domingo, 24 de julio de 2011

EL VERDADERO TESORO


"En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
- El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.
El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reunen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?
Ellos le contestaron:
- Sí.
Él les dijo:
- Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo."

Las dos primeras parábolas nos comparan el Reino con un tesoro y una perla de gran valor. Quizá el mercader busca la perla, pero más bien parece, que como el campesino el tesoro en el campo, ambos "encuentran" por casualidad. El Reino es un don, es gratuito. Pero tampoco hemos de creer que nuestra actitud ha de ser la de recibir pasivamente. Ambos, campesino y mercader, venden todo cuanto tienen para asegurarse el tesoro.
El Reino, nuestra Unión con Dios y con todos los hombres es el verdadero tesoro en esta vida y exige nuestra entrega total. No basta con unos sacramentos, unos ritos puntuales a lo largo de nuestra vida. Hemos de entregar toda nuestra vida.
No nos extrañemos de que nuestra sociedad no acaba de funcionar. No nos quejemos de que la Iglesia no es lo que nos gustaría que fuese. Si no entregamos toda nuestra vida, nunca alcanzaremos ese tesoro que es la Unión con Dios y los hermanos. No lograremos que el Reino empiece ya en este mundo. Hemos de cambiar el modo de ver el mundo. Vender nuestro egoísmo para llenarnos de Amor.
Descubrimos el auténtico tesoro, cuando nos damos cuenta, que  hacer del mundo un lugar de Amor y solidaridad es posible, si somos capaces de entregarnos totalmente. Si lo damos todo. Si nos damos nosotros...
Y no pensemos que esta entrega es cosa de curas y frailes. Se trata de darse cuenta de que el Reino está por encima de todos los valores, de que es algo que vale la pena. Todo cristiano, en su día a día puede entregarse totalmente...Como lo hace tanta gente anónima, que aman profundamente al prójimo y lo demuestran con sus vidas calladas y entregadas a los demás.
La tercera parábola, como la del trigo y la cizaña del domingo pasado, nos indica que es condición de este mundo que lo bueno y lo malo crezcan juntos. Pero no somos nosotros quienes hemos de juzgar ni condenar a nadie, si no queremos equivocarnos... 

4 comentarios:

  1. Hola joan josep:
    El Evangelio que escuché con atención en la Misa vespertina y que tu nos cmentas hoy, para mi lleva un gran mensaje.
    El de tesoro que llevamnos en nuestro interior.
    Cuánto bin podríamos hacer si nos percibiéramois de él.
    Bueno no me enrollo más.
    Gracias por tu post.
    Una abraçada germá, Montserrat

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  2. AH I EL VIDEO MOLT XULO, SI QUE DESPERTA SI, Montserrat

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  3. Hoy me quedo con su pregunta: "¿Entendéis bien todo esto?"
    La respuesta en un principio parece fácil, pero si realmente la profundizamos bien antes de contestar...

    Yo creo que no se trata solo de entender, sino de cuidar nuestro campo día a día y, atenderle tan bien,que las semillas sean capaces de dar cada una el fruto que le corresponde y en el tiempo que le corresponde

    Un abrazo y felíz día

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  4. Creo que la entrega es algo común a todo ser humano,no solo para los creyentes.Es el acto más hermosos que existe.
    Y cuando lo hagamos,siempre en silencio,aunque...la debilidad nos leve a querer ser reconocidos,pero.. es un aprendizaje que sale del corazón.
    La perla debemos y podemos cuidarla,pero considerando que todos somos iguales en la unidad de la Iglesia.No juzguemos pues daña al alma,pero seamos pacíficamente críticos y que se acabe ya la frase de que "maestros tiene la Santa madre Iglesia"Ella nos puede mostrar el camino,pero en la libertad de pensar por nosotros mismos,desde nuestra calidad de fé.
    Besucos respetuosos

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