domingo, 13 de octubre de 2013

EL AMOR ES LO QUE NOS SALVA


"En su camino a Jerusalén, pasó Jesús entre las regiones de Samaria y Galilea. Al llegar a cierta aldea le salieron al encuentro diez hombres enfermos de lepra, que desde lejos gritaban:
– ¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!
Al verlos, Jesús les dijo:
– Id a presentaros a los sacerdotes.
Mientras iban, quedaron limpios de su enfermedad. Uno de ellos, al verse sanado, regresó alabando a Dios a grandes voces, y se inclinó hasta el suelo ante Jesús para darle las gracias. Este hombre era de Samaria. Jesús dijo:
– ¿Acaso no son diez los que quedaron limpios de su enfermedad? ¿Dónde están los otros nueve? ¿Únicamente este extranjero ha vuelto para alabar a Dios?
Y dijo al hombre:
– Levántate y vete. Por tu fe te ha salvado." 

En Israel la lepra era sinónimo de pecado, de castigo, de marginación. A los pies de Jesús llegan diez leprosos y, entre ellos, uno todavía considerado más despreciable, un hereje, un samaritano. Jesús no los cura de inmediato. Les manda, como estaba prescrito por la ley, que se presenten a los sacerdotes. Es en camino que quedan limpios de su enfermedad. Y ahí nos encontramos con dos posturas. La de los nueve, legalistas, que siguen su camino hacia los sacerdotes para ser legalmente admitidos en la comunidad.
El samaritano, el hereje, el despreciado por los judíos, coloca el amor por delante de la ley. Es consciente de quién le ha curado y vuelve, alabando a Dios a grandes gritos, a dar gracias a Jesús.
Jesús vuelve a decirnos que lo importante no es la ley, sino el amor. A lo largo del evangelio nos encontramos con el samaritano que se detiene a curar al herido, la mujer pecadora a la que se le perdona mucho porque ha amado mucho, al ladrón en al cruz al que se le promete estar en el Reino aquel mismo día...
La salvación no está unida al cumplimiento de la ley, sino al amor. Este samaritano reconoce quién le ha curado y olvida la ley para postrarse agradecido a sus pies. Y por eso, no solamente es curado de la lepra, sino que es "salvado".
Llevamos dos mil años de cristianismo y seguimos sin entender, que lo que salva no es el cumplimiento de las leyes, la ortodoxia, sino el amor. 
Y el amor, nos invita a ver la vida con otros ojos y darnos cuenta, que todo es gracia y que debemos agradecer. Que sólo, en la medida en que amo, puedo considerarme salvado. Y que sólo entonces puedo darme cuenta de la importancia de ser agradecido. Sólo quien es consciente de su debilidad y su pecado, se da cuenta del perdón de Dios.

3 comentarios:

  1. Felicitats per la part corresponent de beatificació, avui, dia lluminós. La CEE es nega, però, a reconèixer el dret de Memòria Històrica: exerceix de déu implacable, contrari a la compassió que tan bé descriu el passatge evangèlic.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un dels meus vellets, que té 97 anys és company d'els que avui han beatificat. Ell va estar a Montjuich i a la Model. Va tenir la sort de estar sempre sota control de la policia i la justicia i per això va salvar la vida. Pateix molt quan sent dir les bestieses que es diuen en alguns mitjans. D'un costat i de l'altre. No es poden fer servir els martirs com a bandera política. És traïr-los. Una abraçada: Joan Josep

      Eliminar
  2. Como siempre un placer visitarte, no tenemos otra manera que avisar a la gente y por eso vengo a decirte que esperamos que quieras unirte a nuestro reto de Halloween que comienza el día 16 de este mes, sabemos que a veces no se tiene tiempo de pasar por todos los blogs y de otra forma no os enteraríais. Un saludo, el equipo de acompáñame.

    ResponderEliminar