martes, 29 de noviembre de 2022

VER A JESÚS

 


En aquel tiempo, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó Jesús: "Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar."
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: "¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron."

El otro día veíamos a Jesús llorar ante Jerusalén porque no lo reconocían. Hoy lo vemos alegre porque la gente sencilla sí que le ha acogido. Está claro que, para ver a Jesús, no vale la ciencia, ni la sabiduría. Lo que se necesita es sencillez. Saber ver. Mirar con los ojos del corazón. es decir, amar.

"Jesús exulta de alegría y alaba al Padre que se revela a la gente sencilla. Él es el retoño del «tronco del Jesé» sobre el cual el profeta Isaías ha visto posarse el Espíritu del Señor. En Jesús se ve realizada la promesa de Dios que se sintetiza con el don del Espíritu, fuerza para los débiles y timoratos. Movido por este Espíritu, derramado sobre él de forma plena, Jesús realiza su obra liberadora que prioriza la vida más vulnerable, la de los empobrecidos y excluidos. Jesús reconoce la verdad de su vocación a través de la fe de los pequeños, de aquellos que, con un corazón humilde y agradecido, han abrazado la buena nueva del Reino. También nosotros estamos llamados a hacernos conscientes de lo que Dios hace para salvarnos y liberarnos. El Adviento nos da la gracia de una mirada y una escucha que nos hace participar de la realización del Reino de Dios. ¿Qué gestos puedo tener que generen alegría y esperanza? ¡Solidarízate y sé presencia de Dios! " (Koinonía)

1 comentario:

  1. Ningú no coneix el Fill sinó el Pare, i ningú coneix el Pare sinó el fill i aquell a qui el Fill el vulgui revelar...

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