martes, 1 de abril de 2014

PARÁBOLA (25)


Se me mostró un oasis en medio del desierto. A él llegaban una serie de beduinos. Unos sacaban un pequeño recipiente, bebían hasta saciarse y se volvían a su campamento. Otros llegaban con cántaros. Bebían, los llenaban y regresaban a sus campamentos con los cántaros llenos. Y escuché estas palabras:
- Cuando te acerques a Dios en la meditación, has de ser hombre cántaro. No sólo has de llenarte tú, sino que has de llevar el agua de la espiritualidad a los demás.

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