domingo, 24 de octubre de 2010

MATAR AL FARISEO


En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola:
Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
- ¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo.
El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo:
- ¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.
Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

El domingo pasado Jesús explicaba a sus apóstoles, que la constancia es algo muy importante en la oración. En esta parábola de hoy, que Lucas nos narra después de la de la anciana y el juez corrupto, se dirige a "algunos, que teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás".
Aquí no se trata de quién es el bueno y quién el malo. Está claro que el fariseo era cumplidor, una persona religiosa, intachable. Por el contrario, el publicano era un sinvergüenza, como todos los de su profesión, que estafaban y extorsionaban a la gente humilde al recaudar los impuestos. Aquí se trata de una cuestión de actitudes. El error del fariseo es "creerse" justo y despreciar al otro. La virtud del publicano reside en reconocerse tal cual es, pecador, y verse realmente indigno.
Solemos asociar la figura de este fariseo al cumplidor legalista. A quien cree que lo esencial es cumplir la ley, los preceptos, los ritos. Al que denominaríamos como fundamentalista. Pero, en realidad, todos podemos ser fariseos si nos creemos mejores que los otros. Si este personaje hubiese rezado así: "Te doy gracias Señor, porque no me has hecho como esas personas, legalistas, seguidoras de la letra y no del espíritu. Dedico mi vida a luchar por la justicia, pertenezco a una ONG y en verano paso un mes solidario en el Tercer Mundo...", sería tan fariseo como el anterior. Ninguno de los dos marcharía justificado, porque ninguno de los dos pide la justificación y ambos se creen mejores que los demás.
Podría parecer que el fariseo empieza correctamente la oración: dando gracias. Pero, no da gracias a Dios por lo que ha recibido, sino por lo que es, por lo que cree que ha conseguido con su esfuerzo. No entiende lo que es la gratuidad. Que todo lo ha recibido gratis y gratis debe darlo.
El publicano ni siquiera reza. Ve su miseria ante él y la presenta a Dios. Porque se ve injusto, sale justificado. Pues bien, esa oración: "Perdóname Señor, que soy un pobre pecador", era la oración que repetían constantemente los anacoretas del desierto y la que emplean todavía los monjes de la Iglesia Oriental: la llamada oración de Jesús.
Todos llevamos en nosotros un pequeño o gran fariseo. Mientras ese indivíduo campe a sus anchas por nuestra persona, nuestra oración es pura prepotencia y todo lo que hacemos, cumplir la ley, ayudar al prójimo, es puro egoísmo, fachada. Si cumplimos por amor y si luchamos por un mundo mejor por amor, nunca nos hará creeremos más que los demás, sino que nos veremos tal cual somos, llenos de miserias. Es entonces cuando Él nos abrirá sus brazos y nos recibirá en ellos.
Se trata de matar a ese fariseo que llevamos dentro...para que aflore ese pequeño ser que somos, débil, frágil...pero que es el que Dios ama...
  

4 comentarios:

  1. Estimat Joan Josep, aquest comentari a l'evangeli m'ha fet pensar en el Papa i el seu desig de ser admirat arreu, tant com a cap d'Estat com de líder religiós.
    Ja he comentat en altres llocs la rèmora que signifiquen aquests viatges. Jesús, al seu lloc, hauria viatjat com qualsevol passatger normal, o, si tu vol, en un vaixell amb contenidor - ho vas explicar una vegada- que portés aliments per a Càritas, que està desbordada a Barcelona. De part del Vaticà. Hi ha tants pobres... I tots han de pagar la seva arribada a través d'impostos triples Estat, Generalitat, Ajuntament. ¡Senyor, Senyor! Perdona'l, encara que ell sí que sap el que fa.

    Molt bo el teu comentari sobre el germà Adrià, la batalla del Segre i el llibre de català enquadernat. Gràcies.

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  2. La manzana es perecedera, como nosotros, lo de la manzana podrida, ella no tiene la culpa, nosotros si qie la tenemos si nos corrompimos.
    Esto deve de ser teologia: ¿y yo pobre de mi?pero si se una cosa: que quien se quiera mantener inmaculado;se mete en un comvento, lejos del mundal ruido. los que estamos batallando cada dia, siempre cahemos en contradicciones: ha nosotros que nos miren con lupa nos da igual sea quien sea, pues para mantenerse en su lugar, seguro que las autoeidades religiosas, tienen por que callar una abraçada

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  3. BONES TARDES GERMÁ.
    CUANTA VERDAD HAY EN ESTA PARABOLA.
    SI PENSÁRAMOS QUE SOMOS CRIATURAS DE DIOS, SENCILLAMENTE ESTO, QUIZÁ EL MUNDO FUNCIONARIA MEJOR.

    MUY BUENA REFLEXIÓN, NOS HAS HECHO HOY.
    MUCHAS VECES HE PENSADO QUE PERSONAS QUE SE DICEN NO CREYENTES PUEDEN ESTAR MUY CERCA DE DIOS SIN SABERLO.

    UNA ABRAÇADA, Montserrat

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  4. Es cierto Joan, haces reflexionar con esta entrada.
    Es complicado pero pienso que muchos de nosotros no practicamos con el amor, no miramos a los ojos de los otros...sólo actuamos egoistamente.

    Un abrazo cordial

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