL ANACORETA Y EL SACRIFICIO


El Anacoreta y su joven seguidor compraron sendos cucuruchos de helado y se sentaron en un banco del parque a la sobra para paliar el calor. Pasó por allí un sacerdote que los conocía y dijo:
- Para ser ustedes un Anacoreta y un aprendiz de Anacoreta, veo que hacen muy poco sacrificio.
Sonrió el anciano y contestó:
- Los verdaderos sacrificios son las obras de misericordia, sea con nosotros mismos, sea para con el prójimo. (1)
El sacerdote, con cara de pocos amigos, repuso:
- Eso lo habrá escrito uno de esos teólogos modernos a los que usted es tan aficionado y que nos quieren cambiar la Iglesia.
Volvió  sonreír el Anacoreta y respondió:
- Sí, naturalmente. Lo escribió San Agustín a finales del siglo IV.
Y vieron como el sacerdote se alejaba murmurando algo por lo bajo...  
(1) SAN AGUSTÍN, La Ciudad de Dios, BAC, Madrid, p. 383)

martes, 5 de julio de 2011

EL ANACORETA Y LA CONFERENCIA DEL FILÓSOFO


El conferenciante disertó magníficamente sobre la sociedad postmoderna. El público, puesto en pie, le dedicó una larga salva de aplausos.
Al salir, el joven seguidor exclamó:
- ¡Qué magníficamente ha retratado nuestra sociedad!
El Anacoreta sonrió maliciosamente y dijo:
- Sí, ciertamente. Pero lo importante no es explicar el mundo, sino cambiarlo. Por eso Jesús no se limitó solamente a decirnos cómo es el mundo, sino que intentó enseñarnos cómo debe ser y empezó a intentar cambiarlo.
Ante el silencio del joven el Anacoreta prosiguió:
- Ese es el verdadero sentido de las curaciones, de lo que nosotros llamamos "milagros" y Juan "signos". Son los signos de que otro mundo es posible, de que el Reino es ese otro mundo posible y debemos iniciarlo aquí.
Viendo la mirada de duda de su seguidor, añadió:
- Sí. Lo sé. El mal sigue ahí. Jesús no pretendió cambiar el curso de la naturaleza ni de la historia. Tomó la condición humana, se hizo uno de nosotros y asumió la lucha contra el mal.
Y concluyó:
- Si el mal tiene solución no es la de cambiar mágicamente la naturaleza humana. Esa solución depende de la lucha conjunta del hombre y de Dios...Nuestro camino es el de Jesús: sanar, acoger, amar...Cambiar el mundo.

lunes, 4 de julio de 2011

EL ANACORETA Y LAS LEYES


El joven seguidor estaba ojeando el Código de Derecho Canónico y preguntó al Anacoreta:
- ¿Para seguir y amar a Dios hacen falta tantas leyes?
Rió a gusto el anciano antes de responder:
- Ya escuchaste el evangelio  de ayer. No hay que ser sabio, sino sencillo para ser un buen cristiano. Nos ocurre lo que decía Charles Péguy, que en los asuntos humanos todo comienza en mística y acaba en política. Las leyes del Código de Derecho Canónico están para prever los problemas de la Iglesia y buscar soluciones...Pero a veces, puede que ellas sean el problema, como ocurre con todas las leyes humanas.
Sonrió y prosiguió:
- Mira las Congregaciones Religiosas. Empiezan con un carisma, con la mística de un fundador y sus primeros discípulos. Luego las cosas se van complicando, aumentan las obras, los miembros y hay que poner orden. El problema es que a veces este orden se consigue a costa del carisma...
Se puso serio y concluyó:
- Por eso hemos de velar constantemente para dar prioridad a la mística, por salvar la espiritualidad. Si no...nos quedaremos con unas leyes muy bellas, que no sirven absolutamente para nada...

domingo, 3 de julio de 2011

ELOGIO DE LOS SENCILLOS


"En aquel tiempo, exclamó Jesús:
- Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera."

Frente a una sociedad que elogia la grandeza, el poder, la riqueza, la sabiduría...Jesús nos dice, que es la gente sencilla la que ha comprendido la verdad, la poseedora de la auténtica "sabiduría". Los sencillos son los únicos que reconocen a Jesús aunque ni siquiera sean conscientes de ello. ¿Recordáis aquel vídeo de la abuela mejicana cuidando de su nieto deficiente mental, llevándolo a un centro de atención a la otra punta de la ciudad? El hermano Adriano me hablaba de una prostituta ya anciana, que recogía en su casa a los enfermos de sida del barrio chino que no eran aceptados en ningún lugar. Jóvenes que dedican sus fines de semana a hacer de monitores, a acompañar niños deficientes o a marginados. Esos grupos de personas que solidariamente están impidiendo desahucios en nuestras ciudades...Todas esas personas que cuidan cada día a un familiar enfermo en su casa sin una palabra de queja...Los que siempre tienen una mano tendida para el desesperado, el triste, el que se siente solo...Los que saben escuchar.Tanta gente que vive amando aunque no nos demos cuenta.
Esas personas que saben acoger al agobiado...son Jesús mismo para los demás. Nosotros ponemos cargas pesadas a los demás, leyes, normas, dogmas...Los sencillos han comprendido cuál es la raíz de todo: amarse unos a otros como Él nos ha amado.
Nuestra sociedad está llena de gente agobiada...Hay necesidad de esa gente sencilla, que sin grandes espavientos ni alharacas, tienden la mano a sus hermanos. No han estudiado teología. Quizá no van a misa. Posiblemente ni siquiera son cristianos...Pero ellos han comprendido lo que Dios quiere de nosotros.
¿Que esperamos a enrolarnos en el grupo de la gente sencilla?