domingo, 17 de junio de 2012

ELOGIO A LA SENCILLEZ...O EL ÁRBOL DEL REINO


"Jesús dijo también: 
- Con el reino de Dios sucede como con el hombre que siembra en la tierra: que lo mismo si duerme que si está despierto, lo mismo de noche que de día, la semilla nace y crece sin que él sepa cómo. Y es que la tierra produce por sí misma: primero brota una hierba, luego se forma la espiga y, por último, el grano que llena la espiga. Y cuando el grano ya está maduro, se siega, porque ha llegado el tiempo de la cosecha.
También dijo Jesús: 
- ¿A qué se parece el reino de Dios, o con qué podremos compararlo? Es como una semilla de mostaza que se siembra en la tierra. Es la más pequeña de todas las semillas del mundo; pero, una vez sembrada, crece y se hace mayor que cualquiera otra planta del huerto, y echa ramas tan grandes que hasta los pájaros pueden anidar a su sombra.
De esta manera les enseñaba Jesús el mensaje, por medio de muchas parábolas como estas y hasta donde podían comprender. No les decía nada sin parábolas, aunque a sus discípulos se lo explicaba todo aparte."

Estas dos pequeñas parábolas nos dan grandes lecciones. Para empezar nos dicen claramente que el Reino empieza ya en este mundo, no es algo sólo para el otro mundo. El Reino empieza aquí, porque es aquí donde debemos sembrarlo.
Pero, pobres de nosotros, llevamos dos mil años creyendo que todo depende de nosotros. Planeando nuevas y viejas evangelizaciones. Buscando el apoyo de los grandes de la tierra, de las personas importantes...Y resulta que Jesús nos dice que tanto si dormimos como  si estamos despiertos,  si es de día o de noche, el Reino crece, no por nuestro trabajo, sino porque Él lo hace crecer.
Sacerdotes y religiosos andamos preocupados por la falta de vocaciones y lanzamos campañas por la tele...Lo que hemos de hacer es ser buenos sacerdotes y buenos religiosos, que eso es sembrar; el crecimiento es cosa de Él. Y si no hay vocaciones es, sencillamente, porque no sembramos, no somos buenos sacerdotes y buenos religiosos, o porque Él tiene otros planes, que nosotros desconocemos.
Nos dice también Jesús, que lo importante no es el tamaño, la grandeza de lo que hacemos...Son nuestros pequeños actos, esa vida dada y entregada gota a gota, día a día, por los demás, los que harán que el Reino se convierta en un gran árbol. Un árbol, que como la mesa de la que hablábamos el domingo pasado, estaba abierta a todos, sea lugar de cobijo para toda clase de pájaros...
¿Cuánto tardaremos en comprender que esas horas pasadas junto a un enfermo, ese vaso de agua dado a un sediento, esa bolsa de alimentos básicos, ese visitar a un preso...son las verdaderas semillas del Reino y no todos los euros gastados en grandes obras y campañas? Esas personas anónimas, que trabajan en silencio por los demás, que luchan sin hacerse ver por la justicia, son los verdaderos sembradores del Reino. El crecimiento es cosa de Él...

3 comentarios:

  1. Sólo, gracias, viviendo sólo lo que somos con autenticidad, un abrazo.

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  2. Hola Joan Josep.
    La meva gratitud per aquest Post.
    Aquesta nit quan aniré a Missa, escoltaré l´Evangeli amb més atenció.
    Feliç semana que començará demá.
    Una abraçada, Montserrat

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  3. La senzillesa és de les coses més boniques que hi ha al món, però per desgràcia n'hi ha ben poca si la comparem amb la quantitat de prepotència...Esta bé donar o rebre una bona ombra que serveixi de recer, mai per tapar l'altre...Un vídeo molt bonic!
    Bona nit i bona setmana.

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