domingo, 30 de septiembre de 2018

EXCLUSIVISMO Y ESCÁNDALOS


"Juan le dijo:
– Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre; pero se lo hemos prohibido, porque no es de los nuestros.
Jesús contestó:
– No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre podrá luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros, está a nuestro favor. El que os dé aunque solo sea un vaso de agua por ser vosotros de Cristo, os aseguro que tendrá su recompensa.
Al que haga caer en pecado a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que lo arrojaran al mar con una gran piedra de molino atada al cuello. Si tu mano te hace caer en pecado, córtala; es mejor para ti entrar manco en la vida. que con las dos manos ir a parar al infierno, donde el fuego no se puede apagar.  
Y si tu pie te hace caer en pecado, córtalo; es mejor para ti entrar cojo en la vida, que con los dos pies ser arrojado al infierno. 

Y si tu ojo te hace caer en pecado, sácalo; es mejor para ti entrar con un solo ojo en el reino de Dios, que con los dos ojos ser arrojado al infierno, donde los gusanos no mueren y el fuego no se apaga."


El evangelio de hoy nos muestra dos defectos en los que podemos caer en la Iglesia. El exclusivismo, creernos los únicos capaces de hacer el bien y el escándalo. Los casos de pederastia; una Iglesia preocupada por no perder su rico patrimonio; una Iglesia alejada de los pobres, son verdaderas causas de escándalo. ¿De cuántas cosas debemos desprendernos para no ser causa de escándalo?
"El diálogo de Jesús con sus discípulos refleja la situación de la comunidad para la cual Marcos escribe su evangelio. Una comunidad quizás muy consciente de lo que eran las exclusiones, pero al mismo tiempo en peligro de ser exclusivista, con una excusa quizás aparentemente sana: «ser o no ser de los nuestros», «ser o no ser del camino», «estar o no estar en el proceso...», y en fin otras talanqueras que pretendidamente intentan justificarse con la excusa de defender la «pureza» de la fe o del «credo» o del «orden» o, en definitiva, de «defender los derechos» de Dios.
Pues bien, cuando se cae en el extremo de «defender» a Dios, o los «derechos» de Dios, lo que se logra en definitiva es minimizar a Dios, ponerlo en ridículo ante el mundo, y la consecuencia más inmediata, la que previó Jesús y quizás la que ya se veía en la primera comunidad, era la del escándalo a los más pequeños. A Jesús le preocupan los «pequeños», no sólo los menores de edad, sino los que apenas empiezan a intuir la dinámica del Reino con la subsiguiente imagen de Dios que él propone.
Con todo, a través de los siglos, los peligros de la comunidad primitiva se convirtieron en hechos reales: cuántos creyentes promotores del bien, de la justicia y de la paz fueron excluidos sólo porque «no eran de los nuestros»... Cuántos Josués y Juanes se han empeñado todavía en «defender» una pretendida «exclusividad» que, por supuesto, nadie posee, con lo cual lo que logran es escandalizar a muchos, haciéndoles creer que Dios es tan pequeño, que puede reducirse a los estrechos límites de un grupo o de una institución.
Si logramos tomar conciencia de que Dios es más grande que un grupo o una institución y que en ningún momento nuestra vocación es la de defender unos supuestos «derechos de Dios», sino simplemente «servir», ponernos en función de construir el Reino con y desde las múltiples posibilidades que ello implica dada la insondable riqueza del mismo espíritu, entonces jamás se nos ocurrirá pensar si éste o aquél es o no es «de los nuestros», sino mejor... ¡como cooperar más y mejor con aquél o aquélla que tan bien está luchando por construir aquí la Utopía (el Reino)!" (Koinonía)



sábado, 29 de septiembre de 2018

MENSAJEROS DE PAZ


 "Cuando Jesús vio acercarse a Natanael, dijo:
– Aquí viene un verdadero israelita, en quien no hay engaño.
Natanael le preguntó:
– ¿De qué me conoces?
Jesús le respondió:
– Te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera. 
Natanael le dijo:
– Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel! 
Jesús le contestó:
– ¿Me crees solamente por haberte dicho que te vi debajo de la higuera? ¡Pues cosas más grandes que estas verás!
Y añadió:
– Os aseguro que veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."


Se considera a los arcángeles como mensajeros de Dios. Nosotros también debemos ser mensajeros de amor para nuestros hermanos.
"Dios ha creado un mundo maravilloso inundado de seres que nos protegen, mensajeros que aparecen en los momentos importantes para darnos buenas noticias y acompañarnos, como María cuando recibe la visita del Ángel Gabriel. Todo en este proyecto global de Dios está intercomunicado. Llevamos inscrito en nuestros corazones el tatuaje de la Santísima Trinidad. Somos familia, somos pueblo de Dios. Nadie está solo. Nos acompañan en los momentos de lucha. Miguel, el que nos recuerda que: ¡Quien cómo Dios!, que Dios está presente en los combates de la vida. Cuándo estamos enfermos nos acompaña la medicina de Dios, Rafael, curando nuestras dolencias. Nos acompaña la protección de Dios, Gabriel. Y en la vida encontramos muchos ángeles que nos orientan, nos consuelan, nos fortalecen en las tribulaciones. Y nosotros, no de manera simbólica sino real, debemos ser ángeles para nuestros hermanos en este mundo sirviendo de guías, de medicinas, de fuerza espiritual, de acompañantes en las luchas por el reino. Esta celebración nos exhorta a ser mensajeros de buenas noticias a los decaídos." (Koinonía) 


viernes, 28 de septiembre de 2018

BUSCAR SU VERDADERO ROSTRO


"Un día estaba Jesús orando, él solo. Luego sus discípulos se le reunieron, y él les preguntó:
– ¿Quién dice la gente que soy yo?
Ellos contestaron:
– Unos dicen que Juan el Bautista; otros dicen que Elías, y otros, que uno de los antiguos profetas, que ha resucitado. 
– Y vosotros, ¿quién decís que soy? – les preguntó.
Pedro le respondió:
– El Mesías de Dios.
Pero Jesús les encargó mucho que no se lo dijeran a nadie. 
Les decía Jesús:
– El Hijo del hombre tendrá que sufrir mucho, y será rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Lo van a matar, pero al tercer día resucitará."

Ayer era Herodes quién se hacía la pregunta. Hoy es Jesús que se la hace a sus discípulos para después explicarles qué es ser el Mesías.
"Hoy, como ayer, nos hacemos con frecuencia la misma pregunta: ¿Quién es Jesús? O más aterrizada todavía: ¿Quién es Jesús para este atormentado mundo? O ¿qué Jesús estamos anunciando hoy en nuestra iglesia? ¿Qué significa para mí? El texto evangélico nos deja entrever que Jesús está "evaluando" su proyecto evangelizador partiendo del impacto de su persona en los discípulos. La evaluación está centrada en la persona de Jesús. Muchas respuestas, las más variadas dieron en su tiempo y seguimos dando hoy. De alguna manera todas responden a los sueños colectivos del pueblo, a sus ansias de vida y liberación. Pero esas respuestas quedan cortas, incluida la de Pedro, que como doctrina puede ser muy cierta: Jesús es el Mesías, pero en su cabeza anidan sueños triunfalistas y racistas. La palabra Mesías estaba contaminada con acentos violentos y políticos. Hay que pasar por el escándalo de la cruz para encontrar el verdadero rostro, la verdadera identidad de Jesús. Hoy se insiste que hay que volver a Jesús, al Jesús de los evangelios. Todos somos buscadores de su verdadero rostro." (Koinonía) 

jueves, 27 de septiembre de 2018

¿QUIÉN ES JESÚS?


"El rey Herodes oyó hablar de Jesús y de todo lo que hacía. Y no sabía qué pensar, porque unos decían que era Juan, que había resucitado; otros, que había aparecido el profeta Elías, y otros, que era alguno de los antiguos profetas que había resucitado. Pero Herodes dijo:
– Yo mismo mandé que cortaran la cabeza a Juan. ¿Quién, pues, será este de quien oigo contar tantas cosas?
Por eso Herodes tenía ganas de ver a Jesús."

 Todos se preguntaban quién era Jesús; hasta Herodes. Pero para conocer de verdad a Jesús hay que seguirle. Debemos ser sus discípulos. Por eso los fariseos, Pilatos o Herodes, no pudieron saber quién era Jesús. Y hoy tampoco podemos saberlo si vivimos alejados de Él.

 "Los poderosos se ponen nerviosos ante los profetas. Sucedió en el primer testamento y ahora con Jesús el Profeta del Reino. Los poderosos no niegan sus crímenes como lo hace Herodes que mandó decapitar a Juan el Bautista, pero los poderosos quedan un poco nerviosos al ver que la profecía no termina, que a veces, como ahora con Jesús, se agranda y quiere recibir una explicación. Los poderosos creen que con la muerte del profeta se termina el problema, su reino de explotación y crueldad queda seguro. Se acabó el problema para ellos. Por eso Herodes está preocupado, tiene curiosidad para saber algo más sobre Jesús y en qué le va a traer problemas, o tal vez quiere usar la fama del profeta para su propio interés. Nunca se entenderán el profeta y el gobernante injusto, a no ser que el profeta pierda su esencia. A la Iglesia le urge recuperar la profecía, liberarse de tanta institucionalidad para salir a la calle de prisa al encuentro de la vida. Una Iglesia que ofrezca al mundo un proyecto alternativo."(Koinonía) 



miércoles, 26 de septiembre de 2018

NUESTRA MISIÓN


"Reunió Jesús a sus doce discípulos y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y sanar enfermedades. Los envió a anunciar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. Les dijo:
– No llevéis nada para el camino: ni bastón ni bolsa ni pan ni dinero ni ropa de repuesto. En cualquier casa donde entréis, quedaos hasta que os vayáis del lugar. Y si en algún pueblo no os quieren recibir, salid de él y sacudíos el polvo de los pies, para que les sirva de advertencia. 
Salieron, pues, y fueron por todas las aldeas anunciando la buena noticia y sanando enfermos."


Jesús describe aquí la misión de sus seguidores: Anunciar el Reino y curar. Expulsar el mal. ¿Es esto lo que hemos hecho a lo largo de los siglos? Jesús quiere una Iglesia humilde. Sin alforjas ni bastón. Una Iglesia que busque la paz y el bien de las personas. ¿De verdad es eso lo que hemos buscado? Todo lo que no sea llevar amor a los corazones, luchar contra la injusticia, buscar la paz...no es nuestra misión.
"El envío de los discípulos es una prolongación de la misión de Jesús. Por eso deben imitar totalmente a su Maestro sabiendo que el método de trabajo, la manera como se acercan a las gentes, forma parte del contenido esencial del mensaje. Su manera de proclamar el evangelio debe expresar las características de este nuevo camino. Están anunciando el señorío de Dios en el mundo no desde el poder del dinero que es el contrincante de Dios, sino desarmados, necesitados de ayuda. Van por el mundo desprovistos de todo como especialistas de la verdadera libertad. Quieren contagiar con su experiencia de vida la aceptación del mensaje. Curar dolencias y limpiar basuras del corazón. Esa es su tarea esencial, con el poder de la misericordia y la compasión. Empezando por las casas, como lugares de humanidad. Anunciando la paz que es el proyecto total de vida. No se contentan con la palabra. Pasan a transformar la vida con su praxis liberadora. El que los rechaza, rechaza a Jesús, el que los recibe, no está lejos del reino de Dios." (Koinonía) 




martes, 25 de septiembre de 2018

OTRA FAMILIA


"La madre y los hermanos de Jesús acudieron a donde él estaba, pero no pudieron acercársele porque había mucha gente. Alguien avisó a Jesús:
– Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte. 
Él contestó:
– Los que oyen el mensaje de Dios y lo ponen en práctica, esos son mi madre y mis hermanos."


Jesús, en este pasaje, no está minusvalorando la familia. Nos está diciendo, que más allá de la nuestra, hay otra familia: la de los seguidores de Jesús, la de los que consideran a todos sus hermanos.
"La comunidad fundada por Jesús no está cimentada en la sangre, ni en una raza privilegiada. Todos somos pueblo escogido, convocado por la Palabra. María es parte de esa nueva familia, por haber aceptado la palabra en su corazón y entregarla al mundo. Este texto bíblico y menos en el evangelio de Lucas, no es un rechazo a María, su Madre. Ella es más grande por haber creído en la palabra que por haber llevado al Hijo de Dios en sus entrañas virginales. Jesús rodeado de un gentío, rodeado de esa nueva familia humana de los pobres y de los que eligen ser pobres, está ayudando a su familia según la carne a entrar de lleno en esa nueva familia. Tal vez sus familiares quieren convencer a Jesús para que se aleje de ese tipo de gente y vuelva a casa tranquilo. Jesús quiere que su familia de Nazaret entre de lleno en esta nueva humanidad fundamentada en la Palabra. María es discípula de su Hijo y va creciendo como la más aventajada seguidora, seducida por el reino." (Koinonía) 

lunes, 24 de septiembre de 2018

SER LUZ


"Nadie enciende una lámpara para taparla con una olla o ponerla debajo de la cama, sino que la pone en alto para que tengan luz los que entran. De la misma manera, no hay nada escondido que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a conocerse y ponerse en claro. 
Así que oíd bien, pues al que tiene se le dará más; pero al que no tiene, hasta lo poco que cree tener se le quitará." 



Jesús nos pide que seamos luz. Ante una sociedad injusta, llena de oscuridades, no podemos quedarnos impasibles, no podemos ocultarnos; aunque esto suponga dificultades y persecuciones.
"El evangelio tiene un gran atractivo por la dinámica del contagio. Lo que hemos visto y oído lo anunciamos. Es una experiencia digna de contar. Hay una necesidad biológica, metida en las entrañas, que obliga a contarlo. Es un acontecimiento novedoso que trae vida a los oprimidos. Imposible callar. Si la callamos es que la hemos escondido por miedo, por falta de convicción. Para ser luz debemos acercarnos a la Luz. Para iluminar a los demás debemos dejarnos iluminar por quién dijo: Yo soy la Luz del mundo. Ser hijos de luz supone hacer del evangelio nuestra hoja de ruta. La Iglesia tiene esa misión de alumbrar a los pueblos con la luz del evangelio. Pero ¿no hemos copiado muchas obras de las tinieblas de los poderes de este mundo? Es el momento de volver a ese proyecto original liberándonos de las tinieblas que han silenciado la profecía. En nuestro mundo nos urge ser luces en esta hora neoliberal de destrucción de la madre tierra y de los pobres y abandonados." (Koinonía) 




domingo, 23 de septiembre de 2018

¿TRIUNFADORES O SERVIDORES?


"Cuando se fueron de allí, pasaron por Galilea. Pero Jesús no quiso que nadie lo supiera, porque estaba enseñando a sus discípulos. Les decía:
– El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; pero tres días después resucitará. 
Ellos no entendían estas palabras, pero tenían miedo de hacerle preguntas. 
Llegaron a la ciudad de Cafarnaún. Estando ya en casa, Jesús les preguntó:
– ¿Qué veníais discutiendo por el camino?
Pero se quedaron callados, porque en el camino habían discutido sobre cuál de ellos era el más importante. Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo:
– El que quiera ser el primero, deberá ser el último de todos y servir a todos. 
Luego puso un niño en medio de ellos, y tomándolo en brazos les dijo:
– El que recibe en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe; y el que a mí me recibe, no solo me recibe a mí, sino también a aquel que me envió."


Jesús vuelve a anunciar su muerte y sus discípulos siguen soñando con ser los más importantes. Nosotros leemos el evangelio y seguimos buscando ascender, tener poder, ser los primeros. En nuestros colegios enseñamos a los alumnos a competir, a triunfar...¿Les enseñamos a servir?
"En el evangelio de Marcos, el «camino» representa el itinerario de formación de un buen discípulo. Jesús no quiere un grupo de fanáticos que le entonen vivas, sino un grupo de personas responsables capaces de asumir un proyecto. Por esta razón, sus esfuerzos se concentran en la enseñanza de sus seguidores. Pero, la instrucción parte de los desaciertos y de las respuestas erráticas que ellos van dando a lo largo del trayecto hacia Jerusalén.
Jesús debe superar el miedo cultural que invade a sus discípulos y que les impide dirigirse a su «Maestro» con toda confianza. Para esto utiliza una estrategia pedagógica ingeniosa: toma pie en la discusión de los discípulos que estaban concentrados no en su enseñanza, sino en la repartición de los cargos burocráticos de un hipotético gobierno, y reconduce la discusión mediante un ejemplo tomado de la vida diaria. El «niño» era una de las criaturas más insignificantes de la cultura antigua. Por su edad, no estaba en condiciones de participar en la guerra, ni en la política ni en la vida religiosa. Jesús coloca a uno de los pequeños en medio, y muestra cómo el presente y el futuro de la comunidad está en colocar en el centro no las propias ambiciones, sino las personas más postergadas y simples. Sólo así se revierte el sistema social de valores. Y sólo así, la comunidad es una
alternativa ante el «mundo», que ya sabe poner en el centro a las personas adineradas. La novedad de Jesús consiste en hacer grande lo pequeño, lo doméstico e insignificante.
Eso que Jesús revelaba –con una paradoja– era muy serio: Jesús identificaba su propia suerte y la de Dios con la suerte de los niños, los que no tienen derechos ni quién mire por ellos, los últimos, los despreciados, los no tenidos en cuenta. Porque en realidad todo él se identificaba con ellos: se había puesto de su lado, había asumido su causa como propia. Por eso decía que todo servicio hecho a ellos se le hacía a él mismo y, en definitiva, al Dios Padre de todos. Nuevamente ponía la jerarquía de valores de la sociedad al revés o, mejor, al derecho, «como Dios manda». Una sociedad que mira sólo por los de arriba –o en la que las decisiones que se toman sólo miran a favorecer a los que están arriba– no está en el orden que Dios quiere, no garantiza ni la Utopía ni la Vida."(Koinonía) 





sábado, 22 de septiembre de 2018

¿QUÉ TERRENO SOMOS?


"Mucha gente que estaba allí, más otra llegada de los pueblos, se reunió junto a Jesús, y él les contó esta parábola:
- Un sembrador salió a sembrar su semilla. Y al sembrar, una parte de ella cayó en el camino, y fue pisoteada y las aves se la comieron. Otra parte cayó entre las piedras, y brotó, pero se secó por falta de humedad. Otra parte cayó entre espinos, y al nacer juntamente los espinos, la ahogaron. Pero otra parte cayó en buena tierra, y creció y dio una buena cosecha, hasta de cien granos por semilla.
Esto dijo Jesús, y añadió con voz fuerte: 
- ¡Los que tienen oídos, oigan!
Los discípulos preguntaron a Jesús qué significaba aquella parábola. Él les dijo:
- A vosotros, Dios os da a conocer los secretos de su reino; pero a los otros les hablo por medio de parábolas, para que por mucho que miren no vean y por mucho que oigan no entiendan. 
Esto significa la parábola: La semilla representa el mensaje de Dios. La parte que cayó por el camino representa a los que oyen el mensaje, pero viene el diablo y se lo quita del corazón para que no crean y se salven. La semilla que cayó entre las piedras representa a los que oyen el mensaje y lo reciben con gusto, pero luego, a la hora de la prueba, fallan. La semilla que cayó entre espinos representa a los que oyen, pero poco a poco se dejan ahogar por las preocupaciones, las riquezas y los placeres, de modo que no llegan a dar fruto. Pero la semilla que cayó en buena tierra representa a las personas que con corazón bueno y dispuesto oyen el mensaje y lo guardan, y permaneciendo firmes dan una buena cosecha."

 Esta parábola la hemos oído tantas veces, que pasamos por encima de ella sin reflexionar. La Palabra sigue resonando en nuestra sociedad, y los terrenos en los que cae siguen siendo diversos. ¿Qué terrenos somos nosotros?¿Produce fruto?

"La palabra de Dios como lo enseña la parábola, está siendo sembrada en cada rincón del planeta, en cada situación humana. Dios es un Sembrador por esencia. Desde el origen del universo que fue abierto a la vida por la palabra, esta sigue siendo sembrada sin descanso. Dios es un derrochador de palabras, Él es la Palabra inserta en la historia. Pero ¡qué diferencia de terrenos y de acogida de esa palabra! Desde estar sordos por tantas palabras vacías, por palabras engañosas, por anuncios comerciales adormecedores, hasta escuchar a los profetas de hoy. Sólo hay una respuesta ante esa palabra de Dios: la fe. Una fe transformadora de este modelo de mundo por otro alternativo según el modelo de las bienaventuranzas. La palabra sembrada y acogida debe dar frutos. Vivimos en una época de excesivas palabras superficiales, estamos extenuados por las palabras vacías. Nosotros mismos hemos convertido las palabras del evangelio en doctrinas aburridas. ¡Cómo se necesita hoy renovar las palabras del evangelio y sembrarlas allí donde florecen las iniciativas de vida, y donde abunda el dolor!"(Koinonía). 



viernes, 21 de septiembre de 2018

EL AMOR POR ENCIMA DE TODO


"Al salir Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo:
– Sígueme.
Mateo se levantó y le siguió.
Sucedió que Jesús estaba comiendo en la casa, y muchos cobradores de impuestos, y otra gente de mala fama, llegaron y se sentaron también a la mesa con Jesús y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos preguntaron a los discípulos:
– ¿Cómo es que vuestro maestro come con los cobradores de impuestos y los pecadores?
Jesús los oyó y les dijo:
– Los que gozan de buena salud no necesitan médico, sino los enfermos. Id y aprended qué significan estas palabras de la Escritura: ‘Quiero que seáis compasivos, y no que me ofrezcáis sacrificios.’ Pues yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores."


Ayer veíamos a los fariseos criticando  Jesús porque se deja tocar por una mujer de mala vida. Hoy porque come con cobradores de impuestos, odiados por los judíos, por ser colaboracionistas con los romanos invasores, y aprovecharse para robar a sus conciudadanos. Hoy seguimos considerándonos puros y rechazando a los que creemos deshonestos y pecadores. Sin embargo Jesús se acerca a ellos. Prefiere a los marginados por la sociedad, porque son ellos los que más amor necesitan. No hemos entendido, que el amor está por encima de todo.
"El movimiento de Jesús está formado por discípulos que han sido perdonados y se han convertido en apóstoles de esta nueva manera de vivir. Ahora se trata de Mateo, funcionario vendido al imperio romano, impuro ante la ley. Mateo cambia la mesa de los impuestos injustos por las mesas de los pecadores. Antes de conocer a Jesús Mateo organizaba banquetes con dinero robado al pueblo con impuestos injustos. Ahora organiza una mesa con recaudadores convertidos, con discípulos de Jesús y con el mismo Jesús. Hace un cambio radical en la estructura de las mesas. Va a ir por el mundo anunciando las mesas compartidas, integrando excluidos, invitando a los que se encuentran en los cruces de los caminos de la Historia: migrantes, huérfanos, viudas, a sentarse con dignidad en la mesa donde Jesús es el comensal estrella. A los discípulos pescadores, les manda ser pescadores de hombres, a Mateo le manda invitar a la mesa de la vida digna a los excluidos de este sistema de mundo de mesas escandalosas y de hambrientos y sedientos de vida."(Koinonía) 




jueves, 20 de septiembre de 2018

AMOR VERDADERO


"Un fariseo invitó a Jesús a comer, y Jesús fue a su casa. Estaba sentado a la mesa, cuando una mujer de mala fama que vivía en el mismo pueblo y que supo que Jesús había ido a comer a casa del fariseo, llegó con un frasco de alabastro lleno de perfume. Llorando, se puso junto a los pies de Jesús y comenzó a bañarlos con sus lágrimas. Luego los secó con sus cabellos, los besó y derramó sobre ellos el perfume. Al ver esto, el fariseo que había invitado a Jesús pensó: “Si este hombre fuera verdaderamente un profeta se daría cuenta de quién y qué clase de mujer es esta pecadora que le está tocando.” Entonces Jesús dijo al fariseo:
–Simón, tengo algo que decirte.
– Dímelo, Maestro – contestó el fariseo.
Jesús siguió:
– Dos hombres debían dinero a un prestamista. Uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta: pero, como no le podían pagar, el prestamista perdonó la deuda a los dos. Ahora dime: ¿cuál de ellos le amará más?
Simón le contestó:
– Me parece que aquel a quien más perdonó.
Jesús le dijo:
– Tienes razón.
Y volviéndose a la mujer, dijo a Simón:
– ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies; en cambio, esta mujer me ha bañado los pies con lágrimas y los ha secado con sus cabellos. No me besaste, pero ella, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies. No derramaste aceite sobre mi cabeza, pero ella ha derramado perfume sobre mis pies. Por esto te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; pero aquel a quien poco se perdona, poco amor manifiesta.
Luego dijo a la mujer:
– Tus pecados te son perdonados.
Los otros invitados empezaron a preguntarse:
– ¿Quién es este que hasta perdona pecados? 
Pero Jesús añadió, dirigiéndose a la mujer:
– Por tu fe has sido salvada. Vete tranquila."


"Las mesas, las comidas, son lugares estratégicos escogidos por Jesús para simbolizar la nueva vida, el camino del reino. Por eso acepta la invitación de un fariseo. El texto enseña que hay dos maneras diferentes de entender las mesas compartidas: El modelo del fariseo que la entiende como un lugar privilegiado de la gente pura, que cumple con el ritualismo legal y la manera de entender Jesús como lugares de inclusión para los excluidos del banquete de la vida, para las mujeres pecadoras. Mesa alternativa, mesa profética, hasta convertir este mundo en una gran mesa de puertas abiertas. Como dice la canción salvadoreña. Vamos todos al banquete a la mesa de la creación, cada cual con su taburete tiene un puesto y una misión. La mujer marginada por la buena sociedad entra y realiza cantidad de gestos de cariño hacia Jesús donde ella ha encontrado la bondad de Dios. Ella expresó amor porque había conocido a Jesús como la expresión humana de Dios. Ama mucho porque ha experimentado que ella ha sido amada primero." (Koinonía) 


miércoles, 19 de septiembre de 2018

CON LOS QUE NOS NECESITAN


"¿A qué compararé la gente de este tiempo? ¿A qué se parece? Se parece a los niños que se sientan a jugar en la plaza y gritan a sus compañeros: ‘Tocamos la flauta y no bailasteis; cantamos canciones tristes y no llorasteis.’ Porque vino Juan el Bautista, que ni come pan ni bebe vino, y decís que tiene un demonio. Luego ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís que es un glotón y bebedor, amigo de gente de mala fama y de los que cobran los impuestos para Roma. Pero la sabiduría de Dios se demuestra por todos sus resultados."

Jesús es fuente de alegría. Sus seguidores también debemos serlo. Los críticos nunca encuentran nada correcto. Si eres serio, eres demasiado serio. Si comes y bebes, eres un vicioso. Jesús se juntaba con aquellos que más le necesitaban. Por eso era criticado. El Papa Francisco nos invita a ir a las periferias aunque nos manchemos de barro.
"Jesús es un lector de los signos de los tiempos. Experimenta que su Padre actúa en la historia a través de acontecimientos a veces tristes como las denuncias del Bautista, experto en vida austera y denunciador de los excesos de los poderosos, pero otras veces, y este es el caso de Jesús, como anunciador de buenas noticias. Como en la parábola de los niños que juegan a ver los acontecimientos tristes y lo expresan con canciones tristes, y los alegres con cantos alegres. Ahora suena una alegre: es el Dios con nosotros. Las personas somos expertos en querer ver solo algunos signos de los tiempos conforme a la imagen equivocada que tenemos de Dios. Los contemporáneos de Jesús querían ver un mesías político, un vengador del imperio romano. Como seguidores de Jesús, debemos tener un oído a las noticias del mundo y otro a las de la Biblia. Denunciar las malas noticias, proclamar por encima de todo, las buenas, esa infinidad de iniciativas de los pobres del mundo en favor del Reino, iniciativas contra el maltrato infantil donde Dios habla." (Koinonía) 



martes, 18 de septiembre de 2018

EL DIOS DE LOS OLVIDADOS


"Después de esto se dirigió Jesús a un pueblo llamado Naín. Iba acompañado de sus discípulos y de mucha otra gente. Al acercarse al pueblo vio que llevaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda. Mucha gente del pueblo la acompañaba. Al verla, el Señor tuvo compasión de ella y le dijo:
– No llores.
En seguida se acercó y tocó la camilla, y los que la llevaban se detuvieron. Jesús dijo al muerto:
– Muchacho, a ti te digo, ¡levántate!
Entonces el muerto se sentó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a la madre. Al ver esto, todos tuvieron miedo y comenzaron a alabar a Dios diciendo:
– Un gran profeta ha aparecido entre nosotros.
También decían:
– Dios ha venido a ayudar a su pueblo.
Y por toda Judea y sus alrededores corrió la noticia de lo que había hecho Jesús."

La mujer, en tiempos de Jesús, no era nada. Pero todavía lo era menos una viuda. La mujer siempre dependía del hombre. La viuda de su hijo. Pero esta acaba de perder lo único que puede hacerla visible en su sociedad: su hijo. Jesús se encuentra con ella y, sin que ella se lo pida, le devuelve a su hijo. Jesús nos muestra la verdadera cara de Dios: el Dios de los marginados, de aquello que la sociedad desprecia y abandona.
"Para Lucas y su comunidad Jesús nos enseñó a destruir el mal, incluida la muerte, a partir de una comunidad socialmente convertida en favor de la vida. Para Lucas, Jesús es un "hermano" de toda la humanidad, amigo de los pobres, de las mujeres, de los pecadores. En este texto le vemos caminando, en misión, en salida, en las calles, ciudades, en el corazón de la vida y de la muerte. Jesús acompañado por “un gran gentío”. Todos en misión. Pero ese movimiento evangelizador se encuentra con otro gentío, y el de la muerte de un joven, con una viuda llorando, es la procesión de la muerte. Imposible pasar de largo y dejar ese cortejo y seguir anunciando el evangelio al margen del sufrimiento y de la muerte. Aquí tiene el movimiento de Jesús la prueba de su legitimidad y de su novedad como buena noticia. Tenemos una gran tarea: construir una iglesia profética, samaritana, una iglesia discípula reincorporando a los jóvenes de nuestro Continente a este movimiento en favor de la vida, contra todas las muertes." (Koinonía)