miércoles, 29 de marzo de 2023

LIBRES COMO JESÚS

 


En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: "Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." Le replicaron: "Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Seréis libres"?" Jesús les contestó: "Os aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque no dais cabida a mis palabras. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre."
Ellos replicaron: "Nuestro padre es Abrahán." Jesús les dijo: "Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre." Le replicaron: "Nosotros no somos hijos de prostitutas; tenemos un solo padre: Dios." Jesús les contestó: "Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió."

"Aquello que nos da libertad la mayoría de las veces deriva de nuestras opciones y vínculos establecidos. Nos hacemos más libres cuando somos capaces de elegir aquello que genera bienestar a nuestras vidas y a nuestro entorno. También ejercemos nuestra libertad cuando entablamos relaciones que nos hacen mejores personas, siendo capaces de perdonar y perdonarnos; cuando somos capaces de decir la verdad, aunque eso implique una incomodidad o pérdida de algunas relaciones. Nuestras convicciones de fe y nuestras relaciones interpersonales nos impulsan a hacer lo correcto, aunque no siempre seamos beneficiados. El primer deber lo tenemos con la vida misma, que poco a poco parece estar perdiendo valor y aprecio. Pidámosle tener la libertad de espíritu que tuvo Jesús y un corazón semejante al suyo, sin reservarse nada para sí. Que alcancemos la coherencia de quienes viven lo que predican, a fin de mantenernos fieles a la Palabra de la Vida." (Koinonía)

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