domingo, 14 de agosto de 2011

MIGAJAS...


"Jesús pasó de allí a la región de Tiro y Sidón. Una mujer cananea que vivía en aquella tierra, se le acercó dando voces:

– ¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! ¡Mi hija tiene un demonio!
Jesús no contestó ni una palabra. Entonces los discípulos se acercaron a él y le rogaron:
– Dile a esa mujer que se marche, porque viene dando voces detrás de nosotros.
Jesús les dijo:
– Dios me ha enviado únicamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.
Pero la mujer fue a arrodillarse delante de él y le pidió:
– ¡Señor, ayúdame!
Él le contestó:
– No está bien quitarles el pan a los hijos y dárselo a los perros.
– Sí, Señor –dijo ella–, pero hasta los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.
Entonces le dijo Jesús:
– ¡Mujer, qué grande es tu fe! Hágase como quieres.
Desde aquel mismo momento, su hija quedó sanada."

Al leer este evangelio nos quedamos, en un principio, como mínimo, desconcertados. No entendemos la reacción de Jesús. Ese desprecio hacia la mujer cananea no nos cuadra con la imagen bondadosa y misericordiosa que tenemos de Jesús. Hay quien interpreta el texto como una maniobra pedagógica de Jesús para probar la Fe de la cananea. Otros ven simplemente, cómo Jesús a lo largo de su vida va descubriendo su misión, y, ante la mujer pagana, se da cuenta que el Reino es para todos, no sólo para Israel. Es importante saber que Mateo escribe su evangelio en una comunidad mixta, en la que los judíos se resistían a aceptar a los paganos. El mensaje es claro: Jesús es para todos, el Reino es para todos. La imagen es el pan. Y los que no están en la mesa, los que recogen las migajas, pueden tener una fe más grande que los hijos sentados a la mesa. Esto queda reforzado por el hecho de que este fragmento se encuentra entre dos multiplicaciones de los panes. La anterior en territorio judío y la segunda, que viene inmediatamente después de este texto, en territorio pagano. El Reino es para todos.
Pero estos días, este evangelio me sugiere otra reflexión. Ante la crisis en la que estamos inmersos, hay quien empieza a lanzar el mensaje de que los que no son de aquí, los que no están sentados a la mesa, no tienen derecho al "pan". Se quiere excluir a los inmigrantes de los derechos fundamentales y se les culpa incluso de la situación actual. Ellos llegaron pidiendo únicamente las migajas que caen de nuestra mesa. Atravesaron el desierto, se embarcaron en pateras y muchos de ellos dejaron en ello sus vidas, sólo por un trabajo que les permitiera vivir algo mejor que en sus tierras. Todos hemos olvidado, que nuestras sociedades occidentales son fruto de distintas oleadas de emigración. La Tierra es de todos y no hay ciudadanos de primera y de segunda...Nuestro nacimiento no nos da ningún derecho sobre los demás, porque nadie ha escogido ni el país, ni el lugar, ni la familia...
Cuando rezamos el Padrenuestro y decimos: "venga a nosotros tu Reino", lo estamos pidiendo para todos, porque todos somos hermanos, hijos del mismo Padre.
Jesús abrió su corazón a la cananea. El evangelio de hoy nos pide, que todos abramos nuestros corazones a la humanidad entera. Las migajas serán pan para todos... 


3 comentarios:

  1. Hola Joan Josep:si son personas, no se trata de migajas, sino de hacerles sitio en la mesa: necesitando por eso, mas comida, y mas sitio en la mesa.

    La abundancia hera constante, y con la llegad de mas, las quejas van en ahumento, pero la mayoria comprende ¿asta cuando?.Seguro que en esta mes hay mas personas buenas que malas: pero los intereses hacen historia, una abraçada julio

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  2. "Jesús es para todos, el Reino es para todos"
    En nuestra sociedad hoy también hay de todo, pero nosotr@s parece que queremos seguir siendo excluyentes, solo lo mío, solo lo nuestro es lo bueno
    cuánto mejor iría todo si de verdad abriéramos nuestros corazones y nadie tuviera que quedarse fuera por encontrarse la puerta cerrada

    Un abrazo y felíz día de la Virgen

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  3. Joan,hoy poco tengo que decirte porque ya has expresado tu forma de entender el Evangelio.
    Y me complicito contigo en la interpretación.Solo dos cosas:
    Jesús va descubriendo SU pepel en la tierra poco a poco.Es algo que yo he percibido desde que leí el N.T.
    Y el que piense que DIOS es solo para unos pocos creo se confunde.No puedo entender a un padre que "margine "a un hijo por ser de otra forma de pensar o sentir.Siempre será su hijo.
    Besucos

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