Y les dijo: Id por todo el mundo y anunciad a todos la buena noticia. El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea será condenado. Y estas señales acompañarán a los que creen: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas; cogerán serpientes con las manos; si beben algún veneno, no les dañará; pondrán las manos sobre los enfermos, y los sanarán.
Después de hablarles, el Señor Jesús fue elevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Los discípulos salieron por todas partes a anunciar el mensaje, y el Señor los ayudaba, y confirmaba el mensaje acompañándolo con señales milagrosas.
Hoy, festividad de San Marcos, leemos un fragmento de su evangelio.
Jesús nos invita a ir por todo el mundo anunciando la Buena Nueva, es decir el Evangelio, su Palabra. Aquellos discípulos, que, hasta hacía poco, permanecían encerrados y llenos de miedo, salieron y se repartieron por todo el mundo, anunciando la Buena Nueva y entregando su vida, como hizo Jesús.
Nuestra sociedad, cada día con más fuerza, nos insta a vivir nuestra Fe en particular. Nos dice que se trata de algo privado y personal. Sin embargo, Jesús nos pide que la vivamos en comunidad. Que no tengamos miedo de anunciarla. Que la Buena Nueva es la salvación de todos. Ciertamente que no se trata de "obligar" a nadie a creer. A utilizarla como un arma política más. La Buena Nueva, a demás de con palabras, debemos anunciarla con nuestra vida, con nuestro comportamiento. Una vida de fraternidad, entregada a los más débiles, luchando por la justícia. Demostrar, en nuestro día a día, que la Buena Nueva no es otra cosa que el Amor. Un amor que lo llene todo en nuestra forma de vivir.
Que la Bona Nova no és Altra Cosa que Estimar...que ho omplena TOT...
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