A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, a visitar a una joven virgen llamada María que estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. El ángel entró donde ella estaba, y le dijo:
– ¡Te saludo, favorecida de Dios! El Señor está contigo.
Cuando vio al ángel, se sorprendió de sus palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo:
– María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios. Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios altísimo: y Dios el Señor lo hará rey, como a su antepasado David, y reinará por siempre en la nación de Israel. Su reinado no tendrá fin.
María preguntó al ángel:
– ¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre?
El ángel le contestó:
– El Espíritu Santo se posará sobre ti y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti como una nube. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios. También tu parienta Isabel, a pesar de ser anciana, va a tener un hijo; la que decían que no podía tener hijos está encinta desde hace seis meses. Para Dios no hay nada imposible.
Entonces María dijo:
– Soy la esclava del Señor. ¡Que Dios haga conmigo como me has dicho!
Con esto, el ángel se fue.
La festividad de la Anunciación es el 25 de Marzo, pero como este año caía en plena Semana Santa, se ha trasladado a hoy.
María, una humilde muchacha de pueblo, recibió una gran misión de Dios: ser la Madre de su Hijo. Ella confía en Dios y responde con un sí, acetando la voluntad de Dios.
Nosotros, todos, recibimos una misión. Todos debemos realizar algo con nuestra vida en este mundo. No será la grandeza de la misión de María; quizá algo muy humilde. Primeramente debemos estar atentos para saber qué es lo que Dios nos pide. Saber leer los acontecimientos, los signos de los tiempos. Luego, hemos de saber decir sí, como María. Abandonarnos a la voluntad de Dios. con la seguridad de que Él nunca nos abandonará y lo tendremos a nuestro lado.
"Que és fáci en mi, segons la Teva Paraula".
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