sábado, 31 de octubre de 2020

RESPUESTAS DE DIOS


 Pedí fuerza...
    y Dios me dio dificultades
    para hacerme fuerte.

Pedí sabiduría...
    y Dios me dio problemas
    para resolverlos.

Pedí prosperidad...
    y Dios me dio inteligencia
    y manos para trabajar.

Pedí valentía...
    y Dios me dio obstáculos
    para superar.

Pedí amor...
    y Dios me dio personas
    con problemas a los que ayudar.

Pedí favores...
   y Dios me dio oportunidades.

No recibí nada de lo que pedí,
    pero he recibido todo lo que necesitaba.


viernes, 30 de octubre de 2020

ELECCIÓN

 


Contigo, Señor,
escojo la loca sabiduría.

Escojo la pobreza
que aligera el corazón
de los deseos de poseer.

Escojo la misericordia
que responde sin tardar
a los gritos de la miseria.

Escojo la ternura
que resiste obstinada al odio
y gana a la violencia.

Escojo la esperanza
que canta como la aurora
delante de las tumbas de la muerte.

Escojo la pureza
que impone la claridad
por encima de las sucias aguas de la mentira.

Escojo la justicia
que recibe golpes
oponiéndose a los poderes
que humillan a los hombres.

Escojo la paz
que persigue a los verdugos y a los opresores
para obligarles a reconocer la libertad total
de todos los hijos de esta tierra.

Escojo la vida
rota y liberada
como pan que alimenta
a los hambrientos de cada día.

Me he decidido:
me arriesgo contigo.
 Lo perderé todo,
pero escojo el Evangelio.
 

jueves, 29 de octubre de 2020

EL ANACORETA Y EL TRABAJO POR LA PAZ



El Anacoreta le dijo a su joven discípulo:
- Una de las frase de Jesús que debería meditar nuestra sociedad es: " Felices los que trabajan por la paz."
El joven lo miró esperando que continuara lo que quería decirle:
- Vivimos en un mundo violento, agresivo, destructor...Y el arma más poderosa que tenemos es la no-violencia.
Volvió a detenerse otro instante. Luego añadió:
- Se trata de sembrar el amor. Se trata de hacer lo que hizo Jesús. Nosotros amamos a los que nos aman. Pero la no-violencia empieza en el momento en que amamos a los que nos odian, como hizo Jesús. Se trata de perdonar en todo momento. 
Miró a los ojos de su discípulo y concluyó:
- Ya sé que es muy difícil, pero es la única arma que tenemos para trabajar por la paz, para cambiar este mundo...  

miércoles, 28 de octubre de 2020

ESTAMOS ANTE TI...

 


Estamos ante ti,
Señor,
porque sabemos que nos amas.

Estamos ante ti
con nuestra vida,
y la familia y la gente
que tenemos cerca,
las esperanzas que nos mueven
y las ilusiones.

Estamos ante ti
porque tu estás siempre
a nuestro lado,
tanto si te tenemos presente
como si no.
Tu estás siempre a nuestro lado,
incluso cuando parece
que no estás.

Estamos ante ti
porque sabemos y creemos
que tu amor lo llena todo:
llenas los rincones claros
y los haces más luminosos,
y llenas los rincones oscuros
para que podamos seguir caminando
sin extraviarnos.

Estamos ante ti,
porque das confianza
a nuestra vida.

Estamos ante ti,
porque eres nuestro Padre.

martes, 27 de octubre de 2020

EL ANACORETA Y LA MISERICORDIA

 


 El joven seguidor preguntó al Anacoreta:

- ¿Por qué la palabra misericordia tiene tan mala prensa?
Miró el anciano hacia el horizonte, como hacía siempre que reflexionaba. Luego, tras unos instantes de silencio, respondió:
- Porque no entendemos el verdadero significado de esta palabra. Pensamos que es ponerse en un plano superior. Mirar al otro como un "desgraciado". Y misericordia es poner nuestro corazón al mismo nivel del corazón del otro. No se trata de razón ni de voluntad, sino de puras entrañas. Es padecer con el otro...  


lunes, 26 de octubre de 2020

EL ANACORETA, LA LIBERTAD Y LA SOLIDARIDAD.

 


El Anacoreta y su joven discípulo vivían retirados en el desierto; pero eso no les impedía conocer lo que ocurría en el mundo. Los visitantes les tenían informados. Llegó a sus oídos el recrudecimiento de la pandemia y las leyes restrictivas que dictaban los gobiernos para intentar reducir los contagios y controlar la situación. También llegó a sus oídos las protestas de los que argumentaban que era ilegal e injusto recortar las libertades, obligando a toques de queda, cierres de establecimientos, limitaciones en la movilidad...Durante su frugal comida el Anacoreta comentó:
- Ciertamente, la libertad es un derecho muy importante; pero no es el único ni se puede considerar de forma aislada. Yo soy libre de poner música a todo volumen a las dos de la noche; pero mi vecino también es libre y tiene derecho a dormir.
Mientras recogía los dos cuencos y se dirigía a la pequeña fuente a lavarlos, el anciano siguió hablando:
- Nuestra libertad no puede perjudicar al otro. La salud de todos, en este caso, puede hacer que se nos coarte cierta parte de libertad. La solidaridad también es un valor importante. El bien común pasa por encima de nuestra libertad particular.
El joven discípulo repuso:
- Sí, pero hay gente que se hunde económicamente. Que quizá ya no puedan vivir como antes, que sus negocios se cierren, que pierdan su trabajo, que se queden sin nada...
Guardó unos instantes de silencio, y secando los cuencos respondió:
- Ahí entra también la solidaridad. Somos todos los que hemos de intentar ayudar a que esas personas no se hundan. Y los gobiernos que legislan para salvar la salud común, han de legislar también, para que todos puedan levantar cabeza tras este desastre.
Suspiró y concluyó:
- En todo caso son tiempos difíciles y nos hemos de ayudar entre todos para encontrar el camino de salida y esto no es fácil. Lo triste es, que en los tiempos de crisis, siempre hay algunos que se enriquecen todavía más. Esos no tienen perdón...
Y se retiró a su cueva.

domingo, 25 de octubre de 2020

LO IMPORTANTE ES EL AMOR




 "En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿Cuál es el mandamiento principal de la Ley?" Él le dijo: ""Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser." Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los Profetas."
Jesús sintetiza el decálogo y casi toda la legislación en su principio de amor fraternal y recíproco.

Los juristas gustaban de probar los conocimientos que Jesús tenía sobre la Ley. Para ellos el mandamiento más importante era la observancia del sábado. Ese día debían dedicarse por completo al reposo y a escuchar la lectura de la Escritura. Con el tiempo convirtieron esta ley en una carga que a duras penas soportaban los pobres.
El sábado había dejado de ser fiesta del Señor y se había convertido en un día lúgubre, lleno de prescripciones ridículas que impedían a las personas movilizarse, cocinar e incluso auxiliar al necesitado.
Cuando los juristas preguntan a Jesús por la ley más importante esperan que él cometa un error y se pronuncie contra la Ley misma. Jesús se les adelanta y les hace ver que en la Ley lo más importante es el amor a Dios y el amor al prójimo. El amor es el espíritu mismo de la legislación divina.
Al colocar estos dos mandamientos como el eje de toda la Escritura, Jesús pone en primer lugar la actitud filial con respecto a Dios y la solidaridad interhumana como los fundamentos de toda la vida religiosa. Incluso, la adecuada interpretación de la Escritura (la Ley y los Profetas) depende de que sean comprendidos y asumidos estos dos imperativos éticos.
Nosotros vivimos hoy en sociedades que tienen muchas más normas que el pueblo judío, incluso nuestras iglesias tienen extensas legislaciones. Vivimos también en un mundo que tiene muchísimos más millones de pobres oprimidos bajo la usura internacional, que los pobres oprimidos por los que clamaron los profetas. La Palabra de Jesús que hoy recordamos y actualizamos en nuestra celebración es una invitación a sacudir nuestra pasividad, a recuperar la indignación ética ante la situación intolerable de este mundo llamado moderno y civilizado, y a volver a lo esencial del Evangelio, al mandamiento principal, a los dos amores." (Koinonía)



sábado, 24 de octubre de 2020

SANTA MARÍA...


Santa María, Virgen de la acogida,
que abriste los brazos y el corazón al Niño de Belén,
enséñanos a acoger a Jesús que se hace presente,
de tantas maneras, a lo largo de cada día.

Santa María, Virgen de la disponibilidad,
que te dejaste modelar por las manos del Artista Divino,
haznos disponibles, atentos y prestos
a dejarnos iluminar por la luz de tu Hijo.

Santa María, Virgen del servicio,
que estuviste siempre a punto para dar una mano,
haznos dispuestos a ver las necesidades de los otros,
y a responder generosamente.

Santa María, Virgen del silencio,
que en el recogimiento penetraste el Misterio,
danos el coraje de salir del ruido  engañoso,
para sumergirnos en la realidad viva de las cosas.

Santa María, Virgen de la escucha y la respuesta,
que dijiste un sí que fue el alma de toda una vida,
abre nuestras vidas a la voz expectante de nuestro Dios.

Santa María, Virgen de la oración,
que supiste vivir en intimidad y en comunión con tu Hijo,
llena nuestra existencia de su infinita ternura.

viernes, 23 de octubre de 2020

EL ANACORETA Y LA ETERNA JUVENTUD

 


Desgranaban unas judías de su pequeña huerta, cuando el Anacoreta dijo:
- Uno de los mitos más fuertes que tiene el hombre, es el de la eterna juventud. Se lucha para alargar los años de vida y que esos años sean de calidad; pero la realidad es que la vejez llega, tarde o temprano, a todos los hombres.
El joven discípulo miró extrañado al anciano sin saber a qué venía esta afirmación; pero sin embargo añadió:
- Sí. Gimnasios, centros de estética, laboratorios farmacéuticos, buscan que el hombre viva más y mejor, pero ¿es eso posible?
Sonrió el Anacoreta y respondió:
- Si consideramos la juventud en lo físico, evidentemente que no. Pero Jesús nos habló de "un manantial de vida eterna". Y ese manantial existe.
Guardó silencio y siguió desgranando judías, Luego añadió:
- Si buscamos ese manantial en nuestro interior...veremos que existe y que es algo muy diferente de lo que creíamos. Un manantial que hace que a medida que envejecemos nos hacemos cada vez más niños. Una mezcla de inocencia y de experiencia, fruto de vivir con espontaneidad, franqueza, libertad y frescura y la sabiduría y la serenidad que da la experiencia, nos lleva a permanecer jóvenes a pesar de nuestra edad.
El discípulo preguntó:
- Sí, pero ¿Cómo se consigue esto?
Volvió a sonreír el Anacoreta y, mirándole a los ojos, respondió:
- Viviendo una vida interior. Meditando. Amando a los demás...Siguiendo el camino de Jesús y dejándonos llevar por el Espíritu. Siendo sencillos... Así llegaremos con espíritu joven al día en que de verdad pasemos a la Vida Eterna...

jueves, 22 de octubre de 2020

NOS HAS HECHO PROFETAS


 Por el bautismo, Señor,
nos has hecho profetas.
No para convertir al mundo 
a nuestra fe, a nuestras ideas,
a nuestra iglesia.

Nos has hecho profetas
como  dedos que señalan,
que orientan hacia ti, solamente,
todas las miradas de la tierra.

Nos has hecho profetas
como  labios abiertos
para hablar de justicia
y de la dignidad fraterna,
para que a través nuestro
los hombres vean
que defiendes a los pobres
y a los oprimidos.

Nos has hecho profetas
como manos abiertas
para compartir el pan
y liberara a los desesperados,
para que a través nuestro
los hombres te ven
organizar la libertad 
de todos los hambrientos.

Nos has hecho profetas
como  corazones llenos de amor,
para que a través nuestro
los hombres descubran tu rostro
iluminado de ternura y de perdón.

Nos has hecho profetas, Señor:
¡Es nuestra misión de bautizados!

miércoles, 21 de octubre de 2020

EL ANACORETA Y EL HOMBRE IRASCIBLE

 


Llegó a la Cueva en busca de paz. Le pidió consejo al Anacoreta:
- Todos dicen que soy irascible. Que me enfado por nada. Que no sé dialogar. Pero es, que cuando tengo razón no soporto que me contradigan. No soporta la injusticia y la mentira y me revelo ante ello.
El Anacoreta tardó más tiempo del habitual en responderle. El hombre se estaba impacientando cuando el anciano le dijo:
- Hay algo que debes tener en cuenta. La ira, el odio, la venganza, hacen más daño a la persona que las tienen que a las que las reciben. Si tienes razón ¿por qué te enfadas con el que te contradice?¿No será que no tienes tanta razón como crees?
Miró otro rato al horizonte y continuó:
- El mal genio apaga  la inteligencia. Te impide reflexionar correctamente. Evita que te percates de la parte de razón que tiene el otro. Nadie está totalmente equivocado y nadie tiene toda la razón.
Le miró a los ojos y concluyó:
- Haz de ser paciente. Si eres paciente en un momento de ira, te evitarás muchos días de tristeza...  

lunes, 19 de octubre de 2020

EL ANACORETA Y EL HOMBRE QUE NO QUERÍA SUFRIR

 


Tras el descanso de la fatiga del largo camino, el hombre dijo al Anacoreta:
- Busque donde busque, haga lo que haga, en todas partes encuentro sufrimiento. La felicidad, el placer no duran nada.
El anciano cogió un puñado de arena en sus manos y la dejó deslizar suavemente entre sus dedos. Luego dijo:
- Todos buscamos el placer, pero olvidamos algo muy importante. Que tanto el dolor, como el placer, forman parte de la vida. Y casi siempre están inseparablemente unidos. El amor hace sufrir. 
Miró al horizonte y concluyó:
- El sufrimiento nos hace madurar y nos conduce a la verdad. Tanto las alegrías como las penas suceden por algún motivo; pero sólo lo comprendemos cuando han pasado. Vive e intenta posicionarte por encima del dolor y del placer. Verás que la felicidad está más allá...

AQUÍ ESTAMOS



 ¿Nos llamas Señor?
¿A nosotros?
No hay nada especial en nosotros:
sólo amor y confianza
como en cada hombre,
como en cada mujer,
y también impaciencia y cólera,
y a veces egoísmo,
como en cada ser humano.

¿Nos llamas Señor?
¿A nosotros?
Nos llamas a recorrer
con tu Hijo Jesús
el sinuoso camino del Evangelio,
en el que se entrega totalmente,
cuerpo, sangre y vida,
para salvar al mundo
del poder del mal.

¿Nos llamas Señor?
¿A nosotros? Nos llamas a recorrer
con tu Espíritu Santo
los innumerables caminos cotidianos,
donde se construye una casa fraterna,
cimentada sobre la roca
de la justicia y del derecho.

¿Nos llamas Señor?
¿A nosotros?
¡Aquí estamos! 

sábado, 17 de octubre de 2020

CANTEMOS AL CREADOR

 
Todos vosotros, jóvenes
que inventáis el mañana,
vosotros, mujeres y hombres
que dais forma a la ternura
¡Cantad al Señor Creador!

Vosotros, artesanos de la paz,
vosotros, comprometidos con la justicia
vosotros que transformáis la materia,
vosotros que construís
una tierra solidaria,
¡Cantad al Señor Creador!

Vosotros, escritores i editores,
vosotros, obreros y músicos,
vosotros, escultores y estudiantes,
vosotros, sabios y pasteleros,
vosotros que sembráis el suelo
en cada parcela del universo
de cada día.
¡Cantad al Señor Creador!

Por vuestras obras,
por vuestras investigaciones,
por vuestro trabajo cotidiano,
por vuestra presencia
¡Cantad al Señor Creador!

Todos vosotros venís de su amor.
Todos vosotros vivís de du vida.
A vosotras todas,
y a vosotros todos,
el Señor Creador os envía
a crear y distribuir
la belleza y la bondad,
a su imagen y semejanza.
¡Cantad al Señor Creador!   

viernes, 16 de octubre de 2020

EL ANACORETA Y EL LUGAR DE LA FELICIDAD


El joven discípulo explicaba al Anacoreta, cómo había buscado la felicidad por todas partes y no la había encontrado hasta llegar al desierto. El anciano le explicó:
- El problema está en que los hombres buscamos la felicidad en las cosas externas. Y la verdadera felicidad se construye en nuestro interior. La has encontrado en el desierto, porque aquí te has descubierto a ti mismo. Has penetrado en tu interior.
Guardó como de costumbre un rato de silencio y luego añadió:
- La felicidad no está en lo que haces, sino cuando descubres el sentido de lo que haces. He conocido personas muy entregadas, que un día te decían que dejaban lo que estaban haciendo, porque se "habían quemado".
Miró a los ojos a su discípulo y concluyó:
- El que se entrega por Amor, el que ve a Jesús en el otro, el que descubre que entregarse es el sentido de su vida, ese no se "quema". Cada día se levanta con fuerzas renovadas y es feliz...  

jueves, 15 de octubre de 2020

EL ANACORETA Y LA LUNA

 


Aquella noche lucía una luna llena espléndida. El Anacoreta dijo a su joven discípulo:

- La imagen de la luna siempre se ha asociado a soñar, a lo difícil de alcanzar...A quien está fuera de la realidad se le dice que está en la luna. A quien desea lo imposible se le dice que pide la luna...

El discípulo preguntó:

- ¿Quieres decir que no es bueno soñar?

Sonrió el anciano y se explicó:

- Sí que hay que soñar, pero con los pies en el suelo. No que no podemos hacer es soñar y quedarnos en el sueño sin hacer nada. Debemos luchar para conseguir nuestros sueños. Sólo así podemos avanzar.

Guardó silencio contemplando la luna y concluyó:

- Lo mismo pasa con nuestra vida espiritual. Soñar con una vida de entrega sin hacer nada por ponerla en práctica es quedarse siempre en los meros deseos sin avanzar.

Y se retiraron a descansar... 

miércoles, 14 de octubre de 2020

ORACIÓN PARA UN NUEVO ÉXODO


Señor, Tu nos has convocado...
No podemos dejar de oír tu llamada,
un gemido mudo y ardiente que se derrama por los arrabales de la ciudad.
Un amor urgente y violento
transpira detrás de la belleza de los iconos
mostrando tu rostro dolorido.
Señala la dirección de un abismo,
y nuestra oración se va empapando de un grito
que ya no podemos dejar de oír.
Señor,
querríamos escuchar y nos querríamos parar,
detenernos en los límites de nuestra sensatez,
que son los límites de la ciudad;
más allá, la incertidumbre, los sin nombre,
los desechos del Gran Monstruo urbano.
No somos héroes, ni tampoco tenemos vocación de transgresores,
pero tampoco podemos, ya, ser pacíficos ciudadanos.
Tu nos conoces, Señor.
Sabes de nuestras inercias y de nuestros miedos.
Conoces nuestra falta de amor.
En estos tiempos grises y de egoísmo
nos empujas a un nuevo Éxodo.
Entre ruinas de ideologías y de utopía,
con escasas herramientas de trabajo,
a través de los diagnósticos de la sociología,
nos pides salir a la calle sin ninguna seguridad.
No podemos dejar de oír tu llamada
y coger nuestra tienda y seguirte.
Y nos adentramos en el desierto de asfalto
de rostros y pobrezas desconocidas
que nos angustian y nos hacen daño.
Son ellos, mudos, los que gritan,
clamando por otro tipo de Ciudad.
No tienen palabras ni discursos...
Sólo miseria y cartones en las cloacas de la soledad.
Señor, ellos son tu Icono,
tu icono destrozado. 
Entre ellos nos envías, desnudos.

martes, 13 de octubre de 2020

EL ANACORETA Y EL HOMBRE ESCANDALIZADO

 


Aquel hombre llegó diciendo que estaba muy escandalizado:
- ¡Qué escándalo! El Papa ha dicho: "La paradoja es que a veces, quienes dicen no creer, pueden vivir la voluntad de Dios mejor que los creyentes."
El Anacoreta se lo miró sonriendo irónicamente y le dijo:
-No sé de qué te escandalizas. ¿Acaso no has leído el Evangelio? Allí Jesús les dijo a escribas, fariseos, Doctores de la Ley y Sacerdotes, que las prostitutas y los pecadores les avanzaban en el Reino.
Aquél hombre marchó inmediatamente, no se sabe si más escandalizado o no.

lunes, 12 de octubre de 2020

EL ANACORETA Y LA BRISA DEL ATARDECER


Habían cenado, y, como de costumbre, esperaban la hora de rezar Completas contemplando el sol que se escondía en el horizonte. Esto marcaba un cambio en el clima. Del fuerte calor del día se pasaba al fresco de la noche en el desierto. En aquellos momentos se levantaba una suave brisa. El Anacoreta dijo:
- Esta brisa me recuerda siempre a Isaías. Salió de su cueva esperando a Dios y lo encontró en la brisa, no en el viento fuerte.
Siguió mirando ensimismado la puesta de sol y añadió:
- No encontramos a Dios porque lo esperamos con una entrada espectacular. Y Dios se manifiesta en lo sencillo, lo humilde, la brisa suave. Sólo si sabemos hacer el silencio en nuestro interior, si sabemos observar los pequeños detalles, lo podemos encontrar...  

domingo, 11 de octubre de 2020

INVITADOS AL BANQUETE DEL REINO

 


En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda." Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos."

"Para la celebración el rey envía a sus “sirvientes”, en dos oportunidades, a notificar a los que han sido previamente invitados que el banquete está pronto. La reacción es de una violencia creciente.
Ante este fracaso, el rey ordena a los sirvientes de extender la invitación a la gente que está “al extremo de la calle” sin distinción de comportamiento ético, ya que entran al banquete “malos y buenos” (v. 10). La invitación ahora surte efecto ya que la sala se llena de invitados. Se trata de una llamada universal que supera todas las diferencias humanas y que reúne a todos en un mismo banquete.
Esta perspectiva universal, aunque ocasionada por el rechazo de los invitados, va mucho más allá de lo que puede, en el rey, motivar ese rechazo. Se trata de una voluntad salvífica sin límites que aprovecha un momento de hostilidad para manifestarse.
Los vv. 11-14 cambian bruscamente la perspectiva: viene la segunda parte. Aquí se trata de un caso particular de la participación al banquete. El ámbito universal continúa estando presente, pero se subraya la reacción de uno de los comensales.
El cambio de perspectiva toma su punto de partida en la entrada del rey en la sala del banquete. Con esa entrada se señala un acontecimiento decisivo, un juicio que se opera en cada uno de los invitados.
Haber entrado no da derecho automático a permanecer. Para participar plenamente al banquete es necesario haber aceptado el “vestido de fiesta”, el don de la fe. Uno de los presentes, aunque también llamado, no ha endosado el ropaje adecuado, no ha sido capaz del compromiso ético que acompaña a la llamada.
La mudez ante la pregunta del rey, indica la ineficacia de la llamada en tal convidado y motiva la sentencia condenatoria que el rey pronuncia en un juicio instantáneo y decisivo que lo arroja a las tinieblas exteriores, donde reinan el llanto y el rechinar de dientes (v. 13). La tristeza ante Israel por no haber aceptado la invitación puede transferirse a los miembros de la comunidad eclesial que no sean capaces de las exigencias que dimanan de la fiesta. Este destino reservado a los miembros “mudos” de la comunidad, incapaces de producir fruto coherente con su confesión de fe, pretende hacer un llamado concreto a cada uno de los integrantes comunitarios a tomar en serio la invitación que en principio han aceptado.
La advertencia se hace más urgente gracias a la mención del mayor número de los llamados que de los escogidos (v. 14) que no busca determinar número sino fundamentar la seriedad con que se debe tomar la decisión frente al Reino.
El banquete del Reino es un don gratuito de Dios, pero exige que cada persona sea capaz de aceptar la invitación que se le dirige y, llevar una vida coherente con el significado de la invitación. Sólo con esas dos actitudes es posible mantenerse en el ámbito de la gracia divina que, aunque ilimitada, jamás avasalla la libertad humana." (Koinonía



sábado, 10 de octubre de 2020

EL ANACORETA Y EL HOMBRE DESANIMADO


Llegó a la cueva y permaneció varios días viviendo con ellos en silencio. El Anacoreta lo respetaba, porque sabía que las personas que se comportaban así es porque sufren mucho en su interior. Hasta que un día dijo:
- Estoy muy desanimado. He pasado mi vida luchando contra la injusticia. Defendiendo a los pobres, a los perseguidos, a los inmigrantes...a aquellos que todo el mundo desprecia. Y lo único que he obtenido es que a mí también me desprecien, me insulten...Incluso aquellos por los que he luchado tampoco me lo agradecen.
El Anacoreta lo miró intensamente a los ojos y le repondió:
- ¿Qué esperabas? Te has comportado como otro Jesús. Te han tratado como a Él. Jesús pasó su vida curando, ayudando, perdonando, haciendo el bien...y lo clavaron en la cruz. Sigue comportándote como Él y perdónales como hizo desde la cruz, porque "no saben lo que hacen". En una sociedad en la que buscamos nuestro provecho, el dinero, el poder...ayudar, luchar por el desfavorecido y perseguido, es una locura. Siempre será incomprendido. 
Le puso una mano en el hombro y concluyó:
- Anímate porque estás en el buen camino. Estás siguiendo el camino de Jesús. Y este camino no se acaba en la muerte sino en la Resurrección.
Y aquél hombre volvió a la ciudad dispuesto a seguir entregándose totalmente a los demás...  

viernes, 9 de octubre de 2020

EL ANACORETA Y LA NO VIOLENCIA

 


El joven seguidor, comentaba con el Anacoreta la situación de nuestra sociedad:
- Nuestro mundo está lleno de agrasividad, de temor y de miedo. La sociedad cree que la tierra se conquista con la violencia, la fuerza y el dinero.
El Anacoreta guardó un tiempo de silencio. Suspiró y dijo:
- El arma más poderosa que la humanidad tiene a su disposición es la no-violencia. Jesús nos dijo "Felices los que trabajan por la paz". Y para ello hemos de amar a todos. 
Hizo una pausa y mirando a los ojos de su discípulo añadió:
- Nos cuesta poco amar a los que nos aman. Pero luchar por la paz, la no-violencia, exige amar a aquellos que nos odian, que nos persiguen, que nos hacen daño. El amor universal. Es así como veremos la gran fuerza del amor, capaz de conseguir cosas que creemos imposibles...

jueves, 8 de octubre de 2020

EL ANACORETA Y LAS DIFICULTADES


Al desierto llegban las noticias de las dificultades que pasaba la sociedad por culpa de la pandemia. Mientras comían, el Anacoreta comentó:
- Realmente la humanidad está pasando por un momento difícil. Pero no todo es negativo. Las dificultades, muchas veces, hacen crecer lo mejor que hay en nosotros. Nos hacen darnos cuenta de que damos importancia a cosas supérfluas y olvidamos las verdaderamente importantes. Hacen crecer nuestro ingenio y creatividad.
Siguió comiendo en silencio y luego concluyó:
- Pero lo más importante es que nos hacen más solidarios. Descubrimos que unidos los problemas se solucionan mejor. Y sobre todo, nos hace ver que hay personas que están peor que nosotros, que necesitan nuestra ayuda. Eso nos hace ser más generosos y menos egoístas...

miércoles, 7 de octubre de 2020

ORACIÓN POR EL GRUPO

 


Ayer la narración del Anacoreta nos mostraba la importancia de la Comunidad. Hoy os presento esta oración que podemos rezar todos los que creemos en el grupo, en la comuidad.

Señor,
he comprendido que solo no se va a ninguna parte
y tú me ofreces vivir en grupo.
Haz que los otros acepten mi paso al caminar,
pero haz tambien, que yo acepte con paicencia
el paso de los otros. 
Hazme lo bastante sencillo
para dar a los otros la ocasión de ayudarme
y lo bastante abierto
para que los otros encuentren en mí una buena ayuda.
Y cuando el grupo no funcione,
haz que me pregunte antes que nada
qué es lo que estoy haciendo.
Ayúdanos, Señor, a descubrir
el único motivo, fuerte y duradero,
que nos puede unir:
tu presencia en medio de nosotros. 

martes, 6 de octubre de 2020

EL ANACORETA Y LA IGLESIA

 

Llegó cansado pero lleno de energía. Y cuando estuvo frente al Anacoreta dijo con firmeza:
- Me avergüenza pertenecer a la Iglesia. Una Iglesia aliada con el poder, que busca privilegios. Una Iglesia llena de hipócritas que rezan y van a misa y luego son injustos con los demás, abusan y oprimen a sus empleados. Una Iglesia que mira hacia otro lado cuando ve ahogarse a la los inmigrantes en el mediterráneo. En fin, que prefiero arreglármelas a solas con Dios.
El Anacoreta guardó silencio durante más rato del habitual. Luego, con calma, dijo:
- Sí, es difícil hablar de la Iglesia sin criticarla. Por desgracia no es lo evangélica que debería ser. Pero ¿por qué hablamos de ella como si fuera algo ajeno a nosotros? TODOS formamos la Iglesia; porque no es una estructura, es la comunidad de los que seguimos a Jesús.
Hizo una pausa y prosiguió:
- Si tiene todos esos defectos es porque son nuestros defectos. Empecemos por cambiar nosotros. Esforcémonos en nuestro ambiente por hacer que nuestra comunidad sea más evangélica. No podemos decir que nos basta relacionarnos a solas con Dios. El Evangelio es para vivirlo en comunidad. Y esa comunidad, que es la Iglesia, depende de nosotros. Y no podemos exigir a los demás nada, si antes no nos entregamos nosotros totalmente...
Y aquel hombre regresó a la ciudad con ganas de cambiar su comunidad...