domingo, 15 de noviembre de 2015

ESPERANZA


"Pero en aquellos días, pasado el tiempo de sufrimiento, el sol se oscurecerá, la luna dejará de dar su luz, las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestiales vacilarán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en las nubes con gran poder y gloria. Él enviará a sus ángeles y reunirá a sus escogidos de los cuatro puntos cardinales, desde el último rincón de la tierra hasta el último rincón del cielo.
Aprended esta enseñanza de la higuera: cuando sus ramas se ponen tiernas y empiezan a brotar las hojas, comprendéis que el verano está cerca. De la misma manera, cuando veáis que suceden esas cosas, sabed que el Hijo del hombre ya está a la puerta. Os aseguro que todo ello sucederá antes que haya muerto la gente de este tiempo. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
En cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni aun los ángeles del cielo, ni el Hijo. Solamente lo sabe el Padre."

Nos acercamos a Adviento. La liturgia nos trae estos textos de tipo apocalíptico en los que se nos presenta la venida del Hijo del hombre. Se nos presentan unos días de calamidades y de caos cósmico. A lo largo de la historia, y posiblemente ahora es uno de esos momentos, la sociedad se vuelve violenta y la naturaleza nos castiga con catástrofes frecuentes. Podemos caer en la tentación de creer que esos tiempos finales ya han llegado. Pero no son esos hechos lo importante de este evangelio, sino la llamada a la esperanza. El Hijo del hombre ya está a la puerta. Adviento será la preparación de esa llegada. La Navidad nos recordará, que Jesús nace cada día en nuestro corazón. Y que si somos conscientes de ello, contribuiremos a la nueva creación, al comienzo de la verdadera vida.
El gran mensaje de hoy, es la esperanza. Hechos como los acaecidos el viernes por la noche en París, pueden sumirnos en la desesperación o en la depresión. Pero esperar no significa quedarse sentados, inactivos, resignados. Esperar es luchar mano con mano por un mundo mejor. Esperar es evitar con todas nuestras fuerzas que el mal reina sobre la tierra. Esperar es creer en la Palabra de Dios, de un Dios, tanto el cristiano como el musulmán (que es el mismo Dios), que es un Dios de Amor y de Vida. Un Dios cuyas Palabras no pasarán. La Palabras de un Dios que nos conducen a la eternidad.



1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo Joan Josep, tenemos el mismo Dios con diferentes culturas, esto lo hablamos una amiga mía musulmana y yo , hace unos días nos abrazamos y nos dimos la Paz.
    Una abraçada, Montserrat

    ResponderEliminar