jueves, 4 de abril de 2024

ÉL SIEMPRE NOS DA LA PAZ

 
Entonces ellos contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo reconocieron a Jesús al partir el pan
Todavía estaban hablando de estas cosas, cuando Jesús se puso en medio de ellos y los saludó diciendo:
– Paz a vosotros.
Ellos, sobresaltados y muy asustados, pensaron que estaban viendo un espíritu. Pero Jesús les dijo:
– ¿Por qué estáis tan asustados y por qué tenéis esas dudas en vuestro corazón? Ved mis manos y mis pies: ¡soy yo mismo! Tocadme y mirad: un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.
Al decirles esto, les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creerlo, a causa de la alegría y el asombro que sentían, Jesús les preguntó:
– ¿Tenéis aquí algo de comer?
Le dieron un trozo de pescado asado, y él lo tomó y lo comió en su presencia. Luego les dijo:
– A esto me refería cuando, estando aún con vosotros, os anuncié que todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los libros de los profetas y en los salmos, tenía que cumplirse. 
Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras, y les dijo:
– Está escrito que el Mesías tenía que morir y que resucitaría al tercer día; y que en su nombre, y comenzando desde Jerusalén, hay que anunciar a todas las naciones que se vuelvan a Dios, para que él les perdone sus pecados. Vosotros sois testigos de estas cosas. 

Los discípulos, a pesar del testimonio de otros que lo han visto, siguen sin creer. Por eso, cuando se les aparece, creen ver a un fantasma. Jesús les saluda dándoles la Paz. Todos los encuentros que tengamos con Jesús, han de estar precedidos y llenos de paz. En caso contrario, son imaginaciones nuestras. Les enseña sus llagas para que vean que no es un espíritu. 
Para que entiendan y no duden, les abre la mente para que comprendan las Escrituras. Hoy, si queremos escucharle, debemos oir su Palabra. Es en los Evangelios y en las otras Escrituras, leídas desde Jesús, donde encontraremos la Verdad, el verdadero sentido de la Vida, lo que debemos hacer.
Si sabemos verlo, si escuchamos y comprendemo su Palabra, nos pide que seamos sus testigos, que demos testimonio a todos, de su Amor y entrega a todos los hombres. 

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